Precedido por controversias en torno al temario, los invitados y el financiamiento, el III Congreso Internacional de la Lengua Española, que se realizará en noviembre en Argentina, ya tiene un total de inscriptos que supera largamente a sus anteriores ediciones.
La matrícula de inscriptos nos explotó, dijo ante un grupo de periodistas la subsecretaria de Cultura Magdalena Faillace, presidenta del Comité Ejecutivo del III Congreso.
En 15 minutos cubrimos la mitad del cupo y en 24 horas cerramos la inscripción, comentó sorprendida.
Desde hacía varios meses, Faillace sólo hablaba con medios periodísticos acerca de los riesgos de no poder realizar el congreso por la falta de patrocinadores, de las discusiones por los académicos y escritores que no fueron invitados, y de los temas del programa que algunos expertos critican y rechazan.
De hecho, hace sólo una semana el cubano Humberto López Morales, miembro de la Real Academia Española, puso en duda la realización del congreso por falta de fondos para financiarlo. Faillace salió al cruce y aseguró que el costo de un millón de euros (1,21 millones de dólares) será solventado por empresas.
Sin embargo, desde el 30 de agosto, cuando se abrió la inscripción, la respuesta superó todas las expectativas. La funcionaria reveló a IPS que fueron cerca de 2.900 los inscriptos el primer día, y que se resolvió abrir una lista de espera con miras a incorporar más asistentes si se logra añadir instalaciones desde las que sea posible seguir los debates por televisión.
En esa segunda lista hay mas de 2.000 personas.
El congreso se realizará del 17 al 20 de noviembre en Rosario, unos 300 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, bajo la responsabilidad de Real Academia Española, la Federación de Academias de la Lengua Española y el Instituto Cervantes, que depende del Estado español.
Fueron invitados 22 presidentes, y además de los especialistas en la lengua habrá escritores como el mexicano Carlos Fuentes, el peruano Mario Vargas Llosa, el argentino Ernesto Sábato, el Premio Nobel José Saramago, el uruguayo Mario Benedetti y la brasileña Nélida Piñón, entre muchos otros.
El primer congreso se realizó en 1997 en la ciudad de Zacatecas, al norte de México, y contó con la participación de unas 300 personas entre escritores, académicos, panelistas y otros participantes. El segundo se llevó a cabo en 2001 en Valladolid, al norte de España, con unos 1.300 asistentes.
Faillace aseguró que los directivos del Instituto Cervantes, dedicados a la difusión del español en el mundo, están muy sorprendidos porque nunca un congreso de la lengua había despertado tanto interés del público como en esta oportunidad, y eso a pesar de la crisis económica y social que estalló en Argentina en 2001.
Argentina vivió la peor crisis de su historia social y económica, pero así y todo hay una sociedad que está viva y que tiene una riqueza cultural muy grande. Para los argentinos, la cultura es un consumo imprescindible, alegó.
El congreso estuvo antecedido de mucha polémica por sus contenidos y el listado de invitados. De hecho, un grupo de académicos, escritores, artistas y líderes de organizaciones sociales que defienden la diversidad lingüística realizarán un evento paralelo identificado como Congreso de LaS LenguaS.
Los críticos consideran que la Real Academia Española quiere adueñarse de la lengua y decir a los hablantes cómo deben usar el idioma, explicó a IPS Rodolfo Hachén, lingüista y organizador del encuentro paralelo.
Entre los principales cuestionamientos al congreso oficial está el de su nombre: Identidad lingüística y globalización.
La globalización no es ninguna amenaza para la lengua, y no hay entonces ninguna identidad que defender, opinó Hachén.
Faillace explicó que ese nombre se eligió en relación con el predominio del inglés en el mundo y en defensa de la consolidación e inserción de la lengua española, hablada por más de 400 millones de personas.
Este no es un congreso que se propone cerrar la lengua, aseguró la funcionaria.
También hubo debates en torno a los convidados al congreso. Faillace admitió que el colombiano Gabriel García Márquez no fue invitado por decisión de las academias de letras, y sugirió que el motivo podría estar en su conferencia de apertura en el I Congreso de Zacatecas de 1997.
En aquella oportunidad, el autor de Cien años de soledad sugirió, quizás un poco en serio y otro poco en broma, jubilar la ortografía, terror del ser humano desde la cuna, y habilitar nuevas formas de escritura con base en el sonido de las palabras.
Faillace admitió que a ella le hubiera gustado mucho que García Márquez estuviera y reveló que también fue propuesto por la sede el cubano Roberto Fernández Retamar, que no fue invitado por la federación. Los académicos optaron por otros autores de Cuba, sin dar explicaciones de ello.
Las academias son bastante conservadoras reconoció la funcionaria, que de todos modos aseguró que este congreso será absolutamente pluralista.
Mucha gente muy valiosa no va a estar, pero esto es inevitable porque hay mucho más de 160 escritores y lingüistas, pero ése es el número que podíamos invitar, justificó.
También destacó que a pesar de que los temas del congreso fueron propuestos por las academias, se aceptó la sugerencia del comité argentino que ella preside para que el encuentro tenga un sesgo vinculado con la concepción de la lengua como un vehículo de inclusión social, al que se debe asegurar acceso. (