El término dinero sangriento adquirió un nuevo significado en Camerún, donde pacientes y sus familias se quejan de la escasez de sangre en los hospitales públicos a causa del tráfico ilegal de ese líquido vital.
Para un paciente que necesita sangre con urgencia, obtenerla puede ser un calvario, dijo a IPS Martin Djomo, esposo de una mujer con insuficiencia renal que depende de las transfusiones de sangre para vivir.
Dos veces al mes, la esposa de Djomo acude al hospital para recibir las transfusiones. Los funcionarios del servicio de hematología siempre le dicen que el banco de sangre está vacío. Sin embargo, veo cómo se pasan bolsas de sangre en frente de mí, contó Djomo.
Una enfermera me aconsejó que hiciera algo al respecto, entonces pagué 15.000 francos (unos 28 dólares) hace dos días, pero todavía no recibimos ayuda, lamentó.
Los camerunenses son renuentes a donar sangre. Nadine Kemmogne, médico del Hospital Central de Yaoundé, dijo a IPS que esto se debe al desinterés general, ya que los potenciales donantes sólo actúan cuando un familiar enfermo necesita sangre, mientras que otros temen que se les detecte el VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida).
Pero otro factor importante en la escasez de sangre es su tráfico por trabajadores de la salud. Médicos y enfermeros son acusados de vender sangre robada de los bancos para complementar sus bajos salarios, a veces en complicidad con los donantes.
Las autoridades del Hospital Central de Yaoundé (HCY), uno de los principales del país, intentaron solucionar el problema solicitando a la familia de cada paciente necesitado de transfusión que aporte dos donantes. Si el paciente no tiene familia, se hace el mismo pedido a las personas que lo llevaron a la institución.
Sin embargo, todas las donaciones son voluntarias. Según el servicio de hematología del hospital, entre diciembre de 2003 y junio de 2004 hubo sólo unos 3.000 donantes para los cerca de 6.000 pacientes necesitados de transfusiones.
Bernard Chetcha, funcionario del servicio de hematología del HCY, negó que el tráfico de sangre represente un problema grave en la institución.
Parece que algunos funcionarios sí venden sangre, pero son casos aislados. Cuando los descubrimos, son severamente castigados, dijo a IPS.
Un médico del hospital que solicitó reserva ofreció otra versión.. Los familiares de los pacientes no se atreven a denunciar a los traficantes por temor a represalias contra los pacientes, por eso terminan respaldando el comercio ilegal y pagando los altos precios que se les exige, afirmó.
Según el centro de transfusión de sangre del HCY, una dosis de 450 mililitros de sangre cuesta oficialmente 13 dólares, precio que cubre el costo de las pruebas y del almacenamiento. En el mercado negro, esa misma cantidad se vende hasta por 38 dólares.
Pese al temor a las represalias, algunos pacientes y sus familiares se han quejado a la Liga Camerunense de Derechos Humanos.
Los traficantes operan día y noche, y ya ni se preocupan por ocultar lo que hacen, sostuvo Henri Mpoudi, portavoz de la Liga.
Ahora hay muchas más campañas de donación de sangre, pero nadie sabe adónde va la sangre donada. Hay una mafia involucrada en las donaciones, y a eso se debe la escasez, afirmó Mpoudi.
Esa mafia parece especialmente activa en el robo de sangre de tipo O negativo, también conocida como universal porque puede transfundirse a personas de otros tipos sanguíneos sin provocar reacciones adversas.
En 2002 fui al Hospital Central de Yaoundé a donar sangre para mi hermano, que había tenido un accidente de tránsito, dijo a IPS una mujer que se identificó como Milène Bangot. Desde que el personal se enteró de que mi tipo sanguíneo era O negativo, no deja de llamarme para pedirme que les venda sangre, contó.
Nunca acepté, aunque me dijeron que me pagarían 10.000 francos (casi 19 dólares) por una transfusión, agregó Bangot. (