La ONU intenta transformar a República Democrática de Congo (RDC), uno de los países de mayor inestabilidad política de Africa, en una democracia multipartidaria, pero para ello precisa aumentar la fuerza de paz desplegada en ese país.
Para poder organizar elecciones legislativas y presidenciales en 2005, el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Kofi Annan, pretende que el Consejo de Seguridad apruebe la duplicación con creces del número de cascos azules en el antiguo Zaire, de los actuales 10.800 a 23.900.
Si Annan logra su objetivo, la Misión de las Naciones Unidas en la RDC (MONUC) se transformará en la misión de paz más grande y más costosa del foro mundial en todo el planeta.
Dadas las dimensiones del territorio de la RDC (2,3 millones de kilómetros cuadrados), su población superior a 50 millones y su ausencia de infraestructura, la celebración de elecciones nacionales allí implicará numerosos desafíos, dijo Annan el miércoles al Consejo de Seguridad, el órgano ejecutivo de la ONU.
La Comisión Electoral Independiente ya comenzó a preparar el registro de 28 millones de votantes potenciales, frente a 10 millones de votantes registrados para las próximas elecciones en Afganistán, otra zona problemática en que la ONU supervisará elecciones presidenciales.
Dado que los soldados de la ONU actualmente desplegados en Congo (principalmente de Sudáfrica, Uruguay y Bangladesh) fueron reclutados con dificultad, cabe esperar dificultades similares en los esfuerzos por duplicar la cantidad actual, advirtió Kwame Akonor, director ejecutivo del Instituto para el Desarrollo Africano, una organización investigadora de políticas públicas con sede en Nueva York.
De los cinco principales contribuyentes de tropas a MONUC, cuatro son no africanos: Uruguay (1.825 soldados), seguido por Bangladesh (1.326), Sudáfrica (1.271), Nepal (1.243) y Pakistán (1.092).
¿Por qué siempre Africa debe buscar la salvación fuera de sus fronteras?, preguntó Akonor.
La actual crisis humanitaria en Sudán, la situación de seguridad en la RDC y la tibia respuesta de la comunidad internacional a ambas emergencias subraya la necesidad de que los propios líderes africanos se hagan cargo de la resolución del conflicto y la pacificación del continente, dijo a IPS.
En respuesta al pedido de Annan de más tropas, Richard Grenell, portavoz de la misión estadounidense en la ONU, respondió que Washington tiene muchas preguntas para la ONU y quisiera entender los motivos de esa solicitud.
Estados Unidos financia cerca de 27 por ciento del presupuesto total de mantenimiento de la paz del foro mundial.
Creada en noviembre de 1999, MONUC tiene un presupuesto de unos 667 millones de dólares para 2003-2004. Si el número de sus soldados se duplica, el presupuesto aumentaría en forma proporcional.
En un informe de 39 páginas al Consejo de Seguridad, que iba a ser rediscutido este jueves, Annan señaló varios factores que a su juicio explican la desconfianza y la falta de determinación política que han impedido el avance del actual gobierno provisional del presidente Joseph Kabila, de 13 meses de antigüedad.
Debemos recordar que la RDC nunca tuvo democracia, y que el actual gobierno de transición, el primero que se ha comprometido a utilizar medios transparentes y democráticos para unificar y gobernar al país, debe superar décadas de malas prácticas de gobierno, destacó el secretario general.
En 1997, Laurent Kabila, padre del actual presidente, derrocó al dictador Mobutu Sese Seko, cuando el país se llamaba Zaire. Pero en 1998 estalló una nueva guerra civil que desestabilizó al país y en la que se involucraron cinco países vecinos: Ruanda, Uganda, Zimbabwe, Angola y Namibia.
El Grupo Internacional de Crisis (ICG), una organización con sede en Bruselas, advirtió en un informe publicado el martes que, a menos que la comunidad internacional actúe rápidamente para fortalecer el proceso de paz en la RDC, una nueva guerra abierta se desatará en ese país.
Desde la formación del gobierno de transición, en julio de 2003, la comunidad internacional no ha ofrecido apoyo político ni militar suficientes para establecer la paz y la seguridad en Congo, señala el informe.
El Consejo de Seguridad sólo ha autorizado el despliegue de 10.800 soldados en un país del tamaño de toda Europa occidental, lamentó el ICG. En contraste, las otras tres misiones de paz de la ONU en Africa occidental, que abarcan un área del tamaño de un cuarto de de la RDC, tienen un total de 30.000 soldados, agregó.
Según el ICG, la mayoría de los soldados enviados a Congo están mal entrenados y equipados, y en varias ocasiones han demostrado falta de voluntad para cumplir su mandato.
Los esfuerzos por crear un ejército nacional que pueda asegurar la estabilidad en Congo están fallando, y varios grupos armados siguen amenazando la estabilidad nacional, sostiene el informe, y añade que los países vecinos perciben el proceso de transición como una amenaza a sus propios intereses e intentan desestabilizarlo.
El Consejo de Seguridad debe reiterar su exigencia de que Ruanda, Uganda y Burundi se abstengan de involucrarse en el conflicto de Congo, urgió el ICG.
La solución a largo plazo de las necesidades de seguridad de Congo consiste en lograr una solución política duradera dentro del país y también buenas relaciones con los vecinos, concluyó el estudio.