La ONU sufre la falta de soldados bien equipados y entrenados para mantener la paz, pero una propuesta para contratar fuerzas de seguridad privadas ha sido recibida con escepticismo.
Hay poco o ningún apoyo para la privatización de las misiones de paz. No se me ocurre ningún país que está dispuesto a respaldarla, dijo a IPS un alto funcionario de la ONU que solicitó reserva de su identidad.
El foro mundial discute el aumento de los efectivos de la actual fuerza de mantenimiento de la paz en República Democrática del Congo de 10.800 a unos 23.900 y la posibilidad de desplegar una nueva misión de la ONU en Sudán, con 10.000 soldados.
Eso elevaría la cantidad de efectivos desplegados en total en este tipo de operaciones de 59.000 a 82.000.
Pero la mayoría de los países occidental se muestran reticentes a aportar recursos humanos, en particular por razones políticas y de seguridad, y relegan la función del mantenimiento de la paz principalmente en las naciones en desarrollo.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, lamentó el año pasado que los países con fuerzas armadas mejor equipadas se mantuvieran al margen de las misiones multinacionales.
El diario británico Financial Times informó en noviembre que Annan analizaba la posibilidad de contratar fuerzas privadas de seguridad como medio para solucionar el problema.
Al menos una empresa privada de seguridad británica estaba preparando una base de datos de unos 5.000 ex soldados que podrían ser convocados por la ONU de inmediato.
Pero David Harland, del Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, aseguró a IPS que la privatización de las fuerzas multinacionales no estaba en consideración.
Harland negó que los pacificadores asesinados en Kosovo en abril procedían de firmas de seguridad privada, como se informó originalmente.
Un tiroteo en la localidad de Mitrovica dejó tres policías internacionales muertos y heridos a 10 estadounidenses y un australiano. Ninguno pertenecía a firmas privadas de seguridad.
En julio, los 10 principales aportantes a las operaciones de paz de la ONU eran países en desarrollo: Pakistán (con 8.544 soldados), Bangladesh (con 7.163), Nigeria (3.579), Ghana (3.341), India (2.934), Etiopía (2.863), Sudáfrica (2.480), Uruguay (1.962), Jordania (1.864) y Kenia (1.831).
Los soldados de países occidentales promediaban menos de 600: Gran Bretaña aportaba 567, Canadá, 564, Francia, 561, Irlanda, 479, y Estados Unidos, 427.
De las 14 misiones de mantenimiento de la paz, seis se encuentran en Africa: Sáhara Occidental (iniciada en abril de 1991), República Democrática del Congo (noviembre de 1999), Etiopía y Eritrea (julio de 2000), Liberia (septiembre de 2003), Costa de Marfil (abril de 2004).
En abril, el gobierno de Estados Unidos cosechó aplausos y abucheos entre organizaciones no gubernamentales y pacifistas al proponer la creación de una fuerza multinacional permanente de mantenimiento de la paz.
El objetivo de la estadounidense Iniciativa de Operaciones de Paz Globales (IOPG) es establecer una fuerza bien entrenada y equipada de 75.000 soldados básicamente no estadounidenses —la mayoría, africanos— en los próximos cinco años.
Se estima que entre 65 y 75 por ciento de la iniciativa sea financiada por el Grupo de los Siete países más industrializados del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón).
Estados Unidos ya comprometió un aporte de 660 millones de dólares para concretar su propuesta.
Por otra parte, la convocatoria de misiones de mantenimiento de la paz al margen de la ONU —convocadas ya sea por Estados Unidos o por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)—redujeron el alcance de las del foro mundial.
La iniciativa tiene la intención de ampliar la capacidad mundial a usar por la ONU o por otros, dijo el subsecretario de Defensa estadounidense Douglas Feith.
Peter W. Singer, experto de la Institución Brookings, reclamó cautela a la comunidad internacional cautela acerca de las fuerzas de seguridad privadas.
El surgimiento de un tráfico mundial de contrataciones militares, más conocido como 'industria militar privatizada', es uno de los fenómenos más interesantes del sector en la última década, escribió Singer en el último número de la revista Humanitarian Affairs Review, que se publica trimestralmente en Bélgica.
Estas firmas operan en más de 50 países, y participan en los conflictos en Angola, Croacia, Etiopía y Eritrea y en Sierra Leona, afirmó.
Entre 1994 y 2000, el Departamento (ministerio) de Defensa de Estados Unidos firmó más de 3.000 contratos con empresas militares privadas estadounidenses, por un valor que superó los 300.000 millones de dólares..
Al fin y al cabo, cubrir necesidades humanitarias con soluciones militares privadas no es algo necesariamente terrible o imposible, pero tiene claras ventajas y desventajas que deben sopesarse constantemente y mitigadas a través de políticas eficaces y del sentido común empresarial, sostuvo.