JAPON: Crímenes de guerra en el olvido

El 59 aniversario del fin de la segunda guerra mundial coincidió en Japón con una ola de nacionalismo que preocupa a sus vecinos asiáticos, en particular a China, víctima del imperialismo japonés en las décadas de 1930 y 1940.

Entre los actos del aniversario, el domingo, se contó la visita de cuatro altos funcionarios de gobierno al templo de Yasukuni, donde se rinde homenaje a casi 2,5 millones de japoneses caídos en la guerra, entre ellos varios criminales de guerra convictos.

El ministro de Comercio, Shoichi Nakagawa, el de Agricultura, Yoshiyuki Kamei, la presidenta de la Comisión Nacional de Seguridad Pública, Kiyoko Ono, y el gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, rindieron tributo a los caídos, al igual que veteranos de guerra y público en general.

La visita, como otros años, provocó indignación de China, que padeció la ocupación japonesa en la septentrional región de Manchuria entre los años 1931 y 1945, cuando Japón fue derrotado en la segunda guerra mundial.

”China espera que Japón cumpla su palabra y enfrente la historia”, declaró la cancillería de China, en alusión a la falta de reconocimiento oficial de los crímenes de guerra cometidos por Japón.

Los esfuerzos de Japón por llegar a un acuerdo con su pasado son obstaculizados por eternos debates sobre las atrocidades que cometió en la guerra, por ejemplo haber forzado a miles de mujeres de Corea del Sur, Filipinas e Indonesia a la esclavitud sexual.

Las tensiones subyacentes entre los pueblos chino y japonés también fueron evidentes este mes en China durante un campeonato asiático de fútbol que ganó Japón. Los simpatizantes del cuadro chino abucheaban a los jugadores japoneses e insultaban a sus seguidores, obligando a las autoridades a desplegar unos 6.000 policías.

La visita anual al santuario sintoísta de Yasukuni, considerado por algunos un símbolo del régimen militarista que llevó a Japón a la guerra, estuvo este año más cargado de emociones que lo habitual debido al actual debate nacional por la enmienda del Artículo 9 de la Constitución.

El artículo en cuestión fue impuesto por Estados Unidos al final de la segunda guerra mundial, y por él Japón renuncia al uso de la fuerza en conflictos.

Japón participa en misiones internacionales de paz y actualmente tiene tropas desplegadas en Iraq, pero su Constitución limita su capacidad limitar. La revisión del Artículo 9 es un asunto muy polémico entre los japoneses.

El artículo prohíbe a Japón tener un ejército, aunque esto fue reinterpretado para permitir la formación de las Fuerzas de Autodefensa. Para poder enviar tropas a Iraq, a pedido de Estados Unidos, Tokio debió aprobar una ley especial.

Para Yoichiro Minowa, un sastre de 67 años, agosto siempre trae recuerdos dolorosos.

”Perdí a mis padres durante el bombardeo estadounidense de Tokio. Como quedé en la pobreza, debí abandonar mis estudios y empezar a trabajar como aprendiz a los 14 años”, contó a IPS.

Minowa, que vive solo sobre su pequeña tienda en Tokio, dice que la experiencia lo volvió pacifista. Cree que Japón nunca más debe participar en una guerra y además debe arrepentirse por haber colonizado otros países de Asia.

Pero el sentimiento pacifista está decreciendo en un año de posguerra marcado por la prosperidad material y una política educativa que ha ignorado un debate serio sobre la responsabilidad del país en la guerra.

Minowa, que a veces participa en un programa pacifista y comparte su experiencia con niños, es testigo de esa ignorancia.

”Muchos de los niños con los que he hablado se sorprenden al escuchar mi historia, porque nunca han conocido el lado cruel de la experiencia bélica de Japón”, dijo.

”Lo que más me preocupa es la enorme brecha entre mi generación y los jóvenes en cuanto a la comprensión de la historia de Japón. Ellos no comparten nuestro rechazo a cualquier tipo de violencia militar”, manifestó Ninowa.

Varias encuestas realizadas en los últimos años confirman los dichos de Ninowa. Un sondeo realizado en 2001 por una empresa de televisión acerca de la opinión del público sobre la visita de autoridades de gobierno a Yasukuni reveló que 68 por ciento de los jóvenes de 20 a 30 años no consideran que haya ”nada malo”, frente a sólo 46 por ciento de los mayores de 60 años.

Hirofumi Hayashi, profesor de estudios sobre la paz en la Universidad Kanto, opinó que ese contraste se debe a las fallas del sistema educativo, que ha excluido de los textos de historia el lado oscuro de la historia de Japón.

”Como resultado, los jóvenes tienen poco interés en el pasado de Japón. Ahora tenemos una generación con muy poca conciencia política”, dijo Hayashi en una entrevista.

Un ejemplo es Kiyo Ueno, de 24 años, que quiere ser cantante de rap.

”Siento lo ocurrido a los chinos y coreanos bajo el dominio japonés, pero no me considero responsable. Los jóvenes japoneses miramos hacia el futuro, no hacia el pasado”, declaró Ueno, que preferiría vivir en Estados Unidos y no en Japón. (

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