No tiene lógica que dos empresas vecinas y operando en las mismas condiciones tengan tratamiento tan distinto, una penalizada con un gravamen de 67,8 por ciento y otra con sólo 8,41 por ciento, se quejan camaroneros brasileños ante nuevas trabas y disparidades arancelarias de Estados Unidos.
Hubo un error matemático, es injusto, comentó a IPS Itamar Rocha, presidente de la Asociación Brasileña de Criadores de Camarón (ABCC), sobre la decisión de Washington de imponer medidas antidumping (contra el comercio desleal) a los camarones importados de Brasil.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció también, el mismo 29 de julio, la imposición de sobrearanceles en los crustáceos de Ecuador, India y Tailandia. Antes, en el inicio de julio, ya había penalizado a los exportadores de China y Vietnam con gravámenes de 112 y 93 por ciento, respectivamente.
Las medidas responden a un pedido hecho el año pasado por los pescadores de camarones del sur de Estados Unidos, quienes acusan a los competidores extranjeros de conquistar su mercado por la práctica de dumping, es decir precios artificialmente bajos.
En el caso de Brasil, las autoridades estadounidenses investigaron tres empresas: Netuno, Cida y Norte Pesca. La primera quedó exenta, en la segunda se calculó un margen de dumping de 8,41 por ciento y en la tercera de 67,8 por ciento.
En consecuencia la media, o sea el sobrearancel a ser aplicado a las demás empresas brasileñas, quedó en 36,91 por ciento, un nivel que bloquea más de la mitad de las exportaciones del país al principal mercado importador del mundo, como es el estadounidense.
Se trata de un resultado preliminar, pues las tasas definitivas serán divulgadas sólo en diciembre y podrán ser alteradas.
La ABCC, convencida de algún malentendido en la evaluación de las empresas, pidió una revisión de sus conclusiones. Solicitamos por lo menos retirar el margen atribuido a Norte Pesca, que elevó la media a una cifra absurda, informó Rocha.
La investigación empleó un mecanismo no usual en el caso de la Norte Pesca, según él. Como la empresa no vendía en el mercado interno ni a Europa, se comparó sus precios de exportación a los obtenidos por Netuno en sus ventas en el mercado brasileño.
Pero Netuno es una empresa de otro tamaño, verticalizada, con una estructura de distribución y filiales en muchas capitales brasileñas, lo que le permite obtener imponer precios muy ventajosos en los mercados locales que elige, hecho que posiblemente provocó la distorsión, explicó Rocha.
El resultado sería muy distinto y más lógico, si la comparación se hiciera con los precios nacionales de la otra empresa investigada, Cida, de tamaño similar y, tal como Norte Pesca, instalada en el nororiental estado de Río Grande del Norte, sostuvo.
Además se consideró que en los precios de exportación deberían incorporarse los costos de varios impuestos y contribuciones sociales cobrados en Brasil, un criterio indebido porque nadie exporta tributos en el mundo, opinó.
No practicamos dumping, las empresas brasileñas no disponen de condiciones financieras para vender sus camarones a precios inferiores al costo de producción, aseguró el dirigente empresarial, tras declararse perplejo ante la decisión estadounidense, de imponer gravámenes tan fuertes a la vez que eximió Netuno, la mayor exportadora brasileña.
Es una medida proteccionista y equivocada, acusó el Secretario Especial de Acuicultura y Pesca (SEAP), José Fritsch, lamentando los daños a la carcinocultura que se desarrolla principalmente en el nordeste de Brasil, generando empleos en la región más pobre del país.
La investigación sobre dumping provoca pérdidas desde su anuncio el año pasado. Estados Unidos adquirió 52,7 por ciento de las exportaciones brasileñas de camarón en el primer semestre de 2003, indicador que cayó a 24,9 por ciento este año, según la SEAP. Europa pasó a ser el principal mercado, importando 70 por ciento.
Brasil deberá cuestionar la decisión estadounidense en la Organización Mundial de Comercio (OMC), si se mantienen los sobrearanceles anunciados, anunció Fritsch.
La ABCC espera por lo menos una reducción al nivel impuesto a Ecuador y Tailandia, en torno a ocho por ciento, para mantener la competitividad del camarón brasileño, producido mayoritariamente en las haciendas de acuicultura.
Estados Unidos importó 504.500 toneladas de camarones el año pasado, 17,5 por ciento más que en el año anterior, mientras su producción, basada en la pesca, cayó a sólo 66.000 toneladas, según la ABCC.
Por eso ese país de América del Norte es el mayor mercado importador del mundo y en crecimiento No se puede despreciarlo, y por ello preocupa el futuro de las exportaciones brasileñas a ese mercado, comentó Rocha.
La acuicultura de camarones en Brasil es la más productiva, alcanzando 6.084 kilogramos por hectárea al año, contra 619 kilogramos en Ecuador, 1.382 en México y 4.375 kilogramos en Tailandia, la segunda en importancia, según datos de la ABCC.
La actividad en Brasil registró fuerte expansión en los últimos años, pasando de 3.600 toneladas en 1997 a 90.190 toneladas el año pasado, lo que permitió al país obtener 226 millones de dólares con la exportación de camarones en 2003. Cinco años antes los ingresos se limitaron a 2,8 millones de dólares.