SIDA-AMERICA LATINA: Una epidemia desigual

En América Latina, 1,6 millones de personas viven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y la epidemia de sida crece, en general, bajo cierto control, pero de forma acentuada en determinados países y grupos de la población.

El informe difundido este martes por el Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre VIH/SIDA (Onusida) señala, por ejemplo, que en Brasil la prevalencia de la infección es inferior a uno por ciento, pero alcanza en algunas ciudades más de 60 por ciento entre usuarios de drogas intravenosas.

El Ministerio de Salud brasileño admite una incidencia de apenas 0,65 por ciento. La cantidad de infectados aumentó de 630.000 a 660.000 entre 2001 y 2003.

América Latina afronta una situación menos catastrófica que África, donde residen 25 millones de infectados por el VIH, dos tercios del total mundial.

Pero algunos países andinos y centroamericanos registraron aumentos preocupantes, algunos de cerca de 50 por ciento. Es el caso de Colombia, que pasó de 130.000 a 190.000 portadores de VIH de 2001 a 2003, Perú (53.000 a 82.000), Venezuela (73.000 a 110.000), Honduras (51.000 a 63.000) y Panamá (11.000 a 16.000).

En el Cono Sur, también Paraguay registró un aumento de 50 por ciento, aunque con cifras relativamente modestas, de 10.000 a 15.000 casos.

Son estimaciones precarias que impiden una evaluación precisa de cada país. En Brasil, por ejemplo, Onusida admite un mínimo de 320.000 portadores y un máximo de 1,1 millones para llegar al promedio de 660.000. En Perú, queda entre 40.000 y 140.000.

Una situación mas grave vive el Caribe, donde Haiti se destaca con 5,6 por ciento de la población con VIH, el índice mas alto fuera de Africa. Otros dos países, Bahamas y Trinidad y Tobago, también registran una incidencia superior a tres por ciento.

En América Latina las principales vias de propagación del virus presentan grandes diferencias. En América del Sur el uso compartido de jeringas para consumir drogas y las relaciones sexuales inseguras entre hombres son las principales causas.

En América Central, la principal vía de infección es la sexual. Más de 10 por ciento de las trabajadoras sexuales de Honduras son portadoras, frente a uno por ciento de las de Nicaragua. Nueve por ciento de los varones homosexuales de Nicaragua son portadores, y 18 por ciento de los de El Salvador.

El informe de Onusida destaca algunos avances en prevención y tratamiento antirretroviral en algunos países latinoamericanos, especialmente en Brasil.

Los medicamentos, ofrecidos en Brasil desde 1996 gratuitamente a todos los infectados que los necesiten, permitió reducir la mortalidad por sida a la mitad y ahorrar 2.200 millones de dólares en tratamiento hospitalario.

Otros países de la región —Argentina, Barbados, Chile, Costa Rica, Cuba, México y Uruguay— también ofrecen de forma universal los medicamentos antirretrovirales.

Pero es en Brasil que su distribución alcanza números masivos. De las 400.000 personas que tienen acceso a ese tratamiento en el mundo, 140.000 son brasileñas.

La prevención permitió a varios países, entre ellos Brasil y República Dominicana, reducir la infección con VIH, señala el informe, que estima en 38 millones los portadores del virus en todo el mundo en 2003, tres millones más que en 2001, y en 20 millones los muertos desde 1981, cuando se identificó el primer caso.

Pero Tailandia y Uganda aparecen como fuertes ejemplos de la eficacia de la prevención. En el país asiático los nuevos infectados por el VIH cayeron de 140.000 en 1991 a 21.000 el año pasado. En Uganda el total de infectados bajó de 620.000 a 530.000 de 2001 al año pasado.

Pero Brasil se destaca también como ”un ejemplo para el mundo por la gran contribución de la sociedad civil en el control del SIDA”, señaló Pedro Chequer, director de Onusida en Brasil

Los programas de prevención y de distribución gratuita de medicamentos antirretrovirales fueron definidos en intenso diálogo, no exento de presiones, entre el gobierno y organizaciones no gubernamentales, movimientos de homosexuales y asociaciones representativas de otros grupos sociales considerados ”de riesgo”.

También los portadores de VIH se organizaron en varios grupos y redes para proponer y reclamar tanto medicamentos como orientaciones más adecuadas en las campañas de prevención y en el tratamiento.

Brasil es también apuntado como un lider en la cooperación con otros países en desarrollo para enfrentar la epidemia. Desde 2002, el gobierno brasileño asegura tratamiento a cien personas enfermas de sida en 14 países africanos y latinoamericanos.

El principal objetivo es capacitar profesionales de salud y transferir experiencia en la organización del sistema de distribución de medicamentos antirretrovirales.

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