Economistas de Cuba reaccionaron con cautela y sin perder el optimismo este jueves ante las primeras informaciones de que el petróleo encontrado debajo de aguas jurisdiccionales de este país en el golfo de México es de alta calidad, aunque no viable comercialmente.
La noticia es alentadora de todos modos, dijo a IPS Santiago Rodríguez, un investigador y experto en asuntos petroleros del Centro de Estudios de la Economía Cubana, adscripto a la Universidad de La Habana.
En su opinión, hay que tener en cuenta que se trata de las primeras operaciones en una zona hasta ahora desconocida y quizás no están creadas aún las condiciones para comenzar una explotación comercial.
El primer pozo perforado en Cuba cumplió parcialmente con nuestras expectativas iniciales, había dicho poco antes, en una conferencia telefónica con analistas, el presidente ejecutivo de la empresa transnacional Repsol-YPF, Ramón Blanco.
La existencia de un sistema petrolífero ha sido confirmada. También hemos sido capaces de constatar la presencia de reservas (de crudo) de alta calidad, dijo Blanco, de acuerdo con versiones de prensa procedentes de Madrid.
El ejecutivo de firma originaria de España añadió que, sin embargo, el pozo ha sido considerado no comercial y, en esta etapa, el grupo está definiendo actividades futuras de exploración en el área.
Tras el anuncio, las acciones de la compañía comenzaron a bajar, acotaron fuentes financieras.
Tanto Rodríguez como otros economistas consultados, que prefirieron no identificarse, coincidieron en que hay que esperar más informaciones sobre el tema para una evaluación más completa.
Repsol YPF inició en junio pasado sus trabajos de perforación en Yamagua-1, uno de los cuatro objetivos de perforación identificados para el comienzo de prospecciones en áreas bajo contratos a riesgo con Cuba.
La compañía obtuvo derechos sobre seis de los 59 bloques abiertos a licitación a mediados de 1999 por el gobierno cubano de Fidel Castro en un área de 112.000 kilómetros cuadrados de su zona económica exclusiva del golfo de México.
De acuerdo con las pruebas sísmicas realizadas previamente, Yamagua tendría una capacidad potencial de 1.628 millones de barriles. Está situado a más de 30 kilómetros de la costa norte de esta isla caribeña.
Los otros posibles objetivos de perforación identificados por Repsol YPF son Ocuje, con una capacidad estimada de 435 millones de barriles, Obatalá con 1.237 millones y Charaguito con 2.816 millones de barriles.
El Banco de Inversión Suizo-UBS había estimado que la petrolera española podría ganar 1.700 millones de dólares si eran positivos los primeros resultados de sus perforaciones en aguas profundas.
Para analistas de UBS, las posibilidades de éxito en zonas inexploradas o vírgenes son de una entre 10. Cualquier descubrimiento a profundidades de 1.600 metros tendría que desarrollarse mediante un sistema de producción flotante y pozos submarinos, lo que eleva considerablemente los costos de producción.
Sólo el contrato de arrendamiento de la plataforma semisumergible noruega Eric Raude le costó a Repsol-YPF 195.000 dólares diarios. Los trabajos de perforación duraron menos de dos meses.
El gobierno cubano ha guardado hasta ahora un discreto silencio sobre las prospecciones petroleras en el golfo de México, aunque en diciembre pasado aclaró que no basa sus planes de desarrollo socioeconómico en la posibilidad de encontrar o no crudo en esa área.
Pero sí concede especial importancia al sostenido crecimiento de la producción de petróleo y gas que se extraen desde tierra firme, con reservas probadas que estima suficientes para decenas de años.
Esa producción se concentra en un área de 200 kilómetros de largo y entre 10 y 20 kilómetros de ancho en la costa norte de las provincias de La Habana y Matanzas, situada esta última a un centenar de kilómetros de la capital del país.
Según cálculos oficiales, las reservas probadas en esa área, donde operan con contratos de exploración a riesgo compañías de España, Canadá, Francia y Suecia, entre otros países, superan los 100 millones de toneladas, aunque de crudo de baja calidad, pesado y con alto contenido de azufre.
Ese crudo es usado básicamente en la generación de energía eléctrica y las industrias del cemento y níquel. La matriz energética de esta nación caribeña depende fundamentalmente del combustible fósil, con importaciones de unos 100.000 barriles diarios y una producción de unos 75.000 barriles por jornada de gas y petróleo.
En nota oficial publicada en el diario Gramna el pasado 2 de diciembre, el gobierno cubano aseguró que no tenía objeción alguna a que empresas petroleras de Estados Unidos pudieran participar en la exploración y perforación en su zona económica exclusiva sobre bases de beneficio mutuo.
La Habana reaccionó así a supuestas presiones de algunas de esas compañías en busca del levantamiento del embargo económico y comercial que impone Washington a Cuba desde hace más de 40 años, que les impide a esas compañías negociar con la isla de gobierno socialista.