CHINA: Uigures musulmanes atrapados en guerra contra el terror

China, al igual que otros países, aprovecha la guerra contra el terrorismo lanzada por Estados Unidos para justificar abusos infligidos a la minoría musulmana, afirmó Amnistía Internacional.

Las autoridades chinas detuvieron a decenas de miles de personas en la occidental Región Autónoma de Xinjian desde los atentados que dejaron 3.000 muertos el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

Beijing asegura estar apuntando contra terroristas, según el informe de Amnistía titulado ”China: Los uigures que huyen, devueltos a la tortura y la ejecución a cuenta de la lucha contra el terrorismo”, publicado este miércoles.

Los uigures, comunidad étnica que practica mayoritariamente la religión islámica, residen en Xinjiang, ubicada en el extremo occidental de China.

”La represión ha continuado en la región en los últimos dos años, con medidas políticas y policiales enérgicas contra lo que las autoridades denominan los 'tres males' de 'separatistas, terroristas y extremistas religiosos'”, advirtió Amnistía.

”China continúa apelando al 'antiterrorismo' como pretexto para sofocar toda forma de disenso político o religioso en la región”, sostuvo la organización de derechos humanos con sede central en Londres.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, lanzó su ”guerra contra el terror” en octubre de 2001, al atacar Afganistán en represalia por los atentados del mes anterior atribuidos al régimen del movimiento islámico afgano Talibán y a la red terrorista Al Qaeda.

En esta ”guerra”, el gobierno de Bush aprobó varias medidas legales que amplían el poder de las agencias de seguridad estadounidenses y que dejan de lado convenciones de derechos humanos internacionalmente reconocidas.

En ese marco, invadió Iraq en marzo de 2003 sin apoyo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y sin que se comprobara luego nexo alguno entre el depuesto régimen de Saddam Hussein y la red Al Qaeda.

Bush justificó esa campaña en la necesidad de capturar armas de destrucción masiva supuestamente en poder del gobierno de Saddam Hussein, pero esas armas aún no se han encontrado, más de un año después de ocupado Iraq.

La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) indicó en 2002 que varios países se amparaban en la ”guerra contra el terror” de Washington para encubrir graves violaciones de derechos humanos.

HRW identificó a Rusia, Uzbekistán y Egipto como los principales abusadores, pero indicó que Israel, China, Malasia, Arabia Saudita y Zimbabwe usaban tácticas similares.

Es difícil saber hoy si más gobiernos se ocultan detrás de la excusa del terrorismo para justificar la represión, dijo a IPS el abogado Reed Brody, de HRW. ”Se ha vuelto casi en parte permanente del paisaje.”

Brody agregó que varios gobiernos acusan a sus opositores de ”terrorismo” y los amenazan ilegalmente, mientras que Estados Unidos ha perdido su legitimidad y autoridad en materia de derechos humanos y justicia.

”Otros países bajan la voz a causa de la guerra contra el terror. Chechenia no estuvo este año en la agenda de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. No se analizará tan de cerca a determinados países si están alineados con la guerra contra el terror”, agregó el abogado.

Eso podría cambiar si Washington reprime a los funcionarios responsables de torturar a prisioneros de Afganistán e Iraq, en particular en la prisión bagdadí de Abu Ghraib, sostuvo.

Los informes de represión a la comunidad uigur china no cesan desde el estallido de protestas masivas y violentos levantamientos en Xinjiang en 1990.

”En los últimos tres años, decenas de miles de personas en la región fueron detenidas para ser investigadas, y cientos, posiblemente miles, han sido acusados o condenados penalmente. Se cree que muchos uigures, en cantidades imposibles de determinar, fueron condenados a muerte y ejecutados por 'separatistas' o 'terroristas'”, sostuvo Amnistía.

El informe indica también que muchos de los arrestados son prisioneros de conciencia, ”detenidos sólo por participar en actos pacíficos en ejercicio de su libertad de expresión y asociación y de otros derechos”.

Por otra parte, China presiona a los gobiernos de países vecinos para que deporten a exiliados a los que acusan de ”separatismo” y ”terrorismo”, según Amnistía.

Shaheer Alí fue deportado a China desde Nepal, país que originalmente le había concedido refugio. El activista fue luego ejecutado.

”La fecha exacta de la ejecución de Shaheer Alí no es clara. Al parecer sentenciado en marzo de 2003 por varios delitos, incluido 'separatismo', 'organizar y liderar una organización terrorista' y 'manufactuara ilegal, comercio y posesión de armas y explosivos'”, informó Amnistía.

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