El gobierno de Argentina admitió este viernes que el presidente Néstor Kirchner pudo haberse expresado de modo confuso ante líderes judíos, quienes, pese al desmentido oficial posterior, insisten en que éste les informó del hallazgo de pruebas desaparecidas en el caso por el atentado contra la AMIA.
A lo mejor hubo una mala expresión de Kirchner, todos pueden equivocarse, declaró el ministro del Interior, Aníbal Fernández, al tiempo que rechazó la existencia de cualquier otra intención en lo informado a la delegación de la colectividad judía argentina que visitó al mandatario el lunes, al día siguiente de cumplirse los 10 años del ataque que mató a 85 personas.
En tanto, el presidente de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), Abraham Kaul, ratificó este viernes ante la justicia que Kirchner le dijo a él y a sus acompañantes que se habían encontrado 46 casetes, y no sólo unos recibos como declarara más tarde el mandatario, restando importancia al tema.
El aparente malentendido había comenzado el lunes cuando Kaul anunció en rueda de prensa que el mandatario argentino le había comunicado la recuperación de 46 casetes extraviados de la pesquisa por el ataque con coche-bomba que el 18 de julio de 1994 destruyó el edificio sede de la mutual, ubicado en un barrio céntrico de Buenos Aires.
Kaul, quien asistió a la entrevista con Kirchner junto a una veintena de dirigentes de la comunidad judía y de funcionarios argentinos, anunció la novedad del hallazgo ante los periodistas al finalizar la entrevista, junto al secretario de la Presidencia, Oscar Parrilli, y nadie lo desmintió por casi 24 horas.
La noticia de la recuperación de los casetes fue recibida con entusiasmo por familiares de las víctimas de la AMIA, y con cierta cautela por abogados de la querella que se preguntaban qué había pasado con el resto de las pruebas desaparecidas. La denuncia del extravío mencionaba 65 casetes y los recuperados parecían menos.
Los casetes contienen grabaciones de llamadas telefónicas a la casa del mecánico Carlos Telleldín, acusado de ser partícipe fundamental del atentado, porque se cree que fue el encargado de preparar la camioneta con cabina, tipo trafic, utilizada para cargar los explosivos detonados contra la sede mutual.
Al día siguiente del anuncio, Kirchner dijo que estaba absolutamente claro que, lo que había dicho en la reunión, era que se presentaron a la causa los recibos de quienes retiraron los casetes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), cuando en realizada se conocía con anterioridad que los firmantes son dos comisarios de la Policía Federal.
La desmentida de Kirchner causó desazón en la comunidad judía, que el domingo había manifestado confianza en la actitud del gobierno en favor de que la justicia finalmente determine la autoría material e intelectual del ataque.
Así, Kaul evitó luego pronunciarse ante la prensa, y los familiares de las víctimas lamentaron lo que consideraron como una nueva manipulación de la información en una causa sensible y plagada de irregularidades, donde el ex presidente Carlos Menem (1989-1999) es sindicado como uno de los principales responsable de esa situación.
Es necesario presionar al gobierno para que diga de donde salió esa información de los casetes, porqué se equivocó el presidente y porqué tardaron 24 horas en retractarse, señaló a IPS, Adriana Reisfeld, de la agrupación de familiares de víctimas Memoria Activa.
Reisfeld, quien perdió a su hermana en el atentado contra la AMIA, precisó que habló con Kaul y éste le aseguró haber escuchado la novedad de los casetes. Yo confío en Kaul como confío en este presidente que manifiesta buena voluntad para esclarecer el atentado, pero alguien se equivocó, dijo.
A su juicio, Kirchner cometió una infidencia al brindar una información que aún no estaba chequeada, y calificó de infantil la justificación del ministro Fernández acerca de un error de expresión del presidente.
En tanto, una de las querellantes en la causa AMIA, Marta Nercellas, anticipó que van a exigir la profundización de la búsqueda de ese material grabado. Para la letrada, esos casetes existen y estas versiones son parte de las (peleas) internas entre la SIDE y la Policía Federal.
El ministro de Justicia, Gustavo Béliz, calificó de papelón el manejo informativo del presunto hallazgo, luego desmentido, y finalmente justificado por otro ministro del gabinete en un supuesto error de expresión del presidente.
Este viernes, Kaul se presentó a declarar ante el juez federal Claudio Bonadío, quien investiga justamente las irregularidades cometidas en la investigación durante estos 10 años. Allí ratificó que en la reunión del lunes el presidente habló de casetes y no de recibos, según confirmó a la prensa su abogado Juan Avila a la salida de la sede judicial.
Avila explicó que su cliente escuchó de boca del presidente y ante 22 testigos, la palabra casetes, que lo dijo como al pasar y que fue una sorpresa para Kaul, que de inmediato advirtió la significación del hallazgo y no atinó a pedir más detalles o precisiones al jefe de Estado.
Frente a esta ratificación ante el juez, Fernández intentó poner fin a la polémica y admitió que el presidente pudo haber cometido un error de expresión y dijo que, si hubiera tenido otra vocación, hubiese convocado a los medios para mostrar un hallazgo de semejante envergadura.
En todo caso, nadie explica en qué consistió el error, de quién es la responsabilidad de que el presidente esté mal informado para entrevistarse con dirigentes judíos que lo habían tenido como invitado en el acto de homenaje a las víctimas el día anterior, cuando se cumplían 10 años del ataque.
En ese acto, los dirigentes de la colectividad y familiares de las víctimas habían expresado su esperanza en el esclarecimiento del atentado todavía impune, debido a la voluntad manifestada por el presidente que ordenó abrir archivos de inteligencia y de la cancillería. (