TEATRO-MEXICO: La pasión de Blake en escena

”Las bodas del cielo y el infierno”, del poeta y grabador inglés William Blake, cumplió más de 50 representaciones en teatros de México con una puesta en escena irreverente en que se invita a explorar el placer más allá del bien y del mal.

”El camino del exceso lleva al palacio de la sabiduría”, afirma Blake en uno de sus poemas. Con ese norte fue montada y recibió una gran acogida del público la obra del creador inglés que vivió de 1757 a 1827 bajo el estigma de excéntrico y demente,.

Los trajes excéntricos, la música electrónica en vivo y un ambiente nebuloso y a media luz que intentó recrear el cielo y el infierno acercaron a los espectadores al pensamiento de Blake, quien fue admirado por creadores como el escritor inglés Aldous Huxley y el músico de rock estadounidense Jim Morrinson.

”Lo que queremos decir (con la obra) es que estar vivo es gozoso y que abrirse a las experiencias del infinito es ejercer una libertad creadora, lo que temen igual los burócratas que los gobernantes”, señaló Jorge Reyes, músico y productor de ”Las bodas del cielo y el infierno”.

El aforo del teatro capitalino donde fue exhibida la obra hasta fines de mayo estuvo casi siempre a tope. ”Es una obra sugerente que te impulsa a probar cosas nuevas y a ser creativo, pero con cierta dulzura y pasión”, dijo a IPS el arquitecto Manuel Salinas, uno de los espectadores.

”El acto más sublime consiste en poner al otro ante ti”, decía Blake. Así, la puesta en escena arranca con una batalla de luces y sonidos que busca recrear la lucha entre contrarios, mientras una voz habla del bien y el mal, el cielo y el infierno.

”Todo lo que es posible creerse es imagen de la verdad” se escucha por los altoparlantes mientras de lo alto de un risco construido con cartón, y rodeado de nubes voraces, hace su aparición el Diablo, representado con un traje del que emergen docenas de penes, y celebra a viva voz las fuerzas de la energía y el deseo.

Ese demonio de hablar profundo, encarnado por la actriz Ariane Pellicer, reta a los espectadores a vivir el deseo con intensidad ”para así alimentar el alma”.

Luego, entre mutaciones de atmósferas, el demonio se transforma en un Blake femenino, quien invita a tener visiones míticas explotando la imaginación y el deseo. El momento es coronado por una explosión de luces pirotécnicas en pleno escenario.

”Es una obra atrevida y con un guión magistral, que deja a los espectadores con el deseo de crecer y transgredir para crear lo nuevo”, sentenció el crítico de teatro mexicano Javier de la Salle.

En ”Las bodas del cielo y el infierno”, Blake dialoga con profetas cristianos que aparecen empotrados en grandes sillas. Con ellos reflexiona sobre los contrarios y sobre la necesidad de ”limpiar las puertas de la percepción” para que el hombre pueda gozar y ver el infinito.

”Del mismo modo en que el gusano elige las más bellas hojas para depositar sus huevos, el cura deposita sus maldiciones en los placeres más bellos”, apunta Blake en sus poemas, que fueron duramente criticados por los católicos y cristianos de su época.

Tras haber leído a Blake con intensidad, Reyes sostiene que ”el bien es lo pasivo que obedece a la razón y el mal es lo activo que surge de la energía”.

Blake hacía una dura crítica al cristianismo, recuerda el músico mexicano. El escritor ”habló de cómo la religión institucionalizada limita la imaginación y se convierte en un sistema destructivo y fanático”, expresó.

”Es un poco lo que estamos viviendo ahora, el fanatismo religioso llevado al extremo de la guerra (la invasión de Iraq por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña)”, opinó.

”La obra que montamos tiene mucha vigencia, pues Blake podría haber nacido ayer y ser uno de los escritores más modernos”, apunto por su parte Pellicer, actriz mexicana de gran prestigio.

Blake reivindicó la libertad individual total y rechazó la racionalidad como dique de la imaginación y la sensualidad, señalan sus biógrafos.

Por esa filosofía, el creador sufrió la marginación y fue varias veces calificado de loco, sobre todo cuando afirmaba que mantenía comunicación con Dios, el Diablo, los ángeles y mundos fantásticos.

”Me gusto la obra y ojalá la vuelvan a montar en el futuro, pues lleva al público a esos mundos que tenemos dentro, pero que los aplacamos con la rutinas, el trabajo y tanta tontería que nos aplasta”, comentó Santiago Varela, un estudiante universitario de teatro que vio la obra.

Varela sostiene que el mensaje central de la obra está resumida en uno de sus últimos parlamentos, cuando el Blake encarnado por Pellicer señala que ”la prudencia es una rica vieja y fea mujer cortejada por la incapacidad. Aquel que desea pero no actúa alimenta la pestilencia”. (

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