La persistencia de la desigualdad de género será el tema central de la Novena Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que convocará a representantes gubernamentales y de la sociedad civil entre este jueves y el sábado en ciudad de México.
Pese a la creciente incorporación femenina a la fuerza laboral en la última década, las mujeres siguen siendo las más afectadas por la pobreza, indican informes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que organiza esta cita regional.
Según organizaciones de mujeres y feministas, los gobiernos de la región no han destinado recursos suficientes ni han puesto voluntad política para cumplir los compromisos de la plataforma de acción acordada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en Beijing en 1995.
En vísperas del encuentro Beijing+10, el año próximo, América Latina muestra relativos progresos en la participación de las mujeres en la economía y en órganos de poder, contrarrestados por el persistente deterioro de su condición social, de acuerdo a Cepal, agencia regional de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) con sede en Santiago de Chile.
Con respecto al cumplimiento de la Plataforma de Acción de la Mujer, de Beijing, creo que ha habido más retrocesos que avances. Nuestra consigna es no retroceder un paso más, dijo a IPS la periodista María Pía Matta, directora de la Corporación La Morada, una de las principales organizaciones feministas de Chile.
Organizaciones de mujeres y feministas de toda la región que asistieron a la reunión preparatoria de la conferencia mexicana, celebrada en Brasilia en marzo último, señalaron como uno de los logros de sus luchas por la equidad, la creación de ministerios de la mujer en varios países.
Pero el cumplimiento integral de la Plataforma de Acción para la Mujer se ve imposibilitado por el modelo económico imperante en el mundo, con sus ajustes estructurales y las injustas reglas del comercio internacional que se negocian en la OMC (Organización Mundial del Comercio), señalaron.
Según los grupos feministas y de mujeres, el predominio de este fundamentalismo económico tiene fuertes impactos que acentúan las desigualdades de género en los mercados laborales, afectando las oportunidades y calidad del empleo, para provocar cada día más pobreza.
Nuestros gobiernos han omitido tomar las medidas necesarias que garanticen la equidad y la inclusión frente al sexismo, el racismo y otras expresiones de discriminación persistentes, señala una declaración conjunta de las organizaciones difundida por Cepal.
Entre las discriminaciones que existen, una de las más fuertes es la diferencia de salarios entre hombre y mujer, corroboró el empresario chileno Roberto Fantuzzi, quien participó en la presentación de un estudio sobre discriminación de la Fundación Chile 21.
En particular en Chile vemos como sigue pesando la influencia de la Iglesia Católica y, dentro de ella, de las facciones más conservadoras, como el Opus Dei, dijo Matta a IPS.
Así, hemos visto fuertes oposiciones a la píldora del día después, a la ley de divorcio, que afortunadamente se aprobó, aunque con limitaciones, y que el tema de la legalización del aborto sigue siendo tabú, añadió.
Las mujeres latinoamericanas son discriminadas en el campo de la salud, donde la pobreza se expresa en abortos inseguros y clandestinos, y del mismo modo son las más afectadas por fenómenos como las migraciones forzadas y los conflictos armados.
Un tercio de los menores reclutados forzosamente en los grupos armados irregulares de Colombia son niñas, indica un documento emitido esta semana por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.
Los reclamos por la discriminación encuentran sustento estadístico en los informes que Cepal llevará a la conferencia regional que inaugura este jueves el presidente mexicano Vicente Fox.
Para entender el fenómeno de la pobreza y su persistencia en la región es necesario analizar sus vínculos con la equidad en el empleo y particularmente con la autonomía económica y el empoderamiento de las mujeres, señalaron fuentes de Cepal en Santiago.
La agencia de la ONU subrayó que casi la mitad de las mujeres latinoamericanas mayores de 15 años no tienen ingresos propios, frente a 20 por ciento de los hombres que están en esa situación. Las jefas de hogar cuentan con menos ingresos monetarios que los hombres, tanto en los hogares pobres como en los de sectores medios y ricos.
En el último decenio aumentó la proporción de hogares con jefatura femenina, y en nueve de 18 países analizados por Cepal se comprobó un incremento porcentual de la indigencia o extrema pobreza en este tipo de hogares.
Desde las visiones conservadoras que pesan en Chile, sigue instalada la imagen de que debe existir un solo tipo de familia reconocida, la tradicional, lo cual contribuye a la discriminación de las familias monoparentales de jefatura femenina, dijo Matta.
Las mayores brechas de ingreso con relación a los hogares con jefatura masculina se dan en Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, República Dominicana y Venezuela.
En 2002, casi 90 por ciento de las jefas de hogar no tenían cónyuge, mientras que en los hogares con jefatura masculina esa situación afectaba a solo 13 por ciento.
La tasa de participación de las mujeres en la actividad económica, que era de 37,1 por ciento en 2000, se proyecta a 39,4 por ciento para 2005 y debe llegar a 41,6 por ciento en 2010.
Pese a este continuo incremento de la presencia femenina en el mercado laboral, los ingresos de las mujeres equivalían en 2002 a 68 por ciento de los de los hombres, puntualizó Cepal.
El mayor protagonismo económico de las mujeres va gestando algunos cambios culturales que se reflejan, por ejemplo, en la publicidad, según destacó la ministra del Servicio Nacional de la Mujer de Chile, Cecilia Pérez.
Un estudio sobre la propaganda en televisión mostró que la representación femenina en funciones de trabajadoras, madres, amas de casa y papeles mixtos en esos ámbitos alcanza a 46,8 por ciento del total de anuncios con mujeres, frente a 38,5 por ciento que propicia la imagen de objeto sexual.
La representación como trabajadoras, de 17,7 por ciento, es mayor que la de amas de casa (11,3) y madres (9,7 por ciento), indicó la ministra, quien destacó igualmente que 21,7 por ciento de la propaganda proyecta imágenes de la mujer en clara situación de autonomía, poder de decisión y ejercicio de su libertad.
La activista Matta discrepó con la ministra.
En general hay mayor presencia de las mujeres en los medios. Pero en la publicidad se sigue abusando de los estereotipos que no reflejan a la mujer real: flaca, rubia, bella, dijo a IPS la activista.
Aun cuando se destaca más su papel en el trabajo, se la pone siempre en el lugar 'de la buena alumna', la mujer de buena conducta, que es también un modelo de perfección según los cánones tradicionales.
Para la publicidad en la televisión la mujer no puede ser extravertida ni dominante, porque eso corresponde a los hombres. Y en lo que respecta a la representación en general de la mujer, sigue excluida o con una figuración mínima en los espacios de opinión política, concluyó.
La presencia de las mujeres en los órganos legislativos sigue siendo esmirriada en relación con su presencia demográfica (52 por ciento de la población) y su participación laboral, asunto que también será analizado en México.
Argentina lleva la delantera con 30,7 por ciento de mujeres en su Cámara de Diputados y 33,3 por ciento en el Senado. En Chile, la presencia femenina es de 12,5 por ciento entre los diputados y 4,1 por ciento entre los senadores.