En Sicilia la gente padece sed, pero no por falta de agua. Esa isla italiana recibe unos 7.000 metros cúbicos de lluvias cada año, casi el triple de lo necesario para la demanda anual de 2.000 metros cúbicos. Pero el líquido se escurre entre la mala administración, la corrupción y la mafia.
Italia, con 236 ríos y 53 lagos, es la mayor consumidora de agua de Europa y la tercera del mundo después de Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, un tercio de los italianos no tiene acceso a agua potable, sobre todo en las regiones meridionales.
En Calabria y Sicilia, esa carencia afecta a 53,3 por ciento de la población, en Basilicata a 64 por ciento, y en Puglia a 64,4 por ciento.
En los últimos 20 años, más de 1.400 millones de dólares terminaron en manos de mafiosos relacionados con el negocio del agua en Sicilia. Mucho de ese dinero se destinó al pago de coimas, a represas jamás inauguradas o fue gastado en las continuas reparaciones del sistema de distribución.
Ya en 1874, los llamados ”guardianes” y ”fontaneros”, asociados a la mafia, cobraban por el agua.
En 1968, gran parte de los 13 pozos de agua registrados en la isla eran administrados por familias mafiosas como los Buffa, Motisi, Marceno y Teresi.
La mafia,surgida en el siglo XIX en el sur del país, es liderada por unos 1.500 jefes o ”padrinos” y controla el contrabando, la prostitución, la inmigración clandestina y el tráfico de drogas, órganos, animales, desechos tóxicos y armas.
”En Sicilia, la mafia tradicionalmente ha desempeñado un papel importante en las concesiones de las obras hídricas y en la construcción de nuevas represas y embalses. No le interesa que se reparen los daños, porque perderían su negocio”, dijo a Tierramérica el director de la organización ambientalista Legambiente, Roberto della Sora.
Palermo, la capital de Sicilia, dispone de manantiales, pozos y ríos para proveerse de agua, pero 40 por ciento de ella se desperdicia, por filtraciones de la vieja red de distribución. Un tanque de 6.000 litros costaba el año pasado de 72 a 84 dólares.
La situación se volvió tan dramática que el lema del partido Refundación Comunista para las últimas elecciones regionales fue ”Agua en cada casa y en el campo, 24 horas de 24, 365 días al año, contra la mafia, los desperdicios y las privatizaciones”.
Hoy, según las autoridades, los 800.000 habitantes de Palermo pasan menos sed, con un consumo por cabeza de 210 litros anuales y un desperdicio de agua de 27 por ciento.
”No se excluye la participación de la mafia, porque es un fenómeno presente que no se puede cancelar del todo. A ellos les interesaba el agua, pero no hay evidencias. El Estado administra el agua, aunque hay 1.200 pozos en manos privadas”, comentó a Tierramérica el presidente de la Empresa Municipal de Agua, Dario Allegra.
En Agrigento, otra ciudad de la isla que tiene 55.000 habitantes, la población recoge agua de lluvia en jofainas colocadas sobre los techos, en tinas de baño o baldes. En 1986, el agua llegaba tres horas cada 18 días, y en 2002 tres horas cada 15 días.
Agrigento tiene 14 depósitos de agua que no están interconectados y alimentan diferentes partes de la red de distribución.
Sicilia tiene 30 represas, pero no todas funcionan. Algunas están en construcción hace 20 años, y otras pierden hasta 50 por ciento del agua que pasa por ellas.
La represa Ancipa, en reparación desde 1987, podría recoger 34 millones de metros cúbicos de agua, pero sólo contiene cuatro millones.
La represa Rosamarina, construida en los años 90, está en territorio controlado por la mafia. Tiene capacidad para 80 millones de metros cúbicos, pero se usa sólo para regar los cultivos. Estaba previsto que su agua llegara hasta Palermo, pero nunca se han colocado 200 metros de tubería que hacen falta para eso.
Hace 10 años que la escasez de fondos y una contienda administrativa entre municipalidades tienen paralizada esa obra.
”La mafia está en todos los negocios, desde el hormigón hasta la distribución de agua, pasando por la recolección de basura”, aseguró a Tierramérica el ingeniero Giuliano Canatta, profesor de la Universidad de Siena y presidente del Instituto de Ambiente Territorial y Recursos.
En la isla hay 450 institutos estatales y privados, sociedades mixtas y privadas, y también consorcios que se ocupan del agua. Pero ninguno logra aplacar la sed.
Las actuales autoridades nombraron un comisario general para ordenar el sistema y quieren privatizar el servicio, aunque los críticos alegan que el agua es un bien común, no una mercancía.
”La mafia logró entrar en los concejos y hasta en el parlamento regional. Hay una red de complicidad y los procesos de privatización pueden caer en sus manos ”, dijo a Tierramérica el secretario provincial de Refundación Comunista de Agrigento, Alfonso Frenda. (