La controversia por la caída del presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide sigue alimentada por el desafío de 15 pequeños estados del Caribe (Caricom), a las potencias occidentales lideradas por Estados Unidos.
Desde el abrupto fin del gobierno de Aristide, el 29 de febrero, la Caricom (Comunidad del Caribe) reclama una investigación internacional e imparcial sobre el caso.
El mandatario fue transportado ese mismo día a República Centroafricana en un vuelo especial de Estados Unidos, mientras violentos rebeldes haitianos avanzaban sobre Puerto Príncipe. Desde entonces, Aristide se radicó primero en Jamaica y luego en Sudáfrica.
La Caricom mantiene su reclamo de una investigación a pesar del evidente desinterés por parte de Washington en que prospere.
Aristide continúa afirmando que fue secuestrado por infantes de Marina (marines) estadounidenses y que no renunció por su propia voluntad, como aseguran funcionarios de Washington, sino obligado a firmar el documento.
Con la aprobación el martes de una resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) que abriría espacio a una investigación, la postura de la Caricom parece haberse reivindicado.
Por insistencia del bloque, la asamblea de la OEA, que sesionó entre el 6 y 8 de este mes en Quito, aprobó una resolución que invoca el artículo 20 de la carta constitutiva de la organización hemisférica.
En caso de una alteración inconstitucional a un régimen constitucional que afecte seriamente el orden democrático de un Estado miembro, cualquier Estado miembro o el secretario general puede solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para evaluar colectivamente la situación y tomar las medidas que estime apropiadas, indica.
La resolución reconoce que hubo una alteración en el régimen constitucional de Haití cuando Aristide dejó el país, señaló el canciller jamaiquino Keith Knight en una entrevista para la oficina de prensa de la OEA.
Knight subrayó en que la resolución no legitima el actual gobierno interino haitiano del primer ministro Gerard Latortue.
Esta resolución en ninguna manera incluye el reconocimiento del régimen, y, hasta donde entiende Caricom, ese asunto debe ser tratado cuando los jefes de gobierno del grupo se reúnan en Granada en julio, señaló.
Caricom hasta ahora no ha reconocido al gobierno de Latortue.
Aunque la resolución de la OEA prepara el camino para una investigación de lo ocurrido en Haití, no hay muchas esperanzas de que ésta se materialice.
Orlando Marville, ex diplomático de la Caricom, dijo al servicio caribeño de la BBC que la resolución no afectará en lo más mínimo al gobierno de Latortue. No lo tocará porque nadie va a tomar la posición de la OEA en serio, señaló.
Por su parte, el analista Neville Duncan, de la Universidad de Indias Occidentales, tampoco cree que se lleve a cabo la investigación, pero de todas formas considera muy importante la resolución.
Este es un golpe simbólico contra el unilateralismo de Estados Unidos, que se siente capaz de prescindir de los acuerdos internacionales como el Protocolo de Kyoto o el (Estatuto de Roma, que dio origen al) Tribunal Penal Internacional, dijo Duncan a IPS.
Duncan sostuvo que el caso de Arisitide evidenció la necesidad darle más voz a los países en desarrollo en las instituciones internacionales, y pidió una revisión drástica para permitir una mayor participación de los países pequeños en el sistema.
La batalla comenzó antes de la reunión (ministerial de la Organización Mundial del Comercio realizada en septiembre en la sudoriental ciudad mexicana) de Cancún. Los países del Sur, incluidos a los sudamericanos y del Caribe, están haciendo un gran trabajo para elevar su voz, destacó.
Es poco probable que la resolución de la OEA tenga algún efecto en el posible regreso de Arisitide, pero de todas formas es un paso muy positivo de ese organismo internacional, dijo Larry Birns, director del independiente Consejo sobre Asuntos Hemisféricos, con sede en Estados Unidos.
Cada vez que la OEA dependió de las acciones individuales de su secretario general (César Gaviria) terminó en alguna manera acomodándose a Washington, porque Gaviria es un gran amigo de Estados Unidos, dijo Birns a IPS.
Esta semana fue electo nuevo secretario general de la OEA Miguel Angel Rodríguez, presidente de Costa Rica de 1998 a 2002, quien asumirá en diciembre.
Cuando la OEA actuó como un cuerpo tomó con frecuencia posturas independientes de Estados Unidos. Es por eso que considero esto una señal esperanzadora de que el grupo poco a poco vaya dejando la actitud de perro faldero impulsada por Gaviria, añadió.
Pero los mayores errores respecto de Haití los cometió la Organización de las Naciones Unidas (ONU), según Birns.
El canciller de Trinidad y Tobago, Knowlson Gift, señaló en una conferencia de prensa el mes pasado que todos los intentos de la Caricom para que la ONU investigara la salida de Aristide se vieron frustrados por la resistencia del Consejo de Seguridad y del secretario general, Kofi Annan.
El fracaso era inevitable, pues tanto Estados Unidos como Francia, que jugaron un papel clave en la salida de Aristide, son miembros permanentes del Consejo de Seguridad, y por tanto cuentan con poder de veto sobre sus resoluciones, indicó.
Canadá, que apoyó las acciones de Estados Unidos y Francia, también tuvo un papel fundamental en el desenlace de la crisis haitiana en febrero.
Annan constantemente ha criticado a Occidente por su indiferencia hacia Ruanda, pero él mismo actuó de forma escandalosa con Haití, dijo Birns.
La ONU fue básicamente intrascendente en lo que tiene que ver con Haití. Sólo validó lo que hizo Estados Unidos. Cuando se precisaba a la ONU, simplemente no estaba, agregó.
Un aspecto importante de la resolución de la OEA es el pedido de la ayuda internacional para reconstruir Haití, un esfuerzo del que la Caricom siempre quiso participar, dijo Knight.
La organización también instó a realizar cuanto antes elecciones en Haití, donde las fuerzas de paz de la ONU comenzaron a remplazar a la fuerza multinacional liderada por Estados Unidos.
Según observadores, las tropas estadounidenses pudieron acabar con la violencia en gran escala en Puerto Príncipe, pero todavía no desarmaron a los rebeldes.
Duncan se mostró ansioso por ver a la Caricom participar de los esfuerzos para la reconstrucción de ese país, aunque señaló que el bloque todavía debe involucrarse más con los problemas haitianos.
Necesitamos reducir los ataques contra el Partido Lavalas (de Arisitide) y trabajar para lograr elecciones libres y justas. Tenemos que estar ahí, en un sentido organizacional, afirmó.
El gobierno de Latortue prometió convocar elecciones para 2005.