ENERGIA-AFRICA: Indígenas denuncian «ecocolonialismo»

Daniel Salau Rogei, como la mayoría de los masai de Kenia, no es más que un observador en el proyecto geotermal en su región nativa, y cree que su exclusión forma parte de un ”ecocolonialismo”.

Empresas de países industrializados ”usan el ambiente y los recursos de los pueblos indígenas para promover sus negocios y marginarnos más”, acusó.

La central de energía geotérmica de Olkaria, Kenia, es un claro ejemplo de cómo los proyectos de energía renovable pasan por alto a los residentes locales pobres, destacó Salau.

El proyecto de Olkaria abarca 11 kilómetros cuadrados y con su vapor satisface más de cinco por ciento de la demanda de electricidad de Kenia, en el este de Africa.

Pero un reciente estudio de la Red Africana de Investigaciones sobre Políticas Energéticas demuestra que, de 500 empleados en la central, sólo cinco son de la comunidad masai: un dactilógrafo, un oficinista, un conductor, y mensajero y tres vigilantes.

Los masai del lugar se han vuelto observadores del uso de fuentes renovables de energía en su área sin obtener ningún beneficio, concluyó Salau.

Salau se quejó de que tampoco fue más que un observador en la Conferencia Internacional sobre Energías Renovables, que se realizó en la ciudad alemana de Bonn la semana pasada y formó parte de un movimiento político para reducir la dependencia del petróleo, en beneficio de la previsibilidad climática, el ambiente y el desarrollo.

”Nos sentimos muy marginados en esa conferencia. No nos dieron una oportunidad de expresar nuestras ideas”, dijo a IPS.

Daniel Salau integró un grupo de representantes de pueblos indígenas que llegaron a Bonn con la esperanza de una participación real. Sin embargo, los organizadores de la conferencia les negaron el estatuto de delegados y sólo les permitieron asistir como observadores.

Los pueblos indígenas se definen como aquellos que han vivido ancestralmente en una tierra determinada, en estrecha relación con el ambiente y con frecuencia intocados por la vida moderna.

”No han mostrado aprecio por nuestro papel en el desarrollo sostenible y las fuentes renovables de energía”, manifestó Salau con decepción. Los indígenas esperaban otra cosa porque ”en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo hace dos años, se reconoció la importancia de los pueblos nativos en la declaración política”.

Sin embargo, en la conferencia de Bonn, ”se tomaron decisiones en nuestro nombre, y eso fue un retroceso”, lamentó.

Representantes de pueblos indígenas de Ecuador, Panamá, Colombia y Kenia, entre otros, escribieron una carta de protesta de los administradores de la conferencia.

”Estamos extremadamente preocupados y decepcionados por nuestra exclusión de la conferencia y la negativa de participación plena y eficaz de los pueblos indígenas a todo nivel”, escribieron.

”Seguimos con interés las iniciativas de promoción de energías renovables, como alternativa a tecnologías basadas en combustibles fósiles, responsables por la violación de nuestros derechos humanos y el deterioro de nuestro ambiente”, agregaron los representantes indígenas.

Los países industrializados deben asegurarse de que ”la promoción de energías renovables no conduzca a un aumento de la pobreza entre los pueblos indígenas y a una nueva forma de colonización de sus territorios”, advirtieron, y exhortaron a realizar proyectos de energía renovables en territorios indígenas ”sólo con su previo y libre consentimiento informado”.

La petición de los indígenas planteó interrogantes más amplias sobre el destino de grupos marginados de países en desarrollo, mientras empresas europeas llevan a sus áreas tecnologías patentadas para desarrollar energía basada en fuentes renovables, como el sol, el viento y la biomasa. (

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