Mares y océanos, que ocupan 70 por ciento de la superficie del planeta, están en el centro de un tormentoso debate sobre su futuro iniciado este viernes en la española ciudad de Barcelona, en vísperas del Día Mundial del Medio Ambiente.
Unos 15 activistas de la organización no gubernamental Greenpeace escalaron este viernes las torres de la histórica catedral de La Sagrada Familia, ubicada en el centro de la septentrional Barcelona, y colgaron en ellas enormes carteles con la frase ¡Salvemos nuestros océanos!, en catalán e inglés.
Su reclamo coincide con el mensaje del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, con ocasión de este 5 de Junio.
Insto a los gobiernos, las empresas y las personas del mundo entero a que demuestren un respeto renovado por los mares y los océanos, donde se originaron todos los seres vivos del planeta, dio Annan.
Ochenta por ciento de la contaminación de mares y océanos se origina en actividades realizadas en tierra, y tres de cada cuatro mega ciudades del mundo están ubicadas junto al mar, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
El responsable de la campaña de Greenpeace España, Sebastián Losada, señaló que todo el mundo reconoce que los océanos están en crisis, por lo que no debemos continuar explotándolos hasta su extinción.
Estamos ante una carrera contrarreloj y las Naciones Unidas tienen que llegar a un compromiso real, que involucre a todos los países, para salvar los océanos, agregó..
Greenpeace reclama una moratoria inmediata sobre la pesca de arrastre de fondo, una práctica que, al desplegar y arrastrar redes por las profundidades, destruye los montes submarinos, considerados una de las mayores riquezas de los océanos.
Esas redes van enganchadas a dos planchas de metal de unas diez toneladas cada una, para que se hundan rápidamente. Cuando atrapan peces destruyen al mismo tiempo los corales, por ejemplo, que han tardado cientos de años en crecer, y a las especies que viven asociadas a ellos.
El Pnuma resolvió llevar la celebración principal del 5 de Junio al Fórum Barcelona 2004, un promocionado y costoso encuentro destinado a alentar el diálogo intercultural y la diversidad, como caminos para hallar una globalización más justa.
Klaus Toepfer, director ejecutivo del Pnuma, destacó en su mensaje ante el Fórum que los mares y océanos siguen siendo un gran misterio, por descuido y falta de investigación.
Pese a ello, esa ignorancia no evita nuestra explotación ciega de aquello que, como vamos apreciando en grado creciente, es un recurso frágil y finito, entre otras razones porque más de 80 por ciento del pescado marino se captura hasta su límite de sustentabilidad o por encima de él, afirmó.
Además de la depredación pesquera, usualmente en manos de flotas comerciales ilegales, no reguladas o subvencionadas, Toepfer subrayó la contaminación de las aguas oceánicas, 80 por ciento de la cual procede de actividades realizadas en tierra.
Entre esos contaminantes se encuentran los abonos y plaguicidas agrícolas, cuyos excedentes son transportados por las aguas dulces hacia los mares, y los vertidos de aguas servidas, industriales, petroleros y nucleares.
Debido al exceso de nutrientes (sobre todo nitrógeno de fertilizantes agrícolas), proliferan algas nocivas que han creado casi 150 zonas muertas costeras desoxigenadas, que ocupan superficies de entre uno y 70.000 kilómetros, de acuerdo a los datos divulgados por el programa de la ONU.
Los desechos plásticos causan la muerte de hasta un millón de aves marinas, 100.000 mamíferos e innumerables peces por año, señala el Pnuma, cuyo lema para este 5 de Junio es Se buscan. Mares y océanos. ¿Vivos o muertos?.
Las criaturas marinas que mueren a causa del plástico se descomponen, pero el plástico no, permanece en el ecosistema y continúa matando.
Si a ello se agregan los efectos del recalentamiento de la atmósfera ocasionado por los gases de efecto invernadero, que amenaza con destruir la mayoría de los arrecifes de coral del mundo, la situación de los ecosistemas marinos es alarmante, concluye el Pnuma.
Se requieren medidas urgentes para enfrentar esta crisis, involucrando a gobiernos, instituciones, organizaciones no gubernamentales y la sociedad en su conjunto.
La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, celebrada en Sudáfrica en 2002, exhortó a adoptar para este año una evaluación del medio marino, y a desarrollar una red de zonas marinas protegidas para 2012.
Menos de 0,5 por ciento de los hábitat marinos están protegidos, contra 11,5 por ciento de los territoriales. No hay zonas protegidas en alta mar, áreas del océano que van más allá de las jurisdicciones nacionales y que cubren casi la mitad de la superficie del planeta.
En el Fórum se anticiparon críticas y alternativas. Una de ellas, de Greenpeace, fue dirigida a los propios organizadores del encuentro, por haber instalado una central de energía térmica a gas, como ejemplo de sustentabilidad.
Para los activistas, eso es un engaño a la opinión pública por ser una fábrica de contaminación y cambio climático. La combustión de gas es una de las tres principales generadoras de efecto invernadero (junto a la de petróleo y carbón), que los científicos vinculan con el recalentamiento atmosférico.
La central es aún más criticable, afirmó Emilio Rull, responsable de energía de Greenpeace España, porque España tiene un alto potencial de energías renovables y debe priorizar éstas sobre el gas -que es importado- de manera que se cierren las centrales más contaminantes y que el país se convierta en líder de energías renovables a nivel mundial.
Entre las alternativas para reemplazar o disminuir el consumo de petróleo y sus derivados, se destacó la presentada por el ex presidente de la Unión Soviética y premio Nobel de la Paz Mijaíl Gorbachov, que despertó polémica.
Para quien fue el último líder de esa potencia, desde 1985 hasta su disolución en 1991, y responsable de una política de transparencia y negociación que puso fin a la guerra fría, la energía nuclear es la única opción para combatir el cambio climático ahora.
Las palabras de Gorbachov, quien preside la organización no gubernamental (ONG) Cruz Verde, despertaron iras. Hasta dirigentes de esa ONG en España se vieron obligados a señalar que no compartían esa tesis y abogaban en cambio por el uso de fuentes limpias y renovables.
El ecologista Carlos Vallecillo, del Fondo Mundial para la Naturaleza – España (WWF/Adena), consideró paradójico que Gorbachov olvidara que el mayor accidente nuclear de la historia ocurrió en la Unión Soviética y durante su mandato, cuando colapsó un reactor de la central atómica de Chernobyl, en 1986.
Decenas de miles de personas murieron por efecto directo de la radiación y unas 300.000 fueron afectadas por distintos tipos de cáncer.
Los ecologistas recordaron también desastres como el hundimiento del petrolero Prestige en noviembre de 2002, frente a las costas septentrionales de España sobre el océano Atlántico, cuyos daños ambientales todavía se advierten.
Pero, destacaron, lo importante ahora es prevenir y adoptar medidas concretas que sean respetadas por los Estados, como el Protocolo de Kyoto sobre cambio climático, único instrumento internacional para abatir los gases invernadero que no logra entrar en vigor por el rechazo de Estados Unidos y Rusia.
La necesidad de actuar es urgente. Los equilibrios marinos son frágiles y no podrán seguir dando respuestas al aumento de los vertidos tóxicos.
La mejor prueba nos la dan los mares Indico y Báltico, casi muertos, el mar del Norte, cuyos recursos piscícolas declinan trágicamente, el Mediterráneo, gravemente afectado, y los arrecifes agonizantes del mundo entero, dijo Jorge Alvarez von Maack, presidente del Instituto Nacional de Arqueología Marítima del Perú.
Estos argumentos, entre otros, enmarcarán la celebración en Barcelona del día del ambiente, instituido por la ONU en 1972.
