Los resultados de las negociaciones sobre agricultura sostenidas esta semana en la Organización Mundial del Comercio (OMC) fueron tan insustanciales que el representante de México, embajador Eduardo Pérez Motta, se sintió obligado a recomendar a los funcionarios de su país que ”no se dejen ganar por el pánico”.
Cada vez que se acerca el plazo para terminar una negociación, el ambiente se polariza y muchos creen ver un retroceso en lugar de los progresos esperados, comentó Pérez Motta a IPS.
En el proceso de negociación internacional sobre comercio agrícola, a los 147 miembros de la OMC les resta poco más de un mes para convenir el marco en que se desarrollará la fase final del conjunto de la Ronda de Doha, lanzada en 2001 en la IV Conferencia Ministerial de la organización, que también abarca servicios, aranceles industriales y propiedad intelectual, entre otras cuestiones.
Hace una semana surgieron algunos signos auspiciosos cuando representantes de las ”Cinco partes interesadas” en la negociación del comercio agrícola, o Grupo de los Cinco (G-5), se reunieron en la ciudad brasileña de Sao Paulo, en forma paralela a la XI Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
Integran el G-5 Australia, Brasil, Estados Unidos, India y la Unión Europea (UE).
Brasil e India también integran, junto con China y otros países de América Latina, Africa y Asia, el llamado Grupo de los 20 (G-20), que aboga por la corrección de desequilibrios en el comercio agrícola provocados por los subsidios, y por la reducción de barreras a ese comercio.
Australia es gran exportador agrícola y lidera el Grupo de Cairns, creado en los años 80 por países productores agropecuarios para combatir los subsidios y el proteccionismo agrícolas.
Estados Unidos y la UE, además de aplicar trabas al comercio para proteger a sus agricultores, son responsables de la mayor parte de esos subsidios, que suman unos 1.000 millones de dólares diarios y empujan a la baja los precios internacionales de muchos productos básicos.
Pero en cuanto los negociadores reunidos en Sao Paulo regresaron a Ginebra, la sede de la OMC, el clima se enrareció otra vez y aparecieron diferencias.
Por primera vez se escucharon críticas a ciertos aspectos de la negociación en el marco reducido del G-5, algunos países reclamaron mayor transparencia y otros cuestionaron que los documentos que contienen propuestas circulen en ámbitos restringidos.
Protestas por falta de transparencia y demandas de ser incluidos en la negociación provinieron de diplomáticos de Omán, que representa a los Estados de reciente incorporación a la OMC, y de Suiza, en nombre del Grupo de los 10 que integran también Bulgaria, Corea del Sur, Israel, Japón, Liechtenstein, Mauricio, Noruega y Taiwán.
El jefe de la misión negociadora de Costa Rica, Ronald Saborio, dijo que algunos países habían demandado un retorno al multilateralismo, en lo que se interpretó como una crítica a la concentración de las discusiones en el G-5.
México, integrante del G-20, aclaró que se siente bien representado por Brasil e India entre los cinco negociadores que discuten las modalidades del acuerdo, pero Pérez Motta alegó que si alguna de las partes ”tiene una propuesta, que la comparta con todos”.
Sin embargo, el presidente de la sesión especial de negociaciones del Comité Agricultura de la OMC, Tim Groser, de Nueva Zelandia, opinó que ”es imposible trabajar de inmediato con total transparencia” y también desechó la divulgación instantánea de todos los documentos.
La idea de Groser y de otros negociadores es que el G-5 amortigue y filtre las diferencias. La transparencia es un proceso acumulativo, afirmó..
Las discrepancias surgieron con la aparición de una propuesta elaborada por Estados Unidos pero presentada sin carácter formal, a través de un ”no documento”, como se llama a iniciativas que inicialmente sólo tienen fines exploratorios.
Esa propuesta, divulgada por la prensa estadounidense, se ocupaba del tema del acceso a los mercados, que alude a los aranceles y las cuotas que obstruyen el ingreso de los productos agrícolas, en particular a la mayoría de los países industrializados
El acceso a los mercados es, junto con los subsidios a las exportaciones y el apoyo interno.uno de los tres pilares de la negociacion agrícola, aunque figura como el más contencioso.
La iniciativa estadounidense privilegia un mecanismo que acentúa la reducción cuando las trabas comerciales son más altas, conocido como la fórmula suiza.
Los países en desarrollo favorecen otras alternativas en la materia, con la intención de proteger a productos especiales o de asegurar la provisión de determinados alimentos.
Al término de la semana de negociaciones, Groser consideró que no había progresos suficientes para elaborar un documento de resumen de las posiciones.
Es probabile que el negociador neocelandés presente una síntesis la semana venidera cuando se reuna el Comité de Negociaciones Comerciales, que conduce todo el proceso de la Ronda de Doha.
La próxima reunión del Comité de Agricultura ha sido fijada para el 14 de julio. Dos semanas más tarde debería concertarse un acuerdo que permita avanzar con la negociación y llegar a buen puerto a fines del año, como establece el plazo fijado por la propia OMC.
Pérez Motta previó que los principales actores del mercado agrícola mundial se mantendrán inflexibles hasta último momento, pero opinó que aún es posible alcanzar un acuerdo antes de fines de julio.