Acusaciones de posesión de armas y drogas mantienen preso hace más de un año al indígena Isidro Baldenegro, un férreo opositor a la tala de bosques en una comunidad de la sierra Tarahumara, en el norteño estado mexicano de Chihuahua.
Mientras grupos humanitarios, como Amnistía Internacional y Greenpeace, abogan por su libertad y sostienen que es un preso de conciencia, Baldenegro suma días en la cárcel, donde trabaja como plomero. Aquí sólo estamos perdiendo el tiempo, pues la tala sigue y lo peor es ya no poder hacer nada, dijo a Tierramérica.
Abogados que siguen el proceso indicaron que el juicio contra Baldenegro, un campesino pobre que aprendió a leer y escribir de forma autodidacta, entró en su última fase y que en un par de meses se podría decretar la libertad del acusado o su condena a más de 10 años de prisión.
Baldenegro se declara inocente y confía en que será liberado. En tanto, grupos humanitarios afirman que las acusaciones en su contra son inventos de las mafias dedicadas a la tala de bosques.
—¿Quién es el culpable de que usted esté preso? —Creemos que pueden ser los caciques o los compradores de madera contra quienes hemos luchado. Son los que quieren seguir acabando con el bosque.
—¿Con su detención, esas personas cumplieron su objetivo: que continúe la tala? —Mis compañeros me cuentan que lastimosamente sigue la tala, lo que se me hace un poco triste y no puedo hacer nada. Pero también me cuentan que siguen luchando y eso me tranquiliza algo.
—Hay una movilización nacional e internacional para exigir que usted sea liberado. ¿Qué piensa de eso? —Pues mis amigos me cuentan cómo participan algunas organizaciones, pero en realidad aquí tengo poca información. Siento que ayudan las publicaciones y denuncias que hacen, pues eso lo ve todo el mundo y quizá el juez de mi causa pueda dar prioridad al proceso para que me liberen.
—¿Es inocente de todo lo que le acusan, lo que vive es una injusticia? —Totalmente, y estar preso es muy triste, pero no quiero estar pensando eso porque así todo sería más pesado. Yo confío, como dice el abogado, en que podamos salir pronto, pues las acusaciones son infundadas.
—Grupos humanitarios han pedido al presidente Vicente Fox que intervenga en su caso para apurar su liberación. ¿Qué piensa que puede hacer el presidente? —Quisiera ver si el presidente llama a las autoridades para que se le dé prioridad a los problemas agrarios de mi comunidad en la Tarahumara. Sobre mí, sólo le pediría que busque la forma de que se agilice mi proceso.
—¿Cuál es su mensaje a otros campesinos opuestos a la tala de bosques? —Lo que puedo hacer es un llamado: el ambiente y sus recursos son herencias para los que vengan en el futuro. Quiero que los niños conozcan esas riquezas y las aprovechen de forma adecuada, tal como lo hicieron nuestros abuelos.
—¿Cree que el gobierno hace lo suficiente por defender los bosques y proteger el ambiente? —Las leyes agrarias y las que hacen las comisiones del gobierno son textos bien escritos, pero no se aplican. Lo que veo es que toda la destrucción continúa, y creo que mucho de eso se relaciona con la corrupción. Que apliquen las leyes con justicia, y entonces diré que están haciendo lo correcto.
—Si es liberado, ¿qué piensa hacer? —Si algún día llego a salir, la idea es seguir adelante. No lo haría si la comunidad no me apoya, entonces yo sólo les daría las gracias y me retiraría. Pero seguiría luchando contra la tala de los bosques en otros lugares. (