SOMALIA: Proceso de paz en cuestión por déficit financiero

La tercera y definitiva ronda de negociaciones de paz para Somalia cuyo inicio se ha programado para el jueves 20 en la capital de Kenia está signada de antemano por problemas financieros y riñas entre señores de la guerra.

Las conversaciones son auspiciadas por la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), un grupo regional integrado por Djibouti, Eritrea, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Uganda.

Somalia es hoy el único país que carece de gobierno central. Se encuentra en esa situación desde 1991, cuando fue derrocado el presidente Mohammed Siad Barre, que había tomado el poder en 1969.

Con el golpe de Estado comenzó una guerra civil entre facciones rivales, que provocó una de las crisis humanitarias más graves de los años 90.

Algunos negociadores manifestaron enojo porque la IGAD, invocando razones económicas, invitó solo a 203 de los 366 delegados oficiales de rondas anteriores a la que comenzará la semana próxima.

”Esto socava el rol de los delegados oficiales, que fueron la clave de este diálogo desde su inicio”, dijo en Nairobi a la prensa a fines de mes un grupo de negociadores del Comité de Líderes Somalíes, que no representa el punto de vista de todos los delegados.

”La propiedad del proceso no está más en nuestras manos sino en las de IGAD, que está conspirando para despistar la formación de un gobierno de amplia base en Somalia”, agregaron, tras amenazar con convocar una mesa de negociaciones paralela en otro lugar, incluso dentro del propio territorio somalí.

Los miembros del Comité se negaron a contestar a IPS quién financiaría tales negociaciones y quién tendría la supuesta intención de socavar la posibilidad de ”crear un gobierno de amplia base”.

La situación llevó a varios delegados clave a retornar a Somalia antes de lo previsto, entre ellos Mohammed Omar Dheere, Mohammed Hirsi Morgan y Abdulahi Sheikh Ismail, todos ellos con control de ciertas áreas del país en su poder.

De todos modos, el ministro de Relaciones Exteriores, Kalonzo Musyoka, también presidente del comité de IGAD a cargo de las negociaciones, atribuyó la reducción del número de delegados a contingencias económicas.

Estos problemas fueron expuestos en la reunión de cancilleres de IGAD celebrada el 6 y 7 de este mes en Nairobi, donde se reveló que el déficit del diálogo de paz ascendía a 10 millones de dólares, 52 por ciento del costo del proceso.

Las negociaciones son financiadas por el Foro de Socios de IGAD, entre los que figuran Estados Unidos, Suecia, Noruega, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y la Liga Arabe.

El dinero para el proceso se agotó a comienzos de este mes, si bien el coordinador de medios de IGAD, Guled Muhammed, dijo que la UE y Suecia aumentaron sus aportes para evitar que naufragara el diálogo.

Las milicias tribales se disputan desde 1991 el territorio de Somalia, con duros combates por el control de ciudades, caminos y puertos

En 1991 y 1992, la hambruna mató a 300.000 personas en ese país de 10 millones de habitantes.

Una fuerza de mantenimiento de la paz de la Organización de Naciones Unidas fue enviada a Somalia en 1993 para controlar la violencia y asistir a la población, pero lo abandonó al año siguiente, con un saldo desastroso.

En 2000 se creó un gobierno de transición encabezado por Abshir Farah, pero su mandato expiró en agosto de este año sin que hubiera un entendimiento para sucederlo.

Las actuales negociaciones se desarrollan desde octubre de 2002.

”Este no es, usualmente, un proceso fructífero. Cuando se toman decisiones apresuradas por la falta de financiamiento, sin las necesarias consultas paso a paso, surgen acuerdos falsos sin posibilidades reales de frenar la guerra”, dijo a IPS el analista político Khalif Assan Ahmed.

Fuentes de las negociaciones atribuyeron los problemas financieros del diálogo a las disputas entre los señores de la guerra.

Awad Ashara, representante del Consejo de Rehabilitación y Restauración de Somalia, una de las coaliciones participantes en la negociación, aseguró que la mayoría de los delegados están entusiasmados con el proceso de paz.

”La pelota está ahora en la cancha de los dirigentes, que deben comprometerse a hablar con una sola voz, olvidar sus diferencias y regresar para la fase final”, dijo Ashara IPS.

Si las negociaciones de la semana próxima ocurren de acuerdo con lo previsto, los delegados elegirán los 275 miembros de un nuevo parlamento. A su vez, los legisladores designarán un gabinete y a un presidente.

La ONU impuso un embargo de armas a Somalia en 1992, sobre la base de que la inestabilidad en el país podría contagiarse a otros países de la región e incluso más allá.

Los ministros de IGAD llamaron a la firma de un acuerdo de paz definitivo en los próximos tres meses. (

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