Eslovenia es el único país otrora federado en Yugoslavia que se convertirá en miembro pleno de la Unión Europea (UE) este sábado. La política, la economía y los derechos humanos figuran entre las asignaturas pendientes de los restantes cinco.
Fuera de Eslovenia, el camino será espinoso pero lleno de posibilidades. Los países deben esforzarse si quieren unirse a la familia de la UE. Deben ganar el costo de la integración , dijo la semana pasada en Belgrado, capital de Serbia y Montenegro, el ministro de Asuntos Europeos de Gran Bretaña, Dennis MacShane.
Se prevé que los siguientes países de los Balcanes en incorporarse a la UE serán Bulgaria y Rumania, en 2007. Ambos tuvieron regímenes socialistas antes de los años 90, pero ninguno de los dos perteneció a Yugoslavia, que se sumió en una prolongada y encarnizada guerra de secesión en aquella década.
Luego, podrían ingresar Croacia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia, y Serbia y Montenegro, incluida la provincia de Kosovo, los remanentes de la poderosa federación de seis repúblicas.
Además de Eslovania, los países que ingresarán este sábado 1 de mayo en la UE son Chipre, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, República Checa y Republica Eslovaca.
Con excepción de Croacia, la mayoría de los expertos creen que las repúblicas ex yugoslavas deberán esperar décadas antes de ingresar en la UE. Aún luchan con un legado de oscuridad, guerra, odio y nacionalismo, dijo Zivorad Kovacevic, líder del no gubernamental Movimiento Europeo Serbio.
La Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE, dio luz verde la semana pasada a las negociaciones con Croacia, país de 4,2 millones de habitantes cuyas instituciones democráticas y sistema económico han mejorado a los ojos de organismo.
Este es el siglo XXI y el camino europeo es el único para este país, dijo el primer ministro croata Ivo Sanader, quien ha dejado de lado el ferviente nacionalismo de su predecesor y mentor, Franjo Tudjman.
Sanader incluyó representantes de la minoría serbia en su gobierno, y asistió a las últimas celebraciones de Navidad de la Iglesia Ortodoxa Serbia. La mayoría de la población croata es católica.
Durante el gobierno de Tudjman, más de 200.000 serbiocroatas abandonaron el país, luego de que las fuerzas armadas aplastaron en 1995 una rebelión apoyada por el ejército yugoslavo, hegemonizado por Serbia. Desde entonces, regresaron unos 30.000.
Ese éxodo y la ejecución de más de 1.000 serbiocroatas es atribuido al general croata Ante Gotovina, requerido por el Tribunal Penal Internacional par la Antigua Yugoslavia, instalado en La Haya, Holanda.
La Comisión Europea dijo que la posición económica de Croacia es mejor que la de la mayoría de los países que ingresarán en la UE el 1 de mayo. Pero la comparecencia del general Gotovina ante el tribunal es un requisito indispensable para el éxito de las negociaciones.
El comisario de Relaciones Exteriores de la UE, Chris Patten, consideró importante que Croacia coopere plenamente con el tribunal en La Haya.
Pero la federación de Serbia y Montenegro, que suma 10 millones de habitantes, no atendió ese mensaje. El primer ministro serbio Vojislav Kostunica dijo que la entrega de sospechosos de crímenes de guerra no es una prioridad del gobierno.
El mes pasado, la UE archivó el proceso de incorporación de Serbia y Montenegro hasta septiembre. En el medio se celebrarán las elecciones presidenciales del 13 de junio, y el ultranacionalista Tomislav Nikolic es el favorito.
Nikolic pertenece al Partido Radical Serbio, que colaboró en los años 90 con el ex presidente de Serbia y de Yugoslavia Slobodan Milosevic, hoy detenido en La Haya acusado de gravísimos crímenes de guerra y de actos de genocidio.
Si Nikolic gana, no habrá UE para nada. Serbia caerá en el precipicio del autoaislamiento, dijo el analista Ivan Torov, del diario serbio Nasa Borba.
En cuanto a Bosnia-Herzegovina, la Comisión Europea identificó 16 áreas en que se requiere una armonización entre las leyes nacionales y las del bloque. Pero poco se ha hecho al respecto.
El país de 3,5 millones de habitantes continúa dividido entre la Federación Musulmano-Croata y la serbia Republika Srpska, como dispusieron los acuerdos de Dayton, Estados Unidos, que pusieron fin a la guerra en 1995.
Ambas jurisdicciones tienen visiones radicalmente diferentes sobre el futuro. La mayoría musulmana pretende seguir en las actuales condiciones, mientras la comunidad croata avizora una unificación con la vecina Croacia, y la serbia lo mismo, pero con Serbia y Montenegro.
Pero la Comisión Europea alienta negociaciones hacia la estabilización, con miras a iniciar las negociaciones rumbo a la incorporación de Bosnia-Herzegovina a la UE el año próximo.
Entre las áreas prioritarias para el bloque europeo figuran el respeto de los convenios internacionales, la gobernanza, los derechos humanos, la reforma judicial y la lucha contra la criminalidad.
Las perspectivas son más prometedoras para Macedonia, la única república ex yugoslava que abandonó pacíficamente la federación en 1992. Este país de dos millones de habitantes presentó su solicitud de integración a la UE el 22 de marzo y 87 por ciento de la población apoya la propuesta, según las encuestas.
La UE ayudó a Macedonia a poner fin a una rebelión de la minoría albanesa que llevó al país al borde de una guerra civil. El Acuerdo de Ohrid, patrocinado por el bloque, dio a los albaneses macedonios mayores posibilidades de acceder a instancias de poder.
Pero la Comisión Europea encuentra puntos débiles. Macedonia ha hecho lentos avances en el fortalecimiento del estado de derecho, fundamentalmente debido a la debilidad estructural de las agencias judiciales y policiales, la politización de la administración, la corrupción y la delincuencia organizada, dijo el organismo.
Patten dijo hace un año que el mapa de la UE no estará completo hasta que los países del este de los Balcanes estén incluidos. Pero no queda claro cuándo sucederá eso.