Personalidades islámicas se unieron a los esfuerzos del Bharatiya Janata Party (BJP), el partido hinduista que encabeza la coalición de gobierno en India, para conquistar el voto musulmán y evitar una derrota en los comicios legislativos en curso.
Una de ellas es Syed Ahmed Bujari, el Shahi Imam (sacerdote imperial) de la mezquita de Jama, una de las numerosas construcciones del emperador mogol Sha Jahan en arenisca y mármol. La mezquita, situada en la antigua Delhi, es la mayor del país.
Bujari declaró que ya no considera al BJP como un intocable político, y esto significa que la minoría musulmana es libre de votar al partido líder de la coalición, que encabeza el primer ministro Atal Bihari Vajpayee, en las elecciones parlamentarias de cuatro etapas que comenzaron el día 20.
Cuando IPS le pidió vía telefónica que aclarara sus dichos, Bujari respondió que sólo pretendió decirles a los musulmanes que no son enemigos de nadie y deben darle una oportunidad al BJP.
La posición del clérigo no cayó bien entre personalidades musulmanas laicas y de mentalidad liberal.
Apoyar a un partido ideológicamente radicalizado como el BJP es llamar al desastre, opinó el sociólogo Imtiaz Ahmed, director de varias publicaciones académicas.
Ahmed consideró probable que la opinión pública musulmana se vuelque contra Bujari y posiblemente contra la propia institución del Shahi Imam.
Por suerte, Bujari no tiene gran influencia más allá de un pequeño círculo en el área de la mezquita de Jama, en Delhi, por lo tanto su recomendación no tiene el valor de una 'fatua' (sentencia religiosa), señaló el sociólogo.
Sin embargo, en el pasado, los Shahi Imams tenían gran influencia en el electorado del estado de Delhi y el vecino Uttar Pradesh, el mayor del país, con 170 millones de habitantes. Ninguno de ambos estados participa en la actual fase electoral.
En la primera etapa, participaron votantes de 14 estados y tres territorios unidos. El resto del electorado, de más de 670 millones de votantes, acudirán a las urnas en las próximas tres semanas. La publicación de los resultados se espera para mediados de mayo.
Delhi votará en la cuarta y última fase de las elecciones, el 10 de mayo, mientras Uttar Pradesh lo hará el 26 de este mes y el 5 y 10 de mayo. Sólo a Uttar Pradesh le corresponden 80 de los 546 escaños en la Lok Sabha, la cámara baja del parlamento federal.
Según Ahmed, la verdadera tragedia de los musulmanes de India, que constituyen cerca de 12 por ciento de los 1.000 millones de habitantes del país, es que la comunidad tiene demasiados contratistas que dicen hablar en su representación.
El sociólogo citó a Mujtar Abbas Naqvi, portavoz oficial del BJP, a Syed Shah Nawaz Hussein, ministro en el gabinete de Vajpayee, y a Bujari, como ejemplos de esos contratistas que sólo están interesados en su beneficio personal.
En lugar de pensar en los problemas reales que enfrentan los musulmanes, como el analfabetismo, la pobreza, el atraso y el desempleo, estos contratistas promueven cuestiones emotivas que no ayudan a nadie, opinó.
Se estima que 60 por ciento de los 120 millones de musulmanes de India viven por debajo de la línea de pobreza y que 40 por ciento de ellos son analfabetos.
Sin embargo, en la sociedad india fracturada por el sistema de castas y otros factores además de la religión, los musulmanes pueden fácilmente decidir resultados electorales a favor de determinados candidatos, especialmente en el septentrional Uttar Pradesh, donde los musulmanes constituyen 18 por ciento de la población.
Situado en el corazón de la India de habla hindi, Uttar Pradesh es considerado el crisol político del país.
Antes de los comicios, las encuestas de opinión indicaban como triunfador al BJP, que encabeza la gobernante la Alianza Nacional Democrática. Pero la diferencia con el opositor Partido del Congreso, de Sonia Gandhi, podría ser menor de lo que señalan los sondeos, dado que éstos han probado en el pasado ser poco confiables.
Luego de que encuestas a boca de urna revelaran el día 20 la reducción del margen de la coalición gobernante, el BJP lanzó un nuevo esfuerzo por atraer votantes, en especial musulmanes, en Uttar Pradesh.
El miércoles, fue anunciada la composición de la Comisión Asesora Atal Bihari Vajpayee, que promoverá la campaña del BJP en el estado. Entre los miembros hay importantes miembros del clero musulmán y líderes como Amman Rizvi, antiguo integrante del partido del Congreso y ex ministro jefe de Uttar Pradesh.
Vajpayee ya ha logrado alejar del Congreso y atraer al BJP a importantes figuras musulmanas, entre ellas a Najma Heptulá, vicepresidenta de la Rajya Sabha o cámara alta del parlamento.
Muchos consideran la relativa moderación de Vajpayee dentro del fundamentalismo hindú del BJP como una ventaja para el partido en las actuales elecciones, en que los partidos regionales tendrán, una vez más, un papel fundamental.
En Uttar Pradesh, por ejemplo, la suerte del BJP dependerá en gran parte de un acuerdo informal que forjó con el partido Samajwadi, declarado laico, que cuenta entre sus seguidores a musulmanes e hindúes.
Fue en Uttar Pradesh que el BJP comenzó su ascenso meteórico en la política india alentando el fundamentalismo hindú, al exigir a los musulmanes la entrega del sitio de una mezquita medieval que según los hinduistas había sido construida sobre las ruinas de un templo dedicado al dios hindú Ram.
Así, el BJP promovió el odio antiislámico. Su campaña fue el preludio para la demolición en 1992 de la mezquita de Babri Masjid por una turba de hinduistas.
La destrucción de la mezquita desencadenó una ola de violencia religiosa en los estados del norte que terminó con miles de muertos y conmovió la identidad multiétnica y multirreligiosa de la sociedad india.
Diez años después, el fantasma de Babri provocó una nueva masacre, luego de que una turba de musulmanes provocara la muerte a 59 hindúes al incendiar un tren lleno de fieles que regresaban desde Ayodhya, donde exigían construir un templo a Ram en el sitio en que hasta 1990 se encontraba la mezquita.
Las represalias contra los musulmanes en el occidental estado de Gujarat dejaron más de 2.000 muertos y 500.000 desplazados. Activistas de derechos humanos y dirigentes islámicos acusaron al gobierno estadual encabezado por el BJP de tolerar e incluso alentar esa persecución antiislámica.
Como resultado, el BJP, que para 1998 había desplazado al Congreso como el mayor partido político de India, perdió influencia en los estados del norte, y el año pasado sufrió una humillante derrota en las elecciones estaduales de Uttar Pradesh.
Al anunciar el miércoles la composición de la comisión asesora que lleva su nombre, Vajpayee tranquilizó a la comunidad islámica. Quiero que los musulmanes se sientan seguros. Nunca deben sentirse separados. Debemos permanecer unidos, porque tenemos un futuro común, declaró.
El BJP decidió archivar por el momento su campaña para reconstruir un templo hindú en el sitio donde estaba la mezquita de Babri. Al menos, hasta que pasen las elecciones. (