Con más gestos que soluciones, el Grupo de Trabajo Bilateral Chile-Argentina finalizó el jueves sus dos sesiones de emergencia. Hubo apenas una coincidencia, al menos en público: que la búsqueda de una solución al conflicto energético entre ambos países debe ser "acompañada por un esfuerzo por parte del sector privado, tanto argentino como chileno en distintos segmentos de la industria". Es decir que ambos gobiernos intentarán unificar esfuerzos a la hora de presionar a las empresas privadas para que cumplan con sus compromisos. La postura fue expuesta aunque con sutileza por el secretario de Energía chileno, Luis Sánchez Castellón, en una rueda de prensa realizada en la embajada de su país en Buenos Aires junto a su par argentino, Daniel Cameron. Dicha posición fue planteada ya por el presidente argentino Néstor Kirchner.