DERECHOS HUMANOS-ARGENTINA: El ocaso de la impunidad

En un gesto reclamado en Argentina por organizaciones de derechos humanos durante 20 años, el presidente Néstor Kirchner ordenó al jefe del ejército descolgar retratos de ex dictadores del recinto del Colegio Militar.

El acto se realizó este miércoles ante la mirada de Kirchner, sus ministros, oficiales del Ejército y cadetes de la institución.

Faltaron unos pocos militares que se negaron a avalar con su presencia la ceremonia dispuesta para conmemorar el 28 aniversario del golpe de Estado que abrió la última dictadura (1976-1983).

Kirchner miró al jefe del Ejército, general Roberto Bendini, y, con un ademán, le animó a subirse a una silla para retirar los retratos de los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone.

Luego de ese acto, el presidente dijo que ”nunca más se debe subvertir el orden en Argentina” y pidió ”terminar con las frentes iluminadas y mesiánicas”.
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El retiro de los cuadros colgados junto a los de todos los fueron alguna vez, como ellos, directores del Colegio Militar fue el primer gesto del día miércoles en esa dirección.

Luego, Kirchner se dirigió a la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), el mayor centro clandestino de detención del pasado régimen, y entregó el predio de 19 hectáreas en Buenos Aires a organizaciones que instalarán allí su Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos (Museo de la Memoria).

Mientras esperaban al presidente para celebrar su propio acto, familiares de las víctimas de la dictadura colocaron fotografías en blanco y negro de miles de desaparecidos sobre una bandera azul en las rejas que cercan la Esma.

Al llegar, Kirchner firmó el acta de entrega del predio y luego lloró al escuchar la versión del Himno Nacional cantada por el músico de rock Charly García.

El lunes, el presidente había recorrido el lugar con una treintena de sobrevivientes, la primera vez que se registraba una visita de esa naturaleza desde la restauración de la democracia.

En el acto hablaron dos jóvenes nacidos en la Esma durante el cautiverio de sus padres, y la actriz Soledad Silveyra leyó poesías de Ana Ponce, una desaparecida que estuvo secuestrada en ese centro y que fue compañera de militancia del presidente.

La Esma estuvo ocupada hasta ahora por la armada, que tenía en funcionamiento allí cinco escuelas para militares y civiles. En uno de los edificios, el Casino de Oficiales, fueron torturados miles de prisioneros que luego fueron desaparecidos.

En cuanto al retiro de los cuadros del Colegio Militar, Bendini había sugerido hacerlo antes del aniversario del golpe de Estado y sin testigos, pero el presidente se negó.

Antes del acto, los retratos al óleo de los dos ex dictadores fueron robados, por lo que se debió reemplazarlos este martes por fotos con el mismo marco dorado, para descolgarlos poco después.

La desaparición de los cuadros no fue el único gesto de resistencia atribuible a los militares. En las vísperas de la ceremonia, al menos cuatro oficiales advirtieron en privado que no asistirían, según distintas fuentes del Ministerio de Defensa.

En la armada también hubo resistencias. A pesar de que este mismo mes el jefe de la fuerza, almirante Jorge Godoy, admitió que en la Esma se cometieron hechos ”aberrantes”, varios oficiales se negaron a aceptar el traslado de los servicios allí instalados.

El gobierno pasó a retiro al contraalmirante Rafael Sgueglia, director de Educación Naval, por permitir que padres de alumnos se acercaran el viernes a Kirchner para protestar por el traslado, cuando el presidente recorría la Esma con ex prisioneros de ese centro.

Para las organizaciones de derechos humanos fueron dos pequeños triunfos en su larga pelea por justicia con los desaparecidos. Estimaciones oficiales indican que se trata de unas 9.000 personas, y al menos la mitad estuvieron en algún momento detenidos en la Esma.

Kirchner militó en la Juventud Peronista de izquierda en los años 70 y pertenece a la generación más golpeada por la represión. Desde el día en que asumió se ha proclamado ”hijo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”, las dos agrupaciones emblemáticas de familiares de desaparecidos.

”Formo parte de una generación diezmada, castigada con dolores y ausencias”, dijo entonces el mandatario, que durante el régimen estuvo preso dos veces y sufrió la prisión y desaparición de muchos amigos, según él mismo recuerda.

En su primer día de gobierno, el 26 de mayo de 2003, Kirchner ordenó el retiro de 27 generales del ejército, 13 almirantes de la armada y 12 brigadieres de la aviación, en una renovación de la cúpula militar sin precedentes por su magnitud.

Luego, derogó el decreto que impedía la extradición de figuras de la dictadura requeridas por la justicia extranjera, medida que dio pie a un nuevo gesto contra la impunidad en el parlamento.

El Congreso legislativo anuló en agosto las leyes de obediencia debida y punto final sancionadas en los años 80, y que habían amparado a miles de uniformados que entonces eran procesados por violaciones de derechos humanos. Los ex comandantes de las fuerzas armadas ya habían sido condenados en un histórico juicio.

Como consecuencia de la nulidad de las leyes de impunidad, la justicia reabrió las principales causas por violación de derechos humanos truncas desde 1987.

En ese marco, un juez federal declaró el lunes la ”inconstitucionalidad” del indulto dispuesto en 1990 por el ex presidente Carlos Menem (1989-1999) a numerosos represores.

El presidente Kirchner también se molestó con su par uruguayo, Jorge Batlle, cuando se frenó la investigación para determinar el destino de la nuera del poeta argentino Juan Gelman, desaparecida en ese país.

Buenos Aires también rechazó el nombramiento de un agregado militar en la Embajada de Uruguay por su participación en la represión.

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