AMBIENTE-AMERICA LATINA: Enfermo sin mejoría

Si América Latina y el Caribe siguen la ruta de la liberalización de mercados sin cambios de valores ni rupturas estructurales, en 2032 su ambiente estará en situación alarmante, advierte una amplia investigación patrocinada por el PNUMA.

Esa hipótesis, que es la peor posible, no parece descabellada, pues parte de la proyección de variables hoy presentes, señaló a Tierramérica el coordinador del estudio GEO América Latina y el Caribe 2003, Kaveh Zahedi.

Los habitantes de América Latina pierden hasta 11 años de vida por causas relacionadas con problemas ambientales.

El estudio, que la oficina regional del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) presentará esta semana en México, es la más completa evaluación ambiental de la región.

En los últimos 30 años, ”el deterioro ambiental se ha profundizado (y) ello se evidencia en áreas críticas como la pérdida de bosques y biodiversidad, la degradación de los suelos y el agua, la contaminación urbana, el alto nivel de vulnerabilidad existente y el efecto de todo ello en la salud de la población regional”, señala.

”La actual realidad nos lleva al peor futuro”, apuntó Zahedi, también coordinador de la división de Evaluación y Alerta Temprana del PNUMA.

Pero hay esperanzas. Si la región iniciara una transición profunda hacia el desarrollo sustentable, lo que implicaría un cambio en la moral pública, o si al menos profundizara reformas con énfasis en el ambiente y permitiera una intervención regulada en los mercados, el futuro sería otro, sugiere el estudio.

Mientras tanto, pese a los esfuerzos y promesas de los gobiernos, es poco alentador el mapa ambiental de la región, líder mundial en desigualdad de ingresos entre su población.

GEO es un análisis científico que demuestra que el deterioro ambiental avanza, ”lo que ya nadie puede negar”, subrayó Zahedi.

El estudio, realizado por un grupo de expertos y centros de investigación durante los últimos tres años, fue encargado al PNUMA por autoridades ambientales latinoamericanas, que se reúnen periódicamente en un foro ampliado para discutir acuerdos y políticas.

La intención de los ministros es que el GEO sirva para guiar sus estrategias hacia un desarrollo plenamente sustentable, meta aún lejana.

Según datos de GEO, con base en información de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 225 millones de latinoamericanos vivían en la pobreza en 2003.

De 1990 a 2000, América Latina perdió 4,6 por ciento de su cobertura boscosa, es decir 46,7 millones de hectáreas.

En esa década, la deforestación anual de la región fue 0,5 por ciento, más del doble del promedio mundial.

Por ese motivo y otros, como la creciente contaminación, una ”quinta parte de la población regional está expuesta a contaminantes aéreos que sobrepasan los límites recomendados, sobre todo en las megalópolis regionales y las grandes áreas metropolitanas, aunque esta problemática se está expandiendo a ciudades de tamaño medio y pequeño”, indica el estudio.

La contaminación atmosférica afecta de manera permanente la salud de más de 80 millones de personas y provoca cada año 2,3 millones de casos de insuficiencia respiratoria en niños y unos 100.000 casos de bronquitis crónica en adultos.

La diversidad biológica, una de las riquezas particulares de América Latina, también afronta condiciones difíciles. El estudio apunta presiones por la pérdida de hábitat, extinción de especies y variedades, introducción de especies exóticas, fragmentación de ecosistemas y tráfico de flora y fauna amenazadas.

Brasil, Colombia, Perú y México, cuatro de los países de mayor diversidad regional y mundial, poseen 75 por ciento de las aves amenazadas en el continente. Además, diversas estimaciones indican que América del Sur proporciona 47 por ciento de los animales ilegalmente capturados en el mundo.

Con los actuales patrones de consumo, el agua ”se convertirá en uno de los asuntos críticos a los que la región se enfrentará en la próxima década”, advirtió GEO.

Esa perspectiva se proyecta pese a que la región, que posee 15 por ciento del territorio y ocho por ciento de la población mundiales, cuenta con la tercera parte de los recursos hídricos del planeta.

Los litorales tampoco se salvan. Una tercera parte de las costas de la subregión de Mesoamérica, que comprende el sur de México y América Central, se encuentra bajo serias amenazas, al igual que la mitad de las costas de América del Sur.

Pese a una situación difícil en la mayoría de las áreas ambientales, GEO señaló signos positivos, pues en los últimos 30 años se ha registrado un proceso ascendente de ”internalización” de la agenda ambiental.

América Latina tiene ahora nuevos recursos legales e institucionales para atender estos asuntos, y la participación civil va en ascenso, afirmó.

”El aumento de la transparencia y el acceso a la información, tanto como el deterioro ambiental mismo, han facilitado el crecimiento de los niveles de conciencia pública sobre el impacto de los actuales patrones de producción y consumo, así como una mayor participación ciudadana en la búsqueda de soluciones”, sostiene el estudio.

Para Zahedi, el futuro podría ser distinto gracias a niñas y niños que, a diferencia de las generaciones anteriores, han integrado conceptos sobre el desarrollo sustentable y el respeto al ambiente.

Cuando los niños de hoy conduzcan la región, la realidad podría cambiar y el ambiente volverá a respirar, vaticinó el funcionario. (

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