VENEZUELA: Oposición rechaza acuerdo con Guyana

El acuerdo alcanzado por el gobierno venezolano de Hugo Chávez con Guyana, que deja a un lado la disputa por Esequibo y da prioridad a la cooperación, es severamente cuestionado y usado para llevar agua a su molino por la oposición que busca desplazar del cargo al mandatario a través de un referéndum.

Historiadores, analistas de temas internacionales que militan contra Chávez y editorialistas de los principales diarios del país sostienen que el mandatario cedió, con lo acordado en su visita a Georgetown, en el histórico reclamo venezolano sobre el occidente de la actual Guyana y ello significa una ”traición a la patria”.

Chávez ”le ha hecho una emboscada a Venezuela, al imponerle su visión personal sin tomar en cuenta la opinión y los intereses del país”, declaró el ex ministro de Fronteras y dirigente histórico de los socialistas venezolanos Pompeyo Márquez.

En cambio, para el nuevo canciller venezolano, Jesús Pérez, la decisión del gobierno no significa adoptar la tesis guyanesa, de congelar indefinidamente el reclamo. ”No, porque seguimos discutiendo en las instancias respectivas, en este caso (la Organización de) las Naciones Unidas (ONU)”.

El presidente Chávez visitó la semana pasada Georgetown para reunirse con el con el presidente Bharrat Jagdeo, ante quien se comprometió a no oponerse ”a ningún proyecto en la región (del Esequibo) que vaya en beneficio de sus habitantes, como planes para el suministro de agua, vías de comunicación, de energía o agrícolas”.

”Ante el surgimiento de cualquier programa más sensible, inmediatamente nos activaremos para revisarlos en la Comisión Bilateral de Alto Nivel y buscarle salidas”, señaló el mandatario venezolano al término del encuentro.

En lo inmediato, Venezuela considerará condonar 12 millones de dólares que le debe Guyana, incluir al vecino país de habla inglesa en el Acuerdo de Caracas para suministrarle 10.000 barriles diarios de petróleo con financiamiento parcial de la factura, y favorecerá la construcción de una carretera entre Georgetown y la frontera oriental venezolana.

Esa posición revierte la política que Venezuela siguió durante cuatro décadas de oponerse al desarrollo de la infraestructura en el Esequibo sin un acuerdo previo sobre el territorio, así como a las concesiones de explotación minera, petrolera o forestal que otorgase Georgetown.

El Esequibo, con 159.000 kilómetros cuadrados que equivalen a dos tercios de la actual Guyana, es un territorio que según Venezuela le fue despojado a lo largo del siglo XIX por Londres para su entonces colonia Guayana Británica. Además, Caracas considera írrito (nulo y sin valor) el llamado Laudo de París que en 1899 le despojó de esa porción de su suelo oriental.

Se trata del contencioso territorial más grande del mundo después del de Cachemira entre Pakistán e India, y los mapas oficiales de Venezuela pintan el área con franjas, como ”zona en reclamación”.

El mandatario ”ha vendido un pedazo de la nación a cambio de 15 votos en la OEA (Organización de Estados Americanos) y debe ser juzgado por traición”, señaló con énfasis el historiador Jorge Olavarría. En términos semejantes se pronunciaron también ex diplomáticos y especialistas en estudios internacionales.

Conforme a esa tesis, Chávez busca apoyo de los 15 estados de la Comunidad del Caribe de habla inglesa (la Caricom), que siempre ha respaldado a Guyana en su diferendo con Venezuela, para el caso de que el conflicto político interno que afronta Chávez llegue al Consejo o a la Asamblea General de la OEA.

Venezuela aguarda el veredicto del independiente Consejo Nacional Electoral respecto si la oposición logró presentar más de 2.436.000 firmas válidas de electores requeridas para poner en marcha el mecanismo de referéndum revocatorio del mandato de seis años de Chávez, iniciado en 2000. Observadores de la OEA y del estadounidense Centro Carter acompañan el proceso.

”Por supuesto, estamos buscando amigos, afianzar a los que tenemos y decirles que no somos amigos de circunstancia, que queremos integrarnos”, explicó empero a IPS el canciller Pérez.

”Tenemos necesidad de liberarnos de grilletes heredados desde hace mucho tiempo. Tenemos el problema con Guyana, pero ese problema no puede impedir que nuestros pueblos se acerquen”, añadió.

Un comunicado de la cancillería emitido este lunes advierte que ”desesperados opositores, para quienes el tema de nuestra reclamación es sólo un tema electoral más, pretenden utilizar un cierto nacionalismo ramplón para tratar de destruir el entendimiento y las buenas relaciones entre ambos países”.

Según Pérez ”los opositores con cualquier astilla quieren hacer un fuego. Ambos presidentes (Chávez y Jagdeo) apoyan el papel que cumple la ONU. No hay ninguna cesión de nuestros derechos, pero en ningún momento eso va a significar que seamos rehenes de un problema histórico que heredamos de la colonización”.

Criticó además ”la ignorancia y el desprecio de la oposición para con los países del Caribe. Piensan que porque son pequeños y pobres pueden ser comprados”.

El diputado oficialista Tarek Saab, presidente de la comisión de Asuntos Internacionales del parlamento, aseguró que ”el reclamo se mantiene irreductible”. ”Guyana adelantará proyectos de orden social, pero no los que impliquen dominio del territorio”, aclaró.

La histórica disputa entre Venezuela y Guayana por el territorio de Esequibo incluyó numerosos choques diplomáticos y hasta aprestos guerreros por 20 años hasta que en 1983 el asunto quedó en manos de la secretaría general de la ONU, encargada de buscar y proponer un método pacífico para solucionar la controversia.

La ONU recurrió a la figura de los buenos oficios, con diplomáticos que han viajado entre Caracas, Georgetown y Nueva York sin producir hasta ahora una fórmula para zanjar el reclamo. El actual buen oficiante es el barbadense Oliver Jackman.

En 2000, cuando Guyana entregó una concesión a la empresa estadounidense Beal para que en su extremo noroeste (cerca de la frontera venezolana) instalase una base de lanzamiento de satélites comerciales. Pero Venezuela se opuso vehemente.

”No lo vamos a permitir, señores del gobierno de Guyana”, dijo Chávez en esa oportunidad ante decenas de miles de partidarios congregados en un mitin. ”La base sería construida en un territorio que nos fue robado hace 100 años”, agregó.

Su entonces canciller y ahora vicepresidente José Vicente Rangel aseguró entonces que para recuperar esa zona Venezuela utilizaría ”todas las vías, excepto la armada”.

La réplica guyanesa en esa ocasión fue igualmente categórica. El canciller de la época Clement Rohee afirmó que ”el presidente de Venezuela puede decir lo que quiera, pero Guyana no cederá ni una pulgada de territorio”, tesis de Georgetown desde que se independizó en 1966.

Finalmente la base nunca se desarrolló, pero sobre todo por desinterés de la propia empresa Beal.

El pasado fin de semana, el actual canciller guyanés, Rudolph Insanally, dijo que la visita de Chávez ”abre nuevas perspectivas en las relaciones entre los países, al dejar atrás el pasado en el interés de cooperación y entendimiento a futuro”.

Aunque reconoció que Chávez habló de que algunos proyectos guyaneses serán discutidos en la Comisión Binacional, ”eso no implica ninguna restricción del control de Guyana sobre el área” objeto de la histórica reclamación.

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