Organizaciones políticas y sociales de Bolivia celebran la decisión del presidente Carlos Mesa de nacionalizar el gas, esto es, que el Estado vuelva a tener el control total del recurso energético. El mandatario boliviano resolvió derogar el decreto supremo número 24.806, que reconocía a las petroleras extranjeras como dueñas del hidrocarburo, una vez que éste estaba fuera del pozo, lo que permitió a un consorcio británico estudiar seriamente la posibilidad de construir un gasoducto que transportara gas desde Tarija, en el sur de ese país hasta un puerto del norte chileno de la costa del océano Pacífico para exportarlo a América del Norte.