El gobierno de Ecuador accedió al pedido de Argentina y ordenó el retiro de su embajador en Buenos Aires, Germánico Molina, identificado como quien llevó en un auto de esa misma delegación diplomática a Guillermo Suárez Mason, uno de los ex generales jefes de la dictadura (1976-1983), a su fiesta de cumpleaños fuera de su casa, lo cual viola el arresto domiciliario que cumple. Suárez Mason, uno de los mayores símbolos de la sangrienta represión ilegal, aseguró que nunca podría haber ido a la sede del club Argentinos Juniors, donde habría sido el festejo, porque le sacaron el carnet de socio. El represor, preso por robo de bebés, habría celebrado su 80 cumpleaños en una cena con show de odaliscas en el club Argentinos.