La Nueva Galería Nacional de la capital alemana espera atraer a más de un millón de visitantes durante los próximos siete meses, con una exposición de 200 obras de los más famosos artistas del siglo XX, pertenecientes al Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Se trata de pinturas y esculturas que están expuestas desde el viernes y hasta el 19 de septiembre en Berlín, en el marco de una gira por Europa.
En la muestra hay obras sobresalientes de artistas como el holandés Vincent Van Gogh, el español Pablo Picasso y los franceses Paul Cezanne, Henri Matisse y Marc Chagall. También de los italianos Amadeo Modigliani y Giorgio de Chirico, y de los estadounidenses Edward Hopper, Andrew Warhol y Roy Lichtenstein, entre otros.
La exposición comienza con la obra de los llamados pintores heroicos de fines de siglo XIX y comienzos del XX. El bañista (1885) de Cezanne es presentada al lado de Noche estrellada (1889) de Van Gogh y de la misteriosa Sueño (1910) del francés Henri Rousseau.
Luego viene una completa serie de obras de dos grandes protagonistas del arte del siglo XX: Matisse y Picasso.
El famoso lienzo La danza (1909) de Matisse es seguido por el igualmente impresionante cuadro de Picasso Tres músicos (1921) y más adelante se encuentra la sobresaliente obra Tres mujeres (1929), del francés Fernand Leger.
Luego el visitante se topa con las obras maestras de los metafísicos del siglo pasado, como la Composición suprematista: blanco sobre blanco (1918) del ruso Kasimir Malevich, y Composición número 1 (1926), del holandés Piet Mondrian.
El surrealismo también tiene su lugar en Berlín. Al lado de pinturas del español Joan Miró y del francés Yves Tanguy se destacan Persistencia de la memoria (1931), del también español Salvador Dalí, Readymades, del francés Marcel Duchamp, y el extraordinario Taza, plato y cuchara de piel (1936) de la alemana Meret Oppenheim.
En la muestra puede apreciarse la llamada escuela de Nueva York, producto del encuentro entre artistas jóvenes estadounidenses y otros europeos que habían emigrado para escapar del nazismo, que abrió caminos transitados en la segunda mitad del siglo.
Número uno 1948 del estadounidense Jackson Pollock, y la escultura Obelisco roto (1963-1969), de su compatriota Barnett Newman, reciben en la entrada de la galería a los visitantes.
El arte pop, de fuerte influencia en Estados Unidos y el mundo hasta nuestros días, está representado en la galería por obras de Jasper Johns, Roy Lichtenstein y Andy Warhol.
La exposición termina con una polémica serie de obras sobre terrorismo que fueron presentadas en 1988 por el artista alemán Gerhard Richter y vendidas luego al Museo de Nueva York.
Berlín y Nueva York tienen una larga historia de cooperación en materia de arte, subrayó el presidente de la Fundación Amigos de la Nueva Galería Nacional alemana, Peter Rauhe.
Nos ayudamos unos a otros con préstamos, cooperamos en las exposiciones, y los curadores y directores de los respectivos museos se conocen y respetan mucho, señaló.
A comienzos de 2002, el director del Museo de Arte Moderno de Berlín, Glenn Lowry, anunció que su par de Nueva York llevaría adelante en 2004 una gran renovación de su colección, de lo que se beneficiarán otros museos y galerías.
Más de 3.000 obras de arte del Museo de Nueva York serán llevadas a distintas galerías de París, Londres y Frankfurt.
El Museo de Nueva York alberga 3.200 obras maestras que datan del siglo XIX hasta el presente.
Rauhe convenció a las autoridades de Nueva York de que un buen lugar para las pinturas y esculturas era la Nueva Galería Nacional de Berlín, considerada una obra maestra arquitectónica y un templo del arte moderno.
Ninguna otra ciudad podía igualar a Berlín a comienzos del siglo XX como centro de intercambio cultural y del arte que ahora conocemos como modernismo clásico, destacó Rauhe.
La expectativa era grande en la capital alemana semanas antes de que se montara la exposición, gracias a publicidad en toda la ciudad.
Rahue, en conferencia de prensa, agradeció al Museo de Nueva York por esta oportunidad única.
Klaus Dieter Hentrich, un corredor de seguros retirado, fue uno de los primeros visitantes de la muestra.
Para nosotros los europeos es un momento muy excitante. La mayoría de las personas han visto estas famosas pinturas en los libros de arte. Pero aquí, por primera vez, las vemos directamente en Berlín. Es una gran experiencia, dijo al ingresar a la galería.