El espectro del hambre se cierne sobre Sudáfrica, donde más de cuatro millones de personas afectadas por la sequía precisan ayuda alimentaria de emergencia.
Organizaciones de agricultores estimaron que los hambrientos podría sumar 15 millones para junio, en una población total de 44 millones.
Las lluvias no llegaron en noviembre ni en diciembre, cuando debía comenzar la temporada agrícola en Africa austral, y ahora ya es muy tarde para plantar.
El presidente Thabo Mbeki puso en evidencia la gravedad de la situación al declarar áreas de desastre a seis de las nueve provincias del país. Esta declaración permitirá al gobierno asignar más fondos para la ayuda de emergencia.
Las provincias afectadas son KwaZulu-Natal, Cabo Oriental, Mpumalanga, del Noroeste, Estado Libre y Cabo del Norte. El área de Taung, en el noroeste, también fue declarada zona de desastre pero debido a las tormentas que la azotaron.
Una séptima provincia, Limpopo, había sido declarada área de desastre en octubre de 2003, cuando el gobierno prometió unos 35 millones de dólares para el alivio de la sequía.
No está claro cuánto dinero adicional el gobierno comprometerá esta semana cuando la solicitud de ayuda de emergencia sea presentada al gabinete para su aprobación, pero sí que al menos 100.000 trabajadores agrícolas se beneficiarán de los fondos.
Por ahora, cuatro millones de sudafricanos residentes en áreas rurales están recibiendo agua en camiones. El gobierno también comenzó a distribuir alimentos en las provincias más afectadas.
Se prevé que la escasez de alimentos se agravará si, como predice la Cámara Nacional de Molienda, el precio de la harina de maíz aumenta 20 por ciento.
La harina de maíz es un alimento básico en Sudáfrica y los pobres dependen de esa comida para su supervivencia, por lo que el aumento de su precio llevará el hambre también hacia fuera de las áreas de desastre.
Parte de los fondos de emergencia se destinarán a unos 50.000 agricultores comerciales. La agricultura representa cuatro por ciento del producto interno bruto, y los principales cultivos son las frutas, el maíz, el trigo, la caña de azúcar y el tabaco.
AgriSA, una de las principales organizaciones nacionales de agricultores, informó que los granjeros plantaron 20 por ciento menos de maíz este año que en 2003.
Casi todos los días aparece en los noticieros de televisión un agricultor en medio de su tierra reseca, quejándose de la falta de lluvias y pidiendo ayuda.
La sequía actual es la más grave en este país en casi un siglo, peor que las de 1933 y 1966, según autoridades agrícolas.
Sin embargo, a diferencia de otros países de Africa subsahariana, todavía no se han registrado en Sudáfrica muertes por inanición, y sólo se han perdido 30.000 cabezas de ganado como resultado de la seca, según funcionarios gubernamentales.
La sequía afecta también a Zimbabwe, Malawi, Mozambique, Zambia, Lesotho y Swazilandia.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas se quejó a principios de mes de la falta de fondos de donantes, que dificulta las operaciones humanitarias para alimentar a cerca de 6,5 millones de personas amenazadas por el hambre en Africa austral.
En Lesotho, las cosechas fracasaron totalmente. En algunas partes de Mozambique, la situación será peor que el año pasado, dijo a IPS Mike Huggins, portavoz del PMA.
El panorama general de la situación alimentaria en Africa austral, complicada por la gravísima epidemia de VIH/sida, se ve lúgubre en los próximos 12 meses, agregó.
Más de cinco millones de sudáfricanos están infectados por el virus del sida.
Cuando no hay alimentos, se pierde toda una generación por el sida. La gente muere y deja sus hijos al cuidado de los abuelos. En el proceso, no se transmiten conocimientos agrícolas de una generación a otra, explicó el funcionario.
Un portavoz del grupo humanitario Christian Aid coincidió con Huggins. La falta de lluvias, la falta de semillas y fertilizantes y la pandemia de VIH/sida afectaron gravemente la recuperación de las comunidades más pobres, dijo a IPS. (
