La diplomacia ya no es exclusiva de los gobiernos, como lo demuestra el creciente papel que las organizaciones de la sociedad civil pasaron a ejercer en las negociaciones internacionales desde comienzos de la década del 90.
Este proceso es más visible desde 1992, cuando se realizó en Río de Janeiro la Conferencia de Naciones Unidas sobre Ambiente y Desarrollo, seguida de otras cumbres mundiales sobre asuntos sociales, que tuvieron una activa participación de las organizaciones no gubernamentales (ONG) y el triunfo de muchas de sus propuestas.
La definición de esa diplomacia no gubernamental, el contexto de su desarrollo, sus objetivos y limitaciones serán tema de un seminario en el IV Foro Social Mundial (FSM), que tendrá lugar del 16 al 21 de ese mes en Mumbai (ex Bombay), la mayor ciudad y centro económico de India.
El tiempo de la pura intergubernamentalidad acabó, afirman, en un documento que servirá de base a las discusiones en India, Henri Rouillé d'Orfeuil, presidente de la Coordinación Sud, y Jorde Eduardo Durao, titular de la Asociación Brasileña de ONG (Abong), dos agrupaciones que promueven el seminario junto con la Red de Acción Voluntaria de India (VANI en sus siglas inglesas).
La Coordinación Sud reúne organizaciones francesas de solidaridad internacional.
No es casualidad que también las otras dos sean federaciones nacionales de ONG. Crear organizaciones colectivas de asociaciones de la sociedad civil a nivel nacional, regional o global y definir posiciones, propuestas y demandas comunes son necesarias para la eficiencia de la diplomacia no gubernamental, según D'Orfeuil y Durao.
Ello permite compensar debilidades de las ONG, cuestionadas en su legitimidad y representatividad para hablar en nombre de la sociedad civil, argumentan. Además hay que superar la dispersión y las contradicciones entre las numerosas organizaciones.
La construcción de un mundo en solidaridad, con reglas internacionales más justas y sustentables, es el objetivo de la acción junto a la opinión pública y los negociadores oficiales.
Tal actitud no se opone necesariamente a la actuación de los gobiernos. El presidente de Abong señaló a IPS que el hecho de realizar este año el FSM en Mumbai revela un cierto paralelismo entre la diplomacia no gubernamental y la impulsada por los gobiernos de Brasil, India y Sudáfrica, que constituyeron en junio el Grupo de los Tres, en una alianza para fortalecerse en las negociaciones internacionales.
Con vistas a la última conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), realizada en septiembre en la sudoriental ciudad mexicana de Cancún, surgió el Grupo de los 20 (G-20) países en desarrollo que rechazan el proteccionismo y los subsidios agrícolas del mundo industrializado y está liderado por esas tres naciones.
Las batallas diplomáticas no gubernamentales se desenvuelven en cuatro frentes. En las negociaciones sociales se busca, por ejemplo, hacer que los países industrializados aporten 0,7 por ciento de su producto bruto interno bruto en ayuda al desarrollo, una promesa incumplida hace 30 años, y que se hagan efectivo las llamadas Metas de Desarrollo del Milenio.
Esas metas del milenio, acordadas por jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo en 2000, contemplan reducir a la mitad hasta 2015 la mortalidad infantil, los niños y niñas sin escuela, los 800 millones de personas vulnerables al hambre y las poblaciones sin acceso al agua potable, entre otras carencias producto de la pobreza y la exclusión social.
Las negociaciones en el campo del cuidado del ambiente, de la economía y del comercio y también en cuestiones geopolíticas, especialmente del sistema multilateral, constituyen otros frentes de batalla, sostienen D'Orfeuil y Durao.
El orden mundial será una preocupación constante en las grandes conferencias y paneles del IV FSM, organizado en la occidental ciudad india de Mumbai para un universo de 2.000 a 4.000 personas. Gobernancia global, Militarismo, guerra y paz y Comercio internacional son algunas cuestiones centrales a examinar por los concurrentes.
Enfrentamiento del unilateralismo y reforma de (la Organización de las) Naciones Unidas (ONU) son el tema de un debate a ser promovido por el Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicas (Ibase), junto con organizaciones de varios países.
Hay consenso en rechazar el multilateralismo, pero la ONU es un tema incómodo que divide opiniones, observó Cándido Grzybowski.
El FSM es un encuentro de la sociedad civil, mientras la ONU es una organización de gobiernos, que excluye incluso a los parlamentos, señaló.
Ampliar el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Brasil, India y Sudáfrica quieren tener asiento permanente, o extinguirlo como un órgano poco democrático, donde sólo Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Francia y Rusia tienen poder de veto, es una de las polémicas.
Para Francisco Whitaker, otro brasileño miembro del Consejo Internacional del FSM, tal como Grzybowski y Durao, la sociedad civil no solo presiona y demanda, sino que a veces actúa directamente.
Un ejemplo de ello es la iniciativa para la paz entre Israel y Palestina, presentada hace algunas semanas por grupos sin relación con los gobiernos en Ginebra. Portavoces de esos grupos israelíes y palestinos hablarán en la sesión de clausura del FSM prevista para el día 21.
La gran contribución del FSM, que se consolidará en India, es una nueva forma de hacer política, el método de articular organizaciones y movimientos sociales con horizontalidad, sin comando ni la pirámide jerárquica, destacó a IPS Whitaker, representante de la Comisión Brasileña de Justicia y Paz de la Iglesia Católica.
Ese método es clave tanto en las relaciones internacionales como dentro de los países. El FSM representa para India una experiencia histórica de unidad, superando divisiones políticas y de castas, opinó.
Los intocables o parias, la casta inferior, con 170 millones de personas, poco menos que la población de Brasil, están organizando y participando en el Foro Social Mundial junto a los demás indios en conjunto y considerados como iguales, destacó Whitaker.