El primer dilema económico de Venezuela al comenzar 2004 será si destinar o no a inversión agrícola parte de las reservas internacionales acumuladas por el Banco Central en 11 meses de control cambiario.
El presidente Hugo Chávez anunció que acudirá al Tribunal Supremo de Justicia antes del 15 de enero si el directorio del Banco Central, ente emisor y de reserva, sigue negándose a facilitar 1.000 millones de dólares para financiar planes de siembras.
Las reservas internacionales no son del Banco Central ni del gobierno, sino de la Nación, replicó el director de la entidad Domingo Maza, maestro de varias generaciones de economistas. El presidente está en su derecho de acudir al Tribunal, vamos a esperar a que lo haga y, de acuerdo a lo que se decida, actuaremos, agregó.
El debate toca viejo asunto económico -¿para qué sirve un banco central?-, y un nuevo asunto político: Chávez frente a la posibilidad de un referendo que podría revocar su mandato.
No puede ser que el Banco Central tenga sus reservas, que son de todos los venezolanos, depositadas en bancos del exterior que pueden usarlas y, en cambio, el pueblo aquí esté pasando hambre porque no hay dinero para sembrar, se quejó el mandatario en la última edición de su programa radial Aló presidente.
Las reservas venezolanas totalizaban al 19 de diciembre 20.596 millones de dólares, 30 por ciento más que los 14.000 millones de dólares del 22 de enero pasado, cuando Chávez implantó un severo control de cambios mientras agonizaba una huelga empresarial y de gerentes petroleros en su contra.
La medida, criticada entonces por empresarios y opositores, se resolvió pues la huelga era acompañada por una fuga de capitales no compensada por ingresos pues la exportación petrolera estaba interrumpida.
Además de anclar el valor de la moneda en 1.526 bolívares por dólar, la actividad cambiaria quedó exclusivamente en manos de la Comisión de Administración de Divisas.
El actual volumen de reservas representa una provisión equivalente a casi dos años de las importaciones históricas de Venezuela y el triple de las que han podido efectuarse a lo largo de 2003, segundo año de aguda recesión.
El producto interno bruto por persona se contrajo 10,8 por ciento en 2002, y 11,7 por ciento este año, según el Banco Central.
Las reservas casi alcanzarían también para saldar de un plumazo la deuda pública externa, de 22.000 millones de dólares.
Chávez pide desde finales de noviembre que el Banco Central destine una porción de sus recursos, que estima en 1.000 millones de dólares, para financiar planes de siembra de caña de azúcar, maíz, frijoles, sorgo y soja.
Mientras el presidente del Banco Central, Diego Castellanos, guarda silencio, Maza muestra sus viejas dotes de profesor para explicar que la entidad no puede, según la ley que la rige, financiar los planes del gobierno.
El economista independiente Antonio Paiva subraya que el Banco Central no puede asumir esos gastos o endeudamientos, sino preservar el valor de la moneda para que la economía crezca y atender compromisos de pagos internacionales.
Los opositores Orlando Ochoa y Miguel Santos destacaron que el uso por el gobierno de 1.000 millones de dólares que tomase del Banco Central agregaría combustible a la inflación y agravaría el drama de la deuda pública interna.
La inflación acumulada en el periodo enero-noviembre fue de 24,8 por ciento, según el Banco Central. Para Santos, aumentaría con facilidad porque la liquidez monetaria creció, de acuerdo con sus cálculos, 54 por ciento el último año, pese a que la producción se contrajo en alrededor de 11 por ciento.
El endeudamiento interno suma el equivalente a 13.000 millones de dólares. Para servir el conjunto de la deuda externa e interna el gobierno debería pagar en 2004, según estudios privados, 8.400 millones de dólares, casi todo su ingreso petrolero que se prevé alcanzará unos 9.000 millones de dólares.
El presupuesto del Estado para 2004 es de 31.200 millones de dólares, y para cubrirlo el Ministerio de Finanzas prevé endeudarse por más de 11.000 millones de dólares.
Para Luis León, analista opositor de la firma de encuestas Datanálisis, Chávez no busca 1.000 millones de dólares, sino apoderarse de una institución que no controla.
El presidente quiere manejar la entidad monetaria para fabricar billetes y poder inyectar dinero a la economía, al margen del impacto en inflación o en desconfianza, en este semestre decisivo para su permanencia en el poder, comentó León a IPS.
El independiente Consejo Nacional Electoral evaluará en enero los 3,5 millones de firmas que la oposición presentó para solicitar un referendo revocatorio del mandato de Chávez, que debería gobernar hasta 2006.
Si el recurso es habilitado antes de agosto y su resultado es desfavorable al mandatario, éste debería abandonar el gobierno, y se convocaría a una nueva elección presidencial
En su último programa radial, Chávez informó que el gobierno ha repartido en poco más de un año 2,2 millones de hectáreas a unas 70.000 familias campesinas, pero que carece de dinero para financiar planes de siembra que acompañen ese reparto.
El organismo designado para asistir a los nuevos colonos apenas ha podido entregar 46 millones de dólares en créditos, cuando para levantar la agricultura necesitamos agregar 10 o 15 veces ese monto, dijo el presidente.
Parlamentarios oficialistas encabezados por Willian Lara apoyaron al mandatario y destacaron que por encima de la ley del Banco Central está la Constitución, que obliga a buscar la justicia social y garantiza la seguridad alimentaria de los venezolanos.
Chávez pidió a los legisladores que impulsaran una reforma de la ley del Banco Central, para posibilitar la inversión en proyectos agrícolas, y planteó incluso que la sometieran a referendo popular.
Mientras, anunció, hará una nueva solicitud al ente emisor, y si la respuesta no lo favorece, acudirá al Tribunal Supremo para que éste despeje la primera gran incógnita económica del año nuevo.
