AMERICA: Cumbre de espalda a grupos civiles

Los protagonistas de las cuatro cumbres de América celebradas desde 1994 dijeron apreciar y abonar la participación de la sociedad civil en sus debates. Empero, este lunes comenzó otra cita continental y los grupos sociales repiten su guión: «nos mantienen excluidos».

Una vez más los gobiernos negociaron documentos sin transparencia, sin contemplar las propuestas de la sociedad y lejos del escrutinio público, aseguraron las organizaciones no gubernamentales presentes en la nororiental ciudad mexicana de Monterrey, donde se realizará hasta este martes la Cumbre Extraordinaria de las Américas.

Aunque fueron invitados por la Organización de Estados Americanos (OEA), auspiciante de la cita que reúne a los jefes de Estado y de gobierno de sus 34 países miembros, todos excepto Cuba, a presentar sus puntos de vista, en los hechos la negociación de la declaración que emergerá de la reunión se preparó a puerta cerrada.

"No tenemos incidencia en los debates, que son a obscuras (a puertas cerradas), todo se hace a espaldas de la sociedad. Ni siquiera nos dieron un borrador de la que será la declaración final", dijo a IPS Ramón Daubón, portavoz de la Fundación Esquel, con sede en Washington.

El reclamo fue presentado a delegados de gobiernos y de la OEA en una cita realizada el domingo en la misma ciudad de Monterrey, en víspera del comienzo de esta cumbre convocada con carácter extraordinario para examinar estrategias para luchar contra la amplia brecha social, el desarrollo social y la gobernabilidad democrática en la región.

Los gobiernos tienen mucho interés en la participación de la sociedad, lo que pasa "es que no estamos a un nivel óptimo (…) pero estamos en proceso de aprendizaje", justificó el canciller del país anfitrión, Ernesto Derbez, al hablar en ese encuentro en nombre de los gobiernos americanos.

"Tenemos que encontrar las fórmulas para que podamos dialogar con más tiempo. Hay que continuar con la profundización de ese diálogo (con la sociedad civil)", expresó.

El reclamo de falta de apertura a la sociedad, pero en un tono menos diplomático, se escuchó también en las pequeñas manifestaciones callejeras que grupos de estudiantes, campesinos y miembros de diversas organizaciones se realizaron el domingo y este lunes en las proximidades de la sede de la cumbre, donde las medidas de seguridad montadas por México son extremas.

A diferencia de los grupos sociales que el domingo se reunieron con representantes de gobiernos, los estudiantes, campesinos y acompañantes, casi todos mexicanos y donde hay desde delegados de partidos de izquierda hasta jóvenes punk, acampan en tiendas de campaña instaladas en parques de Monterrey y no tienen en agenda ninguna cita con funcionarios.

Las autoridades desplegaron a cientos de policías en Monterrey, uno de los principales centros industriales de México, con la orden de evitar desmanes o que manifestantes se acerquen a la sede de la cumbre.

En la primera Cumbre de las Américas, celebrada en 1994 en Miami, los mandatarios señalaron "que la participación pública es crucial para el éxito de cualquier democracia bajo un marco responsable y transparente", y se comprometieron a trabajar con las organizaciones de la sociedad civil.

Así, en la Cumbre Extraordinaria sobre Desarrollo Sostenible, realizada en 1996 en la central ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra, los asistentes instruyeron a la OEA a formular un "Estrategia Interamericana para la Promoción de la Participación Pública en la Toma de Decisiones”.

Luego, en la segunda Cumbre de las Américas, de 1998 en Santiago de Chile y de carácter ordinario, confirmaron que es muy importante la participación de la sociedad civil.

Ya en la tercera reunión ordinaria de mandatarios, llevada a cabo en 2001en la ciudad canadienses de Québec, hicieron un llamado "para que todos los ciudadanos del continente contribuyan al proceso de Cumbres".

"En la burocracia de la OEA afirman que escuchan a la sociedad, incluso hay espacios para procesar propuestas, pero en los hechos, en la realidad, seguimos fuera, igual que antes", dijo a IPS Silvia Aguilera, de la Comisión Mexicana de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos.

La veintena de grupos sociales reunidos con delegados de gobierno el domingo en Monterrey pidieron que, para garantizar su participación, se conforme una comisión consultiva en la que ellos estén presentes, que se institucionalice un diálogo directo entre mandatarios y grupos de la sociedad en las cumbres y que se prepare un informe anual sobre esa relación, entre otras cosas.

"Los roces entre gobiernos y representantes de la sociedad civil siempre se van a dar por más acercamientos que se prometan, pues se trata de espacios de acción y visión diferentes", explicó a IPS el sociólogo Fernando Palacios.

"El objetivo es que ambos sectores se aproximen y que saquen algún provecho, algo que tras bastidores y aunque no lo digan se está haciendo poco a poco desde los años 90", señaló.

En la OEA, la organización en la que participan 34 países de América, todos salvo Cuba suspendida del grupo a comienzos de los años 60, existen numerosas iniciativas en marcha sobre la participación de la sociedad civil.

Sin embargo, a juicio de Aguilera esto "es cierto, pero cuando llega la hora de la verdad, como en esta cumbre (la de Monterrey), todo se diluye y no se nos escucha, es decepcionante".

"Pero lo que es más real y tangible es que estas cumbres prácticamente no están sirviendo y eso se ve en los resultados”, añadió la activista de la Comisión Mexicana de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos.

Agregó que la mejor prueba de que no sirven es que poco menos de la mitad (220 millones) de los 530 millones de habitantes de América Latina y el Caribe viven en la pobreza pese a las declaraciones de las cumbres, donde los presidentes prometen desde 1994 que trabajarán para abatirla.

La Comisión Económica para América Latina (Cepal), informó en Monterrey que la región se mantiene como la campeona mundial en mantener los peores indicadores de distribución del ingreso.

Añadió que la mayoría de países del área difícilmente cumplirán la promesa de reducir la pobreza extrema en 50 por ciento para 2015, como se prometió en las llamadas metas del milenio de la Organización de las Naciones Unidas.

Según entienden algunos portavoces de la sociedad civil, la Cumbre Extraordinaria de las Américas que se realiza en Monterrey no proyectará resoluciones importantes, sólo generalidades.

De hecho, la cita finalizará la tarde de este martes con una declaración política, pero sin un plan de acción para concretarla, confirmaron los organizadores.

"No habrá grandes anuncios" en Monterrey, pero sí acercamientos políticos importantes para la región, declaró el canciller mexicano.

Esta es una reunión simbólica Se "puede percibir que los asistentes sólo quieren concretar asuntos modestos", estimó Michael Shifter, analista de la organización no gubernamental Diálogo Interamericano.

En tanto, para Héctor de la Cueva, del Grupo Alianza Social Continental, la cumbre fue convocada por presiones del gobierno de Estados Unidos "para tratar de revivir su agenda política en la región", algo golpeada por la presencia de gobiernos ligados a posiciones de izquierda como los de Argentina, Brasil y Venezuela.

Previo a esta cita se escucharon entre Washington y los gobiernos de esos países algunas críticas subidas de tono y que, según observadores, se mantendrán a pesar de los abrazos y buenos deseos que sus presidentes intercambien en Monterrey.

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