Muchos estudiantes se decepcionaron al conocer a Vitoria y Lenda, las primeras vacas clonadas de Brasil. Pero son iguales a las otras, reaccionaron al verlas en el campo experimental de Sucupira, a 30 kilómetros de Brasilia.
Vitoria, de 32 meses, y la becerra Lenda, nacida el 4 de septiembre, fueron las estrellas de los días de campo promovidos el 29 y 30 de octubre por el Instituto de Recursos Genéticos y Biotecnología de la estatal Embrapa (también conocido como Cenargen) para mostrar sus investigaciones ganaderas a estudiantes, periodistas, hacendados y otros interesados.
Con 1.393 hectáreas, la hacienda Sucupira es el lugar donde el Cenargen -uno de los 40 institutos de Embrapa (Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria)- mantiene ganado vacuno, caprino, porcino y caballar para conservación y experimentos.
Las dos reses clonadas viven en los pastizales sin ningún trato especial, junto a otros vacunos, aunque bajo observación atenta, dijo a Tierramérica el encargado de su manejo, Arlindo Ferreira Oliveira.
Esa vida a campo abierto permite obtener información más útil a la ganadería que el confinamiento en establos, observó Rodolfo Rumpf, responsable de la experiencia como coordinador de reproducción animal del Cenargen.
Lenda, blanca con manchas negras, es aún una cría. Pero el 29 de octubre, con 55 días, pesaba 110 kilogramos. Y al nacer tuvo 45, relató a Tierramérica el veterinario Mauricio Machaim Franco, investigador que coordina los trabajos en Sucupira.
La madre adoptiva cuyo vientre sirvió para la gestación es muy celosa, no se aparta de ella y rechaza a los extraños. Y Lenda no asumió aún el papel de estrella, bromeó Franco. En cambio Vitoria, de cabeza blanca y cuerpo castaño, ya posa para las fotos, acotó.
Vitoria pasó su infancia y adolescencia sin ninguna enfermedad, pese a las desventajas de su raza de origen suizo, Simental, en un clima caliente y con muchos parásitos. Además del pelaje abundante, el casco de sus patas se rompe con frecuencia favoreciendo infecciones, pero ella sale bien, señaló Oliveira.
Ahora se busca probar su capacidad reproductiva. Los primeros intentos de preñarla en forma natural se frustraron, pero se espera el resultado del último apareamiento 40 días atrás. Si no resulta, se intentará la inseminación artificial, adelantó Oliveira.
El envejecimiento precoz, que afectó a la famosa oveja clonada Dolly en Gran Bretaña, no preocupa en el caso de Vitoria, porque ésta nació de una célula embrionaria, es decir material genético nuevo, explicó Rumpf a Tierramérica.
Pero Lenda fue clonada a partir de células de tejidos adultos, con características ya definidas, por eso se acompañará atentamente su desarrollo, peso, metabolismo y aspectos bioquímicos, observó el científico.
Su madre era una vaca de raza holandesa, muerta de hemorragia al herirse en una cerca de alambre de púas. Sus ovarios fueron ofrecidos al Cenargen por la propietaria, que buscaba preservar su gran productividad lechera y fecundidad.
Pero los óvulos dañados en el traslado no sirvieron para producir embriones in vitro. Se usaron entonces las células que circundan los óvulos, ya empleadas con éxito en Nueva Zelanda, contó Rumpf.
Al tratarse de células somáticas, como la que generó a Dolly -extraída de una glándula mamaria- el envejecimiento precoz es uno de los riesgos presentes.
La solución de emergencia propició un avance. El Cenargen busca perfeccionar la técnica reproductiva de la clonación y luego multiplicar animales de genética superior, señaló Franco.
Lenda permitió pasar al segundo paso, como copia de un animal de calidades conocidas, mientras Vitoria es un tiro en la oscuridad, y podría no repetir las características de la vaca original, explicó.
Otra meta es clonar a Vitoria. El primer intento en 2002 produjo embriones a partir de células de la piel de su oreja. En abril nació una becerra normal y completa, pero murió al segundo día de vida por haber ingerido líquido del útero durante el nacimiento por cesárea. Otro intento se interrumpió a los ocho meses de gestación por retención de líquidos.
Según Rumpf, ninguno de estos obstáculos reprueba la técnica de la clonación. Ya están en marcha dos gestaciones de embriones obtenidos a partir de la piel de Vitoria.
El Cenargen pretende además hacer clones transgénicos, introduciendo en el material genético original genes ajenos que fomenten la producción de leche medicinal.
Las glándulas mamarias son biorreactores naturales, excelentes fábricas de sustancias que aumentan la resistencia a determinadas enfermedades, argumentó el investigador. Pero es necesario mejorar la eficiencia de la clonación, admitió.
Al contrario de otros métodos de reproducción artificial, el de clonación parte de la célula de un único individuo adulto, por lo que el nuevo ser portará su mismo material genético.
Sólo cinco por ciento de los intentos reproductivos por clonación producen fetos, y de ellos sólo sobreviven entre uno y tres por ciento.
La fecundación in vitro tiene una efectividad de casi 50 por ciento de gestaciones.
Un factor clave son las vacas receptoras de buena habilidad materna, como las madres de Lenda y Vitoria, con una estructura ósea desarrollada por partos anteriores y menos posibilidad de rechazo al embrión, observó..
El esfuerzo se justifica por haber comprobado que las células somáticas guardan la memoria genética, y haber contribuido al uso de embriones en terapia regenerativa humana, opinó el científico.
Además de herramienta de estudio científico, la clonación podrá elevar la producción ganadera ampliando, por ejemplo, la reproducción de ejemplares excepcionales. Lenda es un ejemplo.
De hecho ya existe demanda de clonación animal. Pero las respuestas pueden llevar varios años, según Rumpf, quién observa hasta ahora buena receptividad pública a esta técnica de reproducción.
Los proyectos de clonación no implican grandes gastos al Cenargen, que cuenta con infraestructura para conservar material genético y para otras formas de reproducción artificial.
En Sucupira se guarda el Banco Brasileño de Germoplasma Animal, con material genético de ejemplares domésticos amenazados de extinción. La conservación es el primer objetivo del programa biotecnológico de la institución, aclaró Rumpf.
Entre los 200 vacunos de la hacienda hay ejemplares de razas adaptadas a las condiciones locales y en riesgo de desaparecer.
Animales de gran valor genético y vacas receptoras de todas las formas de reproducción completan el rebaño, destacó Franco.
* El autor es corresponsal de IPS. Publicado originalmente el 15 de noviembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (