Mientras las ásperas negociaciones sobre aranceles, subsidios agrícolas y propiedad intelectual del ALCA transcurren en los salones del hotel Intercontinental de la ciudad de Miami, la batalla de la calle, quizás un requisito insalvable para construir un consenso hemisférico, apenas ha sido contenida.
Las negociaciones del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) en la sudoccidental ciudad estadounidense de Miami transcurren tal como fueron anunciadas: lentas, oscuras y casi siempre cargadas de una terminología carente de emoción.
Aun cuando sus consecuencias tengan una enorme carga política, lo que se discute son asuntos técnicos de comercio y economía. Así que hasta en los momentos de más tensión, se requiere un esfuerzo de atención de parte del observador.
Pero las dificultades para poner en marcha la integración comercial hemisférica que negocian 34 países de América (todos excepto Cuba) no sólo están en las mesas de negociación, sino especialmente en las organizaciones campesinas, sindicales y sociales que se expresan en la calle.
Las calles de Miami esperan a más de 20.000 manifestantes contrarios a las negociaciones, que tendrán su punto máximo este jueves y el viernes, con la conferencia de ministros del continente. Hasta prometen celebrar un "juicio popular al ALCA".
En ese escenario, la contraparte de los representantes de comercio exterior tiene a su favor el recurso de discursos encendidos y demostraciones llamativas.
Por eso no asombra que los medios de comunicación sigan a manifestantes como los que el lunes se exponían desnudos frente a una tienda de la cadena estadounidense de vestimenta GAP en Miami Beach.
Tampoco la atención que se prestará a grupos minoritarios que prometen protagonizar algún acto violento, en medio de la exhibición de fuerza de más de 2.500 policías y agentes de 40 departamentos de seguridad.
Es más interesante que una declaración del representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Zoellick, ver las protestas por las inequidades del mercado abierto: para muestra está una docena de jóvenes que ha recorrido Estados Unidos y Canadá desnudándose frente a las tiendas GAP.
La portavoz del grupo, Allison, dio declaraciones a torso descubierto: "Debemos boicotear a una tienda que explota a sus empleados en el tercer mundo para beneficio de unos pocos y con la complicidad del gobierno de Estados Unidos".
Por su parte, un portavoz de la empresa aseguró que la misma inspecciona regularmente sus fábricas para asegurarse de que cumplan con normas de salud y de seguridad laboral y que deja de hacer negocios con cualquier socio que ponga en riesgo su nombre.
Caminando a paso lento bajo el sol del estado de Florida, un centenar de trabajadores y campesinos decidió recorrer las 34 millas (54 kilómetros) que separan Fort Lauderdale de Miami. "Una milla por cada país afectado por este acuerdo maldito", subrayó el inmigrante Lucas Benítez, de la Coalición de Trabajadores de Inmokalee, con sede en Florida
Benítez estima que los acuerdos de libre comercio son una estafa. "Soy mexicano y lo sé por experiencia propia", dijo. "El campo mexicano es ahora más pobre tras el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá. Decimos no al ALCA, porque lo que haría es incrementar la riqueza para unas cuantas transnacionales".
Sin embargo, Benítez cree que la única manera de salvar estos acuerdos es que en las negociaciones "las personas que van a resultar afectadas tengan también participación. El ALCA debe incluir los derechos básicos de los trabajadores como salarios dignos y respeto y dignidad en los lugares de empleo, y que haya oportunidad para el pequeño y mediano productor", agregó.
El lunes de tarde un mensaje inquietó a los manifestantes. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, líder izquierdista y sindical y paladín de la lucha contra los abusos del libre mercado, advirtió que los que aspiran a un acceso igualitario a la riqueza deberán luchar desde dentro del monstruo, debatiendo en foros como el del ALCA.
"Si quieren ser oídos, los países pobres tendrán que expresar sus intereses en forma cada vez más amplia. Tratar de llevar a la mesa de negociaciones las paradojas de la globalización", dijo Lula.
Eso es lo que intentan organizaciones no gubernamentales como Oxfam Internacional, con sede en Londres, una de las más activas interviniendo en las mesas de trabajo del ALCA.
Una de sus portavoces en las reuniones de Miami, Fernanda Castejón, dijo a IPS que su organización no se opone en forma absoluta al ALCA ni a la idea del libre mercado.
"Oxfam comprende la potencialidad del comercio y del libre mercado para combatir la pobreza y tener un impacto positivo en el desarrollo regional. Y creemos también en la integración regional. Sí, ¿por qué no? Pero para que este acuerdo tenga ese impacto positivo requiere elementos que el ALCA no tiene", sentenció.
Oxfam tampoco cree que el ALCA "flexible" que acordaron Brasil y Estados Unidos resuelva las contradicciones en el seno del acuerdo.
Estados Unidos rechazaba el reclamo brasileño de reducir sus subsidios a la agricultura, y oponía a cambio los capítulos de compras gubernamentales, propiedad intelectual e inversiones.
Ambos países, que copresiden las negociaciones, acordaron finalmente un borrador mínimo que deja esas cuestiones urticantes confinadas al ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC) establece una apertura por etapas, y permite a cada país establecer acuerdos bilaterales, dentro del marco general del ALCA.
Para Castejón, este también llamado "ALCA a la carta" es simplemente un maquillaje que lo hace aparecer más amistoso con los pobres.
"Este acuerdo flexibilizado pone de relieve las contradicciones que hay entre los países para llegar a un verdadero mercado integrado", señaló.
"No puede haber ALCA mientras haya subsidios a la producción de los países ricos, mientras haya unos derechos intelectuales que impiden el acceso a medicinas baratas para los países pobres, mientras haya competencia desleal y mientras se pretenda discutir en foros regionales temas que deben ser resueltos en la OMC", sostuvo.
Los negociadores podrán enfrentarse unos a otros y anunciar el viernes una declaración formal para pavimentar el camino del libre mercado más allá de 2005.
Pero la construcción de consenso quizás requerirá más sacrificios que los imaginados por los delegados encerrados en la torre del hotel Intercontinental, rodeados de policías y custodiados por helicópteros. La batalla de la calle ni siquiera ha sido librada aún. *****
+ ALCA (http://www.ftaa-alca.org/alca_s.asp)
+ Alianza Social Continental (http://www.asc-hsa.org/castellano/site/home.php)
+ VIII Foro Empresarial de las Américas (http://www.miamiftaa2003.com/spanish/index_span.htm)
(FIN/IPS/rsd/dcl/if/ip/dv/lc/03)