La muerte de cuatro policías a manos de otro presa de una crisis de furia despertó interés en Serbia por el síndrome de Vietnam, que afecta a muchos combatientes de las guerras de secesión en la antigua Yugoslavia en los años 90.
El policía Vladan Rovcanin, de 32 años, recorría la semana pasada las calles de la meridional ciudad serbia de Nin cuando, de pronto, abrió fuego en forma indiscriminada, matando a otros cuatro policías que intentaron detenerlo.
Las autoridades señalaron que el funcionario había estado desde hacía meses ”bajo una inexplicable presión psicológica” y fue víctima de un arranque de locura.
”Se trata sin duda del llamado síndrome de Vietnam”, dijo el ministro del Interior, Dusan Mihajlovic, llamando la atención del público serbio sobre un fenómeno psicológico investigado desde los años 70 por expertos.
El fenómeno lleva el nombre científico de desorden de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés), pero también es conocido como síndrome de Vietnam, fatiga de batalla o neurosis de guerra.
El desorden es una consecuencia de experiencias traumáticas en el campo de batalla, y fue identificado por primera vez en los ex combatientes estadounidenses de la guerra de Vietnam (1965-1975).
”El PTSD se manifiesta en personas que no pueden superar ese tipo de traumas por meses e incluso años”, explicó el psiquiatra Ivan Dimitrijevic, de Belgrado.
”Al principio, intentan afrontarlo y procuran olvidar lo que les pasó, pero luego son vencidos por una constante necesidad de revivir la experiencia traumática, lo que implica una terrible presión”, dijo a IPS.
”Se vuelven introvertidos y por fuera parecen tranquilos. La presión acumulada puede derivar en arranques agresivos, que son a veces motivados por pequeñeces. La agresión puede ser contra otra persona, pero también contra ellos mismos”, explicó el experto.
Rovcanin estaba a punto de perder su trabajo debido a una serie de reformas en la policía serbia. Eso fue el desencadenante de su reacción, según sus allegados.
El caso de este policía no fue el único en Serbia, pero su gravedad desencadenó un debate en todo el país.
Muchos soldados serbios han sido acusados de cometer crímenes luego de regresar de las guerras en Bosnia-Herzegovina y Croacia. Algunos llegaron a matar a toda su familia y otros se suicidaron, la mayoría usando granadas de mano.
”Unos 100.000 hombres de Serbia participaron como voluntarios o paramilitares en las guerras de Croacia y Bosnia, entre 1991 y 1995. Nuestras estadísticas indican que al menos 25 por ciento de ellos sufren PTSD, pero sólo una pequeña fracción han solicitado tratamiento”, dijo a IPS el psicólogo Vladan Beara.
”Los veteranos de guerra se resisten a buscar ayuda profesional porque les da vergüenza su condición, influidos por una sociedad muy conservadora”, añadió.
Los serbios aún tienen opiniones divididas sobre las guerras étnicas que fragmentaron a la antigua Yugoslavia.
El conflicto estalló a comienzos de los 90 en medio de una ola nacionalista serbia iniciada por el entonces presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, hoy sometido a juicio ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia por genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad.
La fiscalía del Tribunal acusó a Milosevic de presidir un plan maestro para conformar una ”Gran Serbia”, proyecto que, según la parte acusadora, habría tenido como resultado la muerte de un cuarto de millón de no serbios en Croacia, Bosnia-Herzegovina y la provincia serbia de Kosovo.
Cientos de miles de serbios vivían en todas esas repúblicas yugoslavas, que luego se independizaron de Belgrado.
Las fuerzas que se opusieron a las guerras derrocaron a Milosevic hace tres años, pero grandes sectores de la sociedad todavía defienden los combates en Croacia y Bosnia-Herzegovina.
El trauma es mayor en Kosovo. Milosevic envió miles de soldados a esa meridional provincia serbia entre 1998 y 1999, con el fin de acabar con una rebelión lanzada por la mayoritaria población de origen étnico albano.
La guerra terminó con más de 10.000 muertos y más de 800.0000 albanokosovares desplazados a países fronterizos. Otros 200.000 serbios dejaron la provincia por temor a represalias de parte de los albanokosovares.
”No sólo los veteranos de guerra padecen el PTSD. Nosotros estamos tratando a cientos de refugiados con problemas y a muchos de los que sufrieron las 11 semanas de bombardeos de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)”, dijo a IPS la psicóloga Mina Mitic.
El síndrome de Vietnam también está presente en Croacia y en Bosnia-Herzegovina. Unos 2.000 veteranos de guerra croatas se suicidaron desde 1995, y decenas asesinaron a sus familias, según datos oficiales.
Un estudio de la Escuela de Medicina de la estadounidense Universidad de Harvard reveló que más de 45 por ciento de los civiles en Bosnia-Herzegovina padecen PTSD, además de cerca de 25 por ciento de los veteranos de guerra.
Los expertos coinciden en que el desorden puede ser curado a través de una terapia intensiva. El problema es que la mayoría de los que lo padecen no buscan ayuda. (