Los gobiernos de América se reunirán la semana próxima en México para escribir el obituario del sistema de seguridad común emergido de la guerra fría y dar paso a nuevos conceptos y compromisos en la materia, que por amplios podrían quedar en mera retórica según observadores.
La seguridad hemisférica es hoy multidimensional, pues incluye temas sociales, ambientales y de salud y ya no sólo las amenazas militares, según el consenso a rubricar el 27 y 28 de este mes en Conferencia Especial sobre Seguridad, convocada por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Fueron necesarios cinco años de reuniones previas y dos cambios de fecha de la cita para acordar en tales conceptos entre los 34 países miembros de la OEA, todos los países americanos excepto la suspendida Cuba.
Es que la OEA guarda aún en sus gavetas viejos acuerdos, cuyo objetivo implícito era enfrentar militarmente las presuntas amenazas de la disuelta Unión Soviética y su también desaparecido bloque comunista europeo.
Aunque algunos analistas aseguran que Estados Unidos impondrá a la región en la conferencia de México su agenda de seguridad, que tiene acento en lo militar, el borrador de declaración final, previamente concertado, no parece confirmar esa apreciación.
El terrorismo, el narcotráfico y los ataques militares son señalados en el documento como amenazas a la seguridad, igual que lo son la epidemia de síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), la enfermedad causada por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), la pobreza, las injusticias sociales y la violación de los derechos humanos, entre otros.
El documento señala además que las amenazas no son iguales para todos los países y que cada uno puede definir de forma soberna cuáles son las prioritarias.
No obstante, Ana María Salazar, ex subsecretaria de Defensa de Estados Unidos durante el gobierno de Bill Clinton (1993-2001), cree que Washington persistirá en los hechos con la estrategia de imponer su agenda de combate contra el terrorismo.
El gobierno estadounidense de George W. Bush, en las sesiones preparatorias de la Conferencia Especial de la OEA, presentó documentos en los que indica que las amenazas a la seguridad del hemisferio son los ataques armados por un estado contra otro, el terrorismo, el tráfico de drogas y de armas y la migración masiva descontrolada.
Otras amenazas señaladas por ese gobierno son los ”riesgos y desafíos como la fragilidad democrática, los abusos de los derechos humanos, desastres naturales y degradación ambiental, inestabilidad económica, corrupción, enfermedades como VIH-Sida y la pobreza extrema”.
En estos últimos elementos, Estados Unidos está alineado con la opinión de muchos países del continente.
El consenso en el área es que la seguridad es hoy de carácter multidimensional, apuntan documentos de la OEA.
”La gran sorpresa es que la declaración sobre la conferencia de seguridad contempla las prioridades de todos los países del hemisferio”, lo que hecha por tierra ”la visión de que la OEA va a militarizar y oterrorizaro la seguridad hemisférica” por presiones de Washington, manifestó Jorge Chabat, investigador del mexicano Centro de Investigación y Docencia Económicas.
Para José Luis Piñeyro, experto en asuntos de seguridad hemisférica y catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, el nuevo concepto de seguridad hemisférica es adecuado, pero podría quedar en mera retórica si no se traduce en cambios en la institucionalidad de la OEA.
El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), del que México se retiró en 2002 al calificarlo de obsoleto, y la Junta Interamericana de Defensa, que reúne a los ministros americanos del ramo, son dos instancias que están bajo revisión y sobre las que no hay aún consenso respecto de su futuro.
El compromiso de los gobiernos con la nueva noción de seguridad se evaluará con cierta exactitud cuando se observe si hay o no cambios en los apoyos que la región da a la Organización Panamericana de la Salud, al Consejo Interamericano de Desarrollo Integral y a la Junta Interamericana de Defensa, entre otros, comentó Piñeyro a IPS.
El experto cree que, si el nuevo concepto de seguridad aterriza en los hechos, los gastos militares en la región podrían bajar, lo cual daría un desahogo a las finanzas de muchos gobiernos.
Estudios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indican que esta región mantiene 1,4 millones de efectivos militares en actividad y gasta en defensa alrededor de 26.500 millones de dólares anuales.
Por cada dólar que se destina a la defensa se invierten 1,10 dólares en educación y 90 centavos de dólar en salud, compara el trabajo de la Cepal. Además, el principal proveedor de armas en la región es precisamente Estados Unidos.
El mayor logro que tendrá la Conferencia Especial sobre Seguridad Hemisférica es que por vez primera el continente dejará a un lado el concepto militar de seguridad para incluir, de manera consensuada, compromisos concretos en favor de la lucha contra la pobreza, la preservación del ambiente, la salud y la justicia, dijo Miguel Ruiz, representante de México ante la OEA.
”Esto hubiera sido imposible hace unos 10 o 20 años”, expresó.
Los trabajos para poner al día el concepto de seguridad en América comenzaron luego de la Cumbre de las Américas, celebrada en Chile en 1988, cuando se planteó la idea.
Pero la fecha para concretar la conferencia no había podido ser definida por la persistencia de disensos y hechos como los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.