A pesar de la crisis actual entre Cuba y la Unión Europea, este bloque mantiene la voluntad de diálogo político y de cooperación, aseguró su encargado de negocios en el país caribeño, Sven Kühn von Burgsdorff.
En momentos en que las relaciones entre las autoridades de la Unión Europea (UE) y el gobierno cubano de Fidel Castro pasan por su momento más difícil lo que hay que hacer es buscar un terreno común, señaló el diplomático.
”Estamos trabajando en este sentido, pero para (bailar) un tango hacen falta dos y para salsa también”, advirtió Kühn von Burgsdorff en entrevista con IPS.
Kühn von Burgsdorff está al frente de la Oficina de la Comisión Europea (CE), el órgano ejecutivo de la UE, desde su inauguración a mediados de marzo por el comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria del bloque, Poul Nielson.
Observadores indicaron en ese momento que la apertura de la representación diplomática europea abría una nueva etapa en las relaciones entre las partes y daba a la UE mayor capacidad de influencia en el escenario interno cubano.
Pero la calma devino tormenta severa pocas semanas después tras las duras penas de entre seis y 28 años de cárcel aplicadas a 75 disidentes y la ejecución, tras juicio sumario, de tres hombres que secuestraron una embarcación para desviarla hacia Estados Unidos.
A juicio de Kühn von Burgsdorff, ese fue el comienzo de la crisis, que condujo a las relaciones al ”nivel más bajo jamás vivido aquí”.
”La UE tiene principios claros en relación con los derechos humanos que aplicamos en todo el mundo, no sólo en Cuba (zzz) No podíamos dejar de pronunciarnos”, afirmó, tras calificar de injusta e inaceptable la severidad de las condenas.
En muestra de su disgusto, la UE aplicó el 5 de junio a Cuba una serie de medidas que causaron irritación en el gobierno de Castro, especialmente la decisión de invitar a los disidentes cubanos a las celebraciones de las fiestas nacionales de los países miembros del bloque.
”La actitud de la UE no fue desequilibrada. Los derechos políticos y civiles forman parte de nuestros tratados y acuerdos de cooperación”, recalcó el diplomático alemán.
Insistió, además, en que la invitación a opositores a las embajadas ”es un gesto simbólico para mostrar que nosotros consideramos que los disidentes y opositores políticos también hacen parte de la sociedad civil”.
”Tomamos la decisión bajo esa perspectiva y nunca fue concebida como una injerencia en los asuntos internos o un ataque contra la soberanía del estado cubano”, aseguró.
Sin embargo, el presidente Castro no lo creyó así. En las recepciones europeas ya no es posible encontrarse con ministros ni viceministros ni otros integrantes del gobierno cubano aunque sea de menor rango.
A la vez, los embajadores de países miembros de la UE no son invitados a las actividades oficiales de Cuba y tampoco pueden dirigirse directamente a un ministerio o institución alguna de esa isla caribeña. Los contactos, si caben, se realizan mediante notas verbales o escritas.
Kühn von Burgsdorff destacó que ese ”congelamiento diplomático” no fue iniciativa de la UE. ”Por el contrario, no se aplica reciprocidad respecto de los diplomáticos cubanos en Europa. En nuestras reacciones acentuamos claramente que no pensamos bloquear el diálogo con Cuba”, apuntó.
En medio de la confrontación no han faltado las propuestas de cerrar la oficina de la UE en Cuba en señal de protesta, extremo que fue descartado por la CE.
”Los intereses europeos aquí son de largo plazo y, si abrimos una Delegación en Cuba, es para defenderlos, así como para dialogar con las autoridades y la sociedad civil. Esto es válido para cualquier parte del mundo donde tenemos misiones diplomáticas”, puntualizó.
Pero el diplomático alemán no deja de puntualizar que la manera en que la UE puede colaborar, con intercambio comercial, inversiones o diálogo político, ”depende también de la otra parte”.
”Por eso es que observamos con mucha frustración esta decisión de las autoridades (cubanas) de complicar las relaciones bilaterales actualmente”, reflexionó.
La referencia es la nota verbal del 27 de agosto en la que el gobierno cubano comunicó su rechazo a toda ayuda oficial directamente administrada por la CE o por las agencias de cooperación europeas.
”Es una decisión soberana del estado cubano”, admitió el diplomático, quien cree que, si bien Cuba rechazó los contactos directos con los funcionarios europeos, ”hay posibilidades de cooperación, aunque a través de mecanismos diferentes”.
”Estamos ahora identificando las posibilidades, buscando medidas operacionales que nos permiten continuar la cooperación con Cuba”, confirmó.
La cooperación de la UE a Cuba desde 1993 a 2002 ascendió a 145 millones de euros (unos 171 millone de dólares), dos tercios de los cuales corresponden a ayuda humanitaria.
”El valor de los proyectos cancelados por decisión del gobierno cubano asciende a 16 millones de euros (19 millones de dólares). Ahora tenemos 22 proyectos con rganizaciones no gubernamentales en curso por unos 15 millones de euros (18 millones de dólares)”, comentó.
Unos 20 grupos no gubernamentales europeos operan en Cuba en la actualidad, aunque algunos comenzaron en los últimos meses a reajustar su actividad, al parecer presionadas en sus países de origen por sectores descontentos con la situación en la isla.
Las fundaciones Hivos y Príncipe Claus, de Holanda, así como Afa, de Francia, por ejemplo, retiraron en conjunto más de 200.000 dólares comprometidos para la octava Bienal de Artes Plásticas, prevista para noviembre y diciembre.
En tanto, Alemania desistió de participar, como país invitado, en la Feria del libro de enero próximo. ”Cada país decide lo que quiere hacer con los fondos propios (zzz) Esas son decisiones individuales de los estados miembros”, afirmo Von Burgsdorff.
A su vez, las autoridades cubanas cancelaron un proyecto de la CE de 2,8 millones de euros (3,3 millones de dólares), destinado a apoyar la participación en ferias comerciales de empresarios cubanos y la promoción de inversiones, entre otros objetivos.
Alrededor de 34 por ciento del intercambio comercial de Cuba con el mundo se concentra en países de la UE, que también es un importante inversionista en esta isla de régimen socialista.