AMBIENTE: Estados Unidos busca ampliar uso de bromuro de metilo

El peligroso plaguicida bromuro de metilo, que el mundo industrializado debería eliminar en 2005, podría alargar su vida si el gobierno de George W. Bush logra imponer excepciones en una reunión de la ONU en noviembre.

El bromuro de metilo es uno de los gases agotadores de la capa de ozono, indispensable para la vida en la Tierra pues filtra las radiaciones solares peligrosas.

Su prohibición total, así como la de los clorofluorocarbonos (CFC) y de otras sustancias que agotan el ozono estratosférico, está estipulada en el Protocolo de Montreal, ratificado por 183 países.

Nuevas investigaciones prueban que la prohibición está funcionando.

En un estudio divulgado en agosto, científicos de la estadounidense Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) hallaron una caída de 13 por ciento en la proporción de bromuro de metilo en la atmósfera, que atribuyen al resultado del Protocolo.

Estados Unidos inició hace una década una reducción gradual del bromuro, pero aún lo aplica para fumigar muchos cultivos y productos de madera.

El consumo anual es de 21.000 toneladas, 75 por ciento de ellas para preparar los suelos antes de la siembra y el resto como insecticida en depósitos.

El Departamento (ministerio) de Agricultura exige la fumigación con este insecticida a casi todos los embalajes de madera importados, y la Agencia de Protección Ambiental pretende dar luz verde al rociado de millones de litros de bromuro que llevan a cabo los agricultores estadounidenses.

En la reunión que celebrará en noviembre el Secretariado del Ozono de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en Nairobi, Kenia, Washington planea solicitar excepciones para ”usos críticos” del bromuro de metilo.

”Debemos considerar el cultivo en cuestión, las plagas a controlar, la ubicación geográfica, entre otras cosas”, dijo a Tierramérica la científica Nancy Ragsdale, del Departamento de Agricultura.

”De momento no existe una alternativa disponible para reemplazar el bromuro de metilo sin ajustes grandes en el manejo de plagas y en potenciales pérdidas económicas”, sostuvo Ragsdale.

”Existe consenso en que las excepciones no tendrán un efecto significativo en la capa de ozono”, aseveró.

Los sindicatos de trabajadores agrícolas reclaman hace tiempo la prohibición del plaguicida por sus efectos en la salud.

En altas concentraciones, puede causar daños al sistema nervioso central y al aparato respiratorio, convulsiones, coma y hasta la muerte. La exposición de mujeres embarazadas puede provocar malformaciones en los recién nacidos.

El estadounidense Instituto Nacional del Cáncer vincula el bromuro de metilo con el aumento del cáncer de próstata en trabajadores agrícolas y otros involucrados en la manipulación del plaguicida.

A partir del año próximo, el estado estadounidense de California impondrá la obligación de usar equipo protector (sobre todo máscaras antigás) a los trabajadores que rocíen el veneno con cierta frecuencia.

Pero las asociaciones de empresarios aseguran que su uso es esencial.

”La producción agrícola ha reducido el uso de bromuro de metilo al mínimo, pero llegamos al punto en que no podemos continuar avanzando”, afirmó el presidente de la Federación de Cámaras Agrícolas de California, Bill Pauli, en junio.

Si Washington logra las excepciones, se podrían fabricar 10.000 toneladas del plaguicida, aumentando en 39 por ciento su uso respecto de 1991 para una variedad de cultivos de huerta, como frutillas, tomates y batatas.

Los ambientalistas y activistas por la salud pública creen que esta medida no sería inocua.

”El bromuro de metilo es un agotador del ozono más potente que los CFC. Su eliminación marcará una absoluta diferencia”, dijo a Tierramérica la activista Kristin Schafer, de la Red de Acción sobre Plaguicidas.

”Años de investigación científica y negociaciones políticas concluyeron en establecer 2005 como plazo de eliminación. Es vergonzoso que un puñado de intereses agrícolas de Estados Unidos sostenidos por el uso permanente de químicos peligrosos esté socavando este compromiso”, opinó.

Ya en 1995 el Comité de Opciones Técnicas al Bromuro de Metilo, un panel de expertos que trabaja en el marco del Protocolo de Montreal, determinó tres alternativas viables para más de 95 por ciento del uso mundial del plaguicida, recordó Schafer.

Dos posibles sustitutos son el ioduro de metilo y una fórmula líquida de la azida de sodio, conocida como SEP-100. Ambos aguardan aprobación de la Agencia de Protección Ambiental.

Aunque las concentraciones de bromo y cloro en la atmósfera continúan cayendo, la recuperación total de la capa de ozono llevará aún varias décadas.

”Las reducciones son consecuencia de los límites internacionales a la producción. Sin un cumplimiento total, demorará la recuperación total del ozono estratosférico”, opinó el científico Stephen Montzka, de la NOAA.

*Publicado originalmente el 28 de septiembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (

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