RELIGION-AMERICA: Obispos católicos le hacen la cruz al ALCA

El ALCA no parece un verdadero proyecto de integración regional, sino más bien un plan ”neocolonialista” que arrasará con las comunidades más pobres y no respetará la soberanía de los países, opinaron obispos católicos del Mercosur, Bolivia y Chile.

”Lo que condenamos es que este proyecto tenga el único objeto de aumentar el flujo de intercambio comercial, sin importar que así arrase con todo y con todos”, explicó a IPS el secretario general de la Conferencia Episcopal del Uruguay y obispo de la meridional ciudad uruguaya de San José, Pablo Galimberti.

Los obispos católicos de los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), de Bolivia y de Chile se reunieron del martes a este jueves en Montevideo para reflexionar sobre los desafíos de la integración en América Latina y analizar desde un punto de vista ”ético y moral” la creación del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas).

Ese proyecto, impulsado por Estados Unidos, busca crear para 2005 una zona de libre comercio con 34 países de América, todos menos Cuba, que suman 800 millones de habitantes y un producto interno bruto de más de 11 billones de dólares.

Las principales objeciones de los obispos al ALCA fueron que beneficiará a los países más ricos como Estados Unidos y Canadá, en perjuicio de los menos competitivos, y consolidará el liberalismo ”salvaje” en todo el continente.

”La ética y la visión cristiana abarcan todo, no sólo lo moral. Abarcan lo espiritual y lo económico. No separamos entre lo religioso y lo social. Por eso nos preocupa un proyecto que se basa en el poder y el atropello”, afirmó Galimberti.

Los obispos expresaron que la creación del ALCA tendrá ”consecuencias graves”, debido a ”la excesiva desproporción de las capacidades competitivas entre los países, algunos de ellos con economías muy fuertes y desarrolladas, y otros muy débiles”.

”Este proyecto tendería a propiciar una concentración del poder económico en pocas manos, favoreciendo la formación de monopolios y oligopolios, que terminarían por imponer su hegemonía a los gobiernos, especialmente en los países más débiles del continente americano”, señalaron en un comunicado.

”Más que una integración, podría tratarse de un neocolonialismo con un impacto negativo sobre las comunidades (…) Un proyecto como el ALCA debería tener como primera motivación la promoción del bien común y de la solidaridad entre los pueblos, y no la búsqueda del mayor provecho de algunos pocos”, alegaron.

Los prelados también expresaron preocupación por el futuro de comunidades indígenas o rurales, ”que en este sistema correrían el riesgo de ser desplazadas o anuladas”, y sostuvieron que los recursos naturales estratégicos de los países pobres ”no deben ser susceptibles de apropiación privada”.

”Un verdadero proceso de integración de América debe basarse en una política continental que tenga en cuenta a los derechos humanos y los principios de soberanía, justicia, solidaridad y respeto a las identidades culturales de los pueblos”, según el comunicado.

El secretario general de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil y obispo auxiliar de Sao Paulo, Odilo Scherer, dijo a IPS que la iglesia católica brasileña trabaja con organizaciones no gubernamentales en una campaña para crear consciencia sobre el ALCA, que incluirá la realización de un nuevo ”referendo popular” sobre ese proyecto.

”Se trata de un referendo popular, no oficial, que se hará en las primeras semanas de este mes sólo para que los brasileños expresen su opinión sobre el ALCA. Nuestra gran preocupación es el ser humano, que debe estar siempre en el primer lugar”, explicó.

En una movilización similar que se llevó a cabo en Brasil en septiembre del año pasado, 10 millones de personas expresaron su rechazo al proyecto de libre comercio impulsado por Washington, según los organizadores.

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Eduardo Mirás, subrayó el impacto negativo sobre su país de las políticas de los organismos multilaterales de crédito.

”Sin duda que nuestros países necesitan ayuda, pero no una invasión de nuestra soberanía que a la vez signifique una pérdida de nuestra identidad. Al intervenir en los programas educativos, por ejemplo, hieren la libre determinación de los pueblos” dijo a IPS Mirás, arzobispo de la oriental ciudad argentina de Rosario.

Los obispos reunidos en Montevideo no acordaron ninguna estrategia común concreta ni se comprometieron a discutir sus puntos de vista con sus respectivos gobiernos.

”Estamos logrando un acercamiento con los políticos, pero no somos un partido. Esto sólo tiene el objetivo de formar la fe de los cristianos con una dimensión social”, adujo Galimberti.

La declaración firmada este jueves por los obispos del Mercosur, Bolivia y Chile coincide con el documento ”Iglesia en América”, que el papa Juan Pablo II hizo público en México en 1999, en el que definió al neoliberalismo como ”una concepción puramente económica de la persona” y ”un sistema que tiene como únicos parámetros la ganancia y la ley del mercado”.

La opinión de la Iglesia Católica tiene gran importancia en América, donde habitan 528 millones de sus fieles, casi la mitad de los 1.100 millones que hay en el mundo, según estadísticas del Vaticano.

Sin embargo, el obispo de la central ciudad boliviana de Potosí, Walter Pérez, reconoció que los religiosos católicos muchas veces tienen dificultades y limitaciones para incidir en la realidad social.

Pérez citó como ejemplo el fracaso del llamado Reencuentro Nacional de Bolivia, una mesa de diálogo que buscaba un acuerdo entre el gobierno del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y la oposición, que exige un cambio en la política económica y rechaza el ALCA.

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