El presidente de Argentina, Néstor Kirchner, mostró su juego este miércoles al presentar al Congreso un proyecto de presupuesto para 2004 que prevé más gasto en desarrollo social, salud, educación y obras públicas, pero procura superávit para pagar deuda externa.
El ministro de Economía, Ricardo Lavagna, prevé ingresos de unos 37.000 millones de dólares, y gastos de unos 32.750 millones de dólares. El superávit de unos 4.250 millones de dólares, que se destinarían a pagar intereses del endeudamiento externo con organismos multilaterales de crédito.
De todos modos, y debido a los acuerdos alcanzados este mes con el Fondo Monetario Internacional, el pago de deuda previsto para 2004 es unos 241 millones de dólares menos que en el presupuesto anual anterior.
El primer presupuesto de Kirchner propone aumentar el gasto ocho por ciento en relación con el anterior, pero el incremento planteado para seguridad social es 35 por ciento, para infraestructura 21 por ciento, y en educación 19 por ciento.
Se terminaron los presupuestos de ajuste, habrá aumentos en investigación y ciencia porque es una apuesta estratégica de este gobierno, pero también habrá una mayor partida para educación, para políticas sociales y para construir viviendas, rutas y generar empleos, remarcó el presidente ante un grupo de científicos.
El mayor aumento propuesto es para Ciencia y Tecnología, que duplicaría sus recursos en relación con el año anterior. Carencias hay por miles, pero queremos comenzar a reconstruir el país desde otras bases, y para eso hacen falta neuronas, aseguró.
El profesor Mariano Levín, investigador de la Universidad de Buenos Aires, consideró inédito ese aumento. El presidente nos llamó para recibirnos, y realmente nos dio una buena noticia al decirnos que nos va a apoyar. Ningún otro rubro aumenta 100 por ciento en el presupuesto, dijo.
Habrá más dinero para becas y proyectos, aunque no aumentos de salarios para los investigadores, admitió Levín. En general, no se prevén aumentos de remuneraciones para empleados públicos.
El presupuesto es compatible con nuestros compromisos internos de dar batalla al atraso educativo y social, y también con nuestros compromisos externos que son muy serios y fueron asumidos en un reciente acuerdo cerrado con el Fondo Monetario Internacional, sostuvo Lavagna.
El ministro se refirió así a la meta de generar un superávit fiscal equivalente a tres por ciento del producto interno bruto (PIB) de 2004, para pagar intereses de deuda.
Es un presupuesto hecho con mucho realismo y moderación, aseguró ante la comisión correspondiente de la Cámara de Diputados.
Lavagna destacó que el plan que sometió a la consideración de los legisladores está diseñado sobre la hipótesis de que en el próximo año el PIB crecerá 4,5 por ciento, habrá una baja inflación de 10,4 por ciento, y se mantendrá disciplina fiscal.
El crecimiento del PIB previsto para este año es seis por ciento.
Habrá más contención de gastos que aumento de la presión tributaria, afirmó.
El presupuesto deberá ejecutarse en un contexto de estrechez financiera, según los más diversos observadores.
Tras la grave crisis socioeconómica de los últimos años, cuyo saldo incluye más de la mitad de la población en la pobreza y más de 140.000 millones de dólares de deuda externa, el plan gubernamental es a la vez generoso y restringido.
Es correcto aumentar el gasto en desarrollo social, porque implica priorizar los problemas de pobreza y desempleo, pero en cambio me preocupa que el presupuesto esté limitado por el compromiso de alcanzar un superávit de tres por ciento del PIB, dijo a IPS Jorge Ceballos, líder del movimiento Barrios de Pie.
Esa organización reúne a desempleados que realizan cortes de rutas para protestar por la falta de trabajo y de alimentos, cuenta con sedes en una decena de provincias, mantiene un centenar de comedores y apoya iniciativas en materia de educación popular.
En la sociedad hay una nueva esperanza por la gestión de Kirchner, ya que el presidente trata de combatir la corrupción y la impunidad, y promete atender problemas sociales, pero las expectativas de la gente más humilde son mucho más concretas que los gestos políticos, opinó Ceballos.
La presidenta de la Confederación de Trabajadores de la Educación, Marta Maffei, diputada electa por el centroizquierdista y opositor partido Afirmación para una República Igualitaria, dijo a IPS que el aumento para la educación le pareció una medida que está en el camino correcto.
De todos modos, Maffei apuntó que se trata de un incremento en relación con niveles previos muy rebajados por la crisis.
La diputada electa fue líder de una inédita protesta por un aumento en el presupuesto educativo que se prolongó desde 1997 a 1999, mediante el ayuno por tandas de casi un millar de educadores, en una tienda de campaña frente a la sede del Congreso. El aumento se logró, pero luego la crisis frenó su desembolso.
En materia de obras públicas, el gobierno deberá ponerse al día con la inversión en infraestructura, atrasada por recortes de gastos en el último año. En 2002 sólo se ejecutó la mitad de los proyectos previstos, y en lo que va del año, un tercio.
El economista Martín Hourest, de la Confederación de Trabajadores Argentinos, opinó que aun con el aumento previsto para obras públicas, la infraestructura apenas se pondrá al día, y el nivel de gasto será menor que en los años 90.
El gobierno prevé que el precio del dólar en 2004 se mantendrá en torno a tres pesos, como este año, y que la inflación será 10,5 por ciento en 2004, tras llegar a siete por ciento este año.
El diputado José María Díaz Bancalari, presidente del bloque de legisladores del oficialismo, subrayó que el proyecto presupuestario deja de lado los ajustes de los últimos años y da prioridad a áreas sociales e inversión social, con una mayor presencia del Estado.
Díaz opinó que la propuesta puede ser aprobada antes del 10 de diciembre, cuando asumirán los nuevos legisladores electos este año, en varias jornadas electorales que comenzaron en abril y terminarán en noviembre. (