POBLACION: Conferencia sobre migración interesa a pocos

Los países que dependen de la mano de obra inmigrante para sostener sus economías se oponen a la realización de una conferencia internacional sobre migración y desarrollo.

”No quieren una conferencia porque se plantearían problemas relacionados con la explotación de los inmigrantes y se intentaría consolidar los derechos de los trabajadores expatriados”, dijo a IPS una fuente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Esto, sumado a la falta de claridad sobre los objetivos de la conferencia, hace que apenas 25 de los 191 países miembros de la ONU apoyen la propuesta, que está planteada desde hace 10 años, señaló el secretario general de la organización, Kofi Annan.

”Y la mayoría (de esos 25 países) considera que la conferencia debería ser de carácter técnico y analítico”, añadió Annan en un informe para la próxima sesión de la Asamblea General, en septiembre.

Además, el apoyo a la conferencia ha disminuido, de 47 países que estaban ”en general a favor” hace dos años a 25 este año.

La oposición a la conferencia procede fundamentalmente de países de Medio Oriente y Europa occidental que tienen una gran dependencia de la mano de obra inmigrante, tanto especializada como no especializada, para sostener sus economías.

El orden del día de la reunión incluiría cuestiones sensibles, como el trabajo en condiciones infrahumanas, la violencia sexual contra las trabajadoras, el derecho a la reunión con la familia, derechos sindicales y salarios mínimos.

Pero Robert Paiva, de la Organización Internacional para la Migración (OIM), cree que uno de los principales motivos de la reticencia de los países, ”algunos dirían escepticismo”, es la falta de claridad sobre los objetivos de la reunión.

Esa reticencia es evidente desde que se planteó por primera vez la idea de una conferencia internacional sobre migración, en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (El Cairo, 1994), señaló.

En muchos sectores, se teme que una conferencia realizada en un momento inadecuado signifique un paso hacia atrás, en especial para la forma en que se percibe y se trata a los inmigrantes, advirtió Paiva.

Por otro lado, agregó, están en curso varios procesos de consulta prometedores a escala regional, tendentes a una mejor comprensión y cooperación sobre cuestiones de migración.

”Con el tiempo, estas consultas podrían volver la idea de una conferencia mundial más aceptable para un gran número de países”, opinó.

En su informe, Annan dijo que la conferencia propuesta se considera un foro que podría permitir una maximización de los beneficios de la migración internacional para el desarrollo.

”Aunque la convocatoria de una conferencia de la ONU sobre el tema es incierta, la expectativa de que el foro mundial se ocupe de este problema mundial de manera integral ha crecido”, señaló.

”La ONU debe esforzarse más por crear conciencia sobre los derechos de los migrantes internacionales y la importancia de la integración de éstos a las sociedades que los reciben”, agregó el secretario general.

Entre los países que dependen de la mano de obra inmigrante están Alemania, Estados Unidos, Canadá, Arabia Saudita, Kuwait, Bahrain, Emiratos Arabes Unidos, Israel, Japón, Jordania, Malasia y Singapur.

Por otro lado, México, Filipinas, India, Bangladesh, Nepal, Sri Lanka, Marruecos, Líbano, Egipto y Turquía son los países que proveen más trabajadores migrantes.

Unos 175 millones de personas (una de cada 35, o tres por ciento de la población mundial) son migrantes internacionales, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Población.

El pasado 1 de julio, entró en vigor una convención internacional para proteger los derechos de los trabajadores migrantes, pero sólo la ratificaron 22 países miembros de la ONU, entre ellos Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Egipto, Marruecos, Filipinas, Sri Lanka, Ghana y Seychelles.

El impacto de la convención es limitado porque no fue ratificada por ningún país de Europa ni América del Norte, donde viven 60 por ciento de los migrantes del mundo (56 y 41 millones, respectivamente), según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

El tratado tampoco ha sido ratificado por otros países que son grandes destinos de trabajadores migrantes, como Kuwait, Jordania, Emiratos Arabes Unidos, Israel, Japón y Australia, agregó la agencia en un comunicado de prensa.

”La migración internacional está vinculada a los contextos políticos, sociales, económicos y culturales de los países emisores y receptores, así como al envejecimiento de la población, el desempleo, la fuga de cerebros, las remesas, los derechos humanos, la integración social, la xenofobia, el tráfico de personas y la seguridad nacional”, destacó la Unesco.

La importancia económica de la migración internacional queda de relieve por la contribución que los migrantes hacen a las reservas de divisas de sus países de origen.

Según cifras del Banco Mundial, India y México recibieron cada uno 10.000 millones de dólares de remesas de emigrantes en 2001, Filipinas 6.400 millones, Marruecos 3.300 millones, Egipto 2.900 millones, Turquía 2.800 millones, Líbano 2.300 millones y Bangladesh 2.100 millones de dólares.

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