Enfrentado a elecciones legislativas en cinco estados, el gobierno hinduista de India intenta prohibir la matanza de ganado vacuno en todo el país para ganarse la simpatía del mayoritario electorado hindú. Sin embargo, la medida podría ser contraproducente.
Para empezar, la propuesta de ley del gobierno encabezado por el Partido Bharatiya Janata (BJP) es un acto de condescendencia con parte de un grupo religioso en particular —muchos, pero de ninguna forma todos los hindúes consideran a la vaca un animal sagrado— en esta sociedad multicultural y multirreligiosa.
La norma propuesta sólo fortalecería el dominio de la mayoría y promovería una agenda fundamentalista con consecuencias peligrosas para la sociedad y la política india.
De hecho, el preámbulo del proyecto legislativo refleja un fuerte sesgo religioso, sin precedentes en la legislación nacional. Dice que la vaca es la encarnación de virtudes divinas como el amor, la compasión, la benevolencia, la tolerancia y la no violencia, y que merece reverencia y santidad cultural.
Esto ni siquiera es aceptado por todos los hindúes, que forman 80 por ciento de los 1.000 millones de habitantes de India. Muchos hindúes tienen vacas para ordeñe o las usan como animales de tiro, y las venden una vez que dejan de serles útiles.
India posee casi 17 por ciento de todas las vacas y 57 por ciento de los búfalos del planeta. Además de sacrificar cada año millones de esos animales para consumo doméstico, este país también exporta más de 200 millones de dólares en carne, principalmente vacuna.
Por tener carácter nacional, la ley se impondría sobre los gobiernos de los 32 estados y territorios de India.
Más de un cuarto de los estados indios permiten la faena de ganado vacuno para consumo, entre ellos Kerala, en el sur, Bengala Occidental, en el este, algunos estados de mayoría cristiana del noreste, y Jammu y Cachemira, el único estado de mayoría musulmana.
Varios gobiernos estaduales presentaron fuertes protestas contra el proyecto de ley.
Una dieta en particular puede ser veneno para una comunidad pero alimento para otra, como en el caso de los pueblos montañeses del noreste, cuya dieta está basada en la carne vacuna, se quejó el viceministro jefe del nororiental estado de Meghalaya.
El ministro jefe del vecino estado de Nizoram estuvo de acuerdo. Si se aprueba esta ley, podría abrir el camino a la prohibición de la matanza de cerdos. Tanto la carne vacuna como porcina forma parte de los hábitos alimentarios de muchas personas, dijo.
Mientras, la ministra de Agricultura de Kerala, K.R. Gowri -una hindú-, consideró que la propuesta de ley es perjudicial para los intereses de Kerala.
En Kerala, la carne vacuna representa 40 por ciento de toda la carne que se consume. Ochenta por ciento de los habitantes de Kerala como regularmente carne de vaca, incluidas 72 comunidades hindúes, además de islámicas, cristianas e indígenas.
Aún más antidemocrático es el intento del gobierno de regular la dieta de la población, prohibiendo de hecho el consumo de determinado producto.
Además, la prohibición de la matanza de ganado vacuno independientemente de su edad o estado de salud puede representar un riesgo sanitario y significar una pesada carga económica para los propietarios de esos animales.
Expertos en ganadería han advertido en forma reiterada sobre la sobrepoblación de ganado en India y la mala condición de salud de gran parte de los animales.
Según K.R. Ramaswamy, ex director del Instituto Indio de Administración, de Bangalore, sostuvo que India debería reducir a la mitad su población bovina, que está en pésimas condiciones sanitarias y no puede ser atendido.
Otra razón contra la prohibición es que la carne vacuna cuesta menos de la mitad que la carne de cordero o pollo, y por lo tanto es la fuente de proteínas preferida por los pobres, que constituyen la gran mayoría de la población india.
Encuestas realizadas en diferentes estados revelaron que 75 por ciento de toda la carne vacuna es consumida por no musulmanes, en su mayor parte hindúes. La proporción de hindúes que venden ganado es todavía más grande.
Para imponer la prohibición, el gobernante BJP invocó un falso alimento ecológico, al procurar incluir la ley en una serie de medidas para la prevención de actos crueles contra animales pero protegiendo solamente a los vacunos.
Además, nunca ha preocupado demasiado al gobierno el bienestar de las vacas, que pueden verse por miles, con aspecto enfermizo y comiendo basura, en los principales centros urbanos de India. A falta de pasturas, los animales consumen verduras podridas, carne y, sobre todo, una enorme cantidad de sacos de plástico.
Otro argumento esgrimido contra la ley es de carácter histórico. El proyecto se basa en la creencia de que la matanza de vacas fue introducida en India por los invasores musulmanes en la Edad Media, y que todas las antiguas escrituras hindúes prohibían el sacrificio de esos animales.
Sin embargo, muchos historiadores indios y europeos demostraron que el consumo de carne vacuna formaba parte de los hábitos alimentarios de la antigua India.
Sólo en el siglo XIX, hindúes de derecha comenzaron a reclamar la prohibición de la matanza de vacas como parte de una campaña política para aislar a los musulmanes, empezando por la dieta, observó D.N. Jhan, profesor de historia de la Universidad de Delhi y autor del libro El mito de la vaca sagrada. (