Salud y medio ambiente, pese a sus evidentes conexiones, siguen separados en las políticas públicas de Brasil, se quejó un grupo de médicos, investigadores y ambientalistas que buscan consumar el matrimonio entre las dos áreas.
”Queremos promover la salud, en lugar de sólo tratar la enfermedad, y eso requiere una integración con las cuestiones ambientales”, dijo a IPS la médica Lia Giraldo da Silva Augusto, del Centro de Investigaciones Ageu MagalhFes, del nororiental estado de Pernambuco.
”El modelo hegemónico (de medicina) sigue una lógica de mercado y favorece a la industria farmacéutica” en desmedro de la prevención y la promoción de un contexto socioambiental más saludable, sostuvo durante el VII Congreso Brasileño de Salud Colectiva, que reunió cerca de 6.000 participantes en Brasilia del miércoles a este sábado.
La necesidad más urgente, en que convergen las preocupaciones sanitarias y ambientales, es el saneamiento básico, destacó a IPS el diputado Fernando Gabeira, del gobernante Partido de los Trabajadores y conocido ambientalista.
La escasez y contaminación del agua provocan gran mortandad entre los pobres, especialmente en la infancia, y diseminan epidemias. Expertos en saneamiento estiman que cada dólar invertido en ese sector permite ahorrar cinco en asistencia médica.
La ecología puede contribuir para que la medicina supere una visión ”fragmentada” que ignora el conjunto de los aspectos de la salud, opinó el diputado. Los alimentos, que dañan la salud por su contaminación y no sólo por su escasez, son otra cuestión que acerca las dos asignaturas, señaló.
La contaminación atmosférica de las grandes ciudades es también conocida como causa de varias enfermedades, especialmente las respiratorias, que aumentan la mortalidad sobre todo entre niños y ancianos.
Nuevas investigaciones han determinado más y más enfermedades provocadas por los gases, partículas y distintas sustancias químicas que envenenan el aire urbano.
En Sao Paulo, por ejemplo, un grupo de investigadores descubrió que el ozono, que en la estratósfera protege contra los rayos solares dañinos, en la superficie terrestre provoca mutaciones genéticas similares a las encontradas en el cáncer de pulmón de no fumadores.
En Santo André, ciudad vecina a Sao Paulo, el temor es que algún contaminante producido por la industria petroquímica local esté provocando hipotiroidismo, es decir baja producción hormonal por la glándula tiroides, lo que puede afectar el metabolismo, el cerebro e incluso el corazón.
”De 1994 al año pasado, hubo un aumento de 57 por ciento en los casos de hipotiroidismo presentados en mi consultorio”, dijo a IPS la endocrinóloga Maria Angela Zacarelli, profesora de la Facultad de Medicina de Santo André.
Todos los enfermos vivían en barrios cercanos al polo petroquímico y muchos eran niños y niñas en cantidades similares, una novedad en la historia de esa enfermedad, observó la médica.
Como otros endocrinólogos señalaron un aumento de hipotiroidismo en toda la región metropolitana de Sao Paulo, la Facultad de Medicina decidió hacer una investigación, coordinada por Zacarelli, para comprobar si efectivamente el origen de la epidemia es ambiental.
La investigación abarcará a mil pobladores cercanos a la industria petroquímica y otros mil en barrios alejados.
Estos ejemplos se suman a los problemas causados por los agrotóxicos que contaminan ríos, suelos y alimentos, la destrucción de la capa da ozono en la estratósfera, los cambios climáticos y el creciente uso de sustancias químicas que hacen ”más vulnerable el ser humano”, sostuvo Lia Giraldo.
En su evaluación, la medicina convencional ”está volcada a la enfermedad, es decir al final del proceso, y no al proceso que conduce a la enfermedad”, en una reducción ”positivista” del problema, que sólo atiende la causa inmediata y el efecto, dijo.
La nueva idea consiste en encarar la salud ”en su complejidad, con los contextos y condiciones en que vive la población”, afirmó. Hay experiencias avanzadas en Cuba, México y Europa, especialmente en la región escandinava, ejemplificó Giraldo.
El Sistema inico de Salud de Brasil, en aplicación desde fines de los años 80, se opone a ”la corriente hegemónica” al adoptar principios de asistencia universal e integrada, pero ”le falta profundizar la promoción de la salud, integrarse con otras políticas, incluso la ambiental”, opinó.
Giraldo participa en un grupo de trabajo que presentó en el Congreso de Brasilia ideas para un Plan Director de Salud y Ambiente que será propuesto al gobierno. Los ”procesos productivos y patrones de consumo” que afectan el medio ambiente y amplían desigualdades sociales son uno de los blancos del grupo.
El congreso, promovido por la Asociación Brasileña de Posgrado en Salud Colectiva (ABRASCO), tuvo como tema ”Salud, Justicia, Ciudadanía”, en reflejo de su preocupación por aspectos sociales, de equidad, derechos humanos y la defensa de un sistema público de salud.
Pese a las presiones por la reducción del papel del Estado, Brasil preservó su sistema de salud pública universal, en la ”línea británica y nórdica”, pese a sus dificultades de país pobre, y ”debe continuar en ese camino”, declaró a IPS José Carvalho de Noronha, presidente de ABRASCO.