Azerbaiyán se encamina a una nueva era de autoritarismo y un esquema monárquico con la designación de Ilham Aliyev, hijo del presidente Heidar Aliyev, como primer ministro, advirtieron líderes opositores de ese país del Cáucaso.
El nombramiento Ilham Aliyev, aprobado el lunes por 101 de los 125 miembros del parlamento azerí, contaba con respaldo del gobernante Partido Nuevo Azerbaiyán. La oposición rechazó la designación por considerarla el comienzo de una dinastía.
Con 7,8 millones de habitantes y limítrofe con Rusia, Georgia, Armenia e Irán, Azerbaiyán pasó a ser la primera república ex soviética en la que la sucesión presidencial es ahora asunto de familia.
En virtud de una enmienda constitucional, al ser electo primer ministro, Ilham Aliyev se coloca primero en la línea sucesoria de su padre, cuyo estado de salud es un misterio para la ciudadanía.
En 2002 se aprobaron una serie de enmiendas constitucionales por medio de un referendo para permitir que el primer ministro en funciones ejerza el cargo de presidente si éste se encontrara incapacitado o renunciara.
La oposición rechazó las enmiendas por considerarlas una catapulta de Ilham Aliyev al poder.
La Constitución establece que el presidente debe proponer al primer ministro y el parlamento unicameral debe confirmarlo.
Azerbaiyán está entrando en una era de autoritarismo. No hay ningún procedimiento legítimo en el nombramiento de Ilham Alyev, dijo el ex presidente Ayaz Mutalibov (1991-1992) a la radio Ekho Moskvy, el lunes.
Mutalibov, quien lideró una política de alianza entre Bakú y Moscú, parece ahora haber caído en desgracia, pues las autoridades de Rusia le han quitado respaldo para preservar sus relaciones con Aliyev.
Entre los principales opositores a Aliyev también se encuentra Isa Gambar, presidente del parlamento en 1992 y ahora dirigente del opositor partido Musavat.
Este es un intento para poner en vigencia un sistema monárquico en Azerbaiyán, pero estamos seguros de que va a fracasar, dijo Gambar a un canal de televisión ruso.
La designación de Ilham es un golpe de Estado, arriesgó el legislador Igbal Agazade, del opositor partido Umud, quien cree además que Aliyev habría muerto el 30 de junio, por lo que no pudo haber designado a su hijo.
Heidar Aliyev, de 80 años, es el político más influyente en Azerbaiyán desde antes de la independencia en 1991. Fue uno de los jefes de la KGB (servicio de inteligencia del régimen soviético) e integró el politburó del Partido Comunista.
Fue viceprimer ministro cuando Azerbaiyán era parte de la Unión Soviética, disuelta en 1991.
Desde 1993 ejerce como presidente, pero su edad y mala salud planteó muchas dudas sobre su continuidad. En 1987 sufrió un ataque al corazón, y debió ser sometido a una operación coronaria hace cuatro años en Estados Unidos. Con frecuencia viaja a Turquía para recibir tratamientos especiales.
La preocupación sobre la salud del presidente aumentó luego de que perdiera el conocimiento cuando daba un discurso ante unas 2.000 personas en una academia militar de Bakú en abril.
Tuvo un fuerte dolor en el pecho y debió abandonar el escenario. Quince minutos después regresó pálido e intentó mantenerse controlado, hasta que se desmayó y cayó al suelo.
Su hijo Ilham, de 41 años, es vicepresidente de la empresa petrolera estatal azerí Socar y subjefe del partido gobernante.
Heidar y su hijo están registrados como candidatos para las elecciones presidenciales previstas para octubre.
Las autoridades azeríes adoptaron una serie de medidas para intimidar a los líderes de la oposición. La Comisión Central de Elecciones rechazó las candidaturas de varios influyentes líderes opositores, entre ellos el ex presidente del parlamento Rasul Guliyev y el ex presidente Mutalibov.
Estas medidas provocaron indignación. Miles de opositores marcharon por las calles de Bakú el sábado para exigir nuevas elecciones presidenciales. Los manifestantes reclamaron conocer el estado de salud del presidente y rechazaron las pretensiones de su hijo.
Esta crisis política se produce en momentos en que el país está en medio de una disputa entre Estados Unidos y Rusia por las riquezas energéticas del mar Caspio. Heidar Aliyev ha mantenido una política de equilibrio entre los intereses de las dos potencias.
Por otra parte, Moscú está al tanto de las intenciones de Bakú de estrechar los vínculos con la Organización del Tratado del Atlántico Norte, y por eso trata de interponerse.
Azerbaiyán y Rusia firmaron un acuerdo en septiembre de 2002 para dividir sus derechos sobre el petróleo y el gas del Caspio. El acuerdo fue de gran importancia para Azerbaiyán, cuya economía está basada en esas dos fuentes. (