AMERICA LATINA-IRAQ: Nuevas divisiones en la región

México, miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, pide el fin de la ocupación militar de Iraq, mientras Chile, su compañero en ese foro, prefiere mantener un bajo perfil, y cuatro gobiernos de América Central envían soldados a la zona de conflicto.

Luego del atentado contra las oficinas de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Bagdad el 19 de este mes, las diferencias sobre esa ocupación, encabezada por Estados Unidos, volvieron a expresarse en la región.

En ese atentado murieron 20 personas, incluyendo al brasileño Sergio Viera de Mello, alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y representante en Iraq del secretario general del foro mundial, Kofi Annan.

Todos los gobiernos latinoamericanos lamentaron el ataque, pero fue México, miembro no permanente del Consejo, el único que se colocó en ruta de colisión directa con Estados Unidos, al cuestionar la ocupación y pedir que se revise el papel de la ONU en Iraq.

En cambio, la agenda política actual de Chile está dominada por asuntos internos, y el gobierno del presidente Ricardo Lagos no reitera su actuación de inicios de año, cuando junto a México y otros países cuestionó de forma abierta los planes de guerra contra Iraq de Washington y Londres.

Otros caminos siguieron El Salvador, Honduras, Nicaragua y República Dominicana, que enviaron a Iraq a un total de 1.144 soldados, integrantes del llamado batallón Plus Ultra junto con 1.300 españoles.

El gobierno del presidente mexicano Vicente Fox defiende principios y aboga por el multilateralismo, ”aunque comprende que no todos compartan sus posiciones”, como sucede con Washington y algunos gobiernos de América Central, dijo a IPS Adolfo Aguilar, representante mexicano en el Consejo de Seguridad.

Tras el atentado, Aguilar exigió primero la reformulación a fondo del papel de la ONU en Iraq y luego propuso una resolución, aprobada el martes por el Consejo, que define como crímenes de guerra los ataques contra trabajadores humanitarios, como el ocurrido en Bagdad.

El proceso para poner fin a la actual ocupación de Iraq y reconstruir ese país, con un activo papel de la ONU, ”no será un asunto fácil, pero México lo buscará y promoverá junto a otros países”, señaló Aguilar.

México terminará en diciembre su periodo de dos años en el Consejo, y el diplomático aseguró que jugará hasta el fin en ese foro con una visión propia, sin estar subordinado ”de ninguna forma” a Estados Unidos.

Antes de que termine este año, el Consejo emitirá al menos dos recomendaciones de gran importancia para el futuro de Iraq, en la línea de abonar el camino hacia el fin de la ocupación y el restablecimiento de la soberanía, vaticinó.

Estados Unidos ha señalado que estudia la posibilidad de proponer una resolución para alentar el envío de tropas de más países a Iraq, pero aclaró que no cederá el control militar.

México propone junto con Alemania, Francia y Rusia, miembros permanentes del Consejo, que la ONU tenga mayores atribuciones en Iraq y que la ocupación termine lo antes posible. Por lo tanto, se niega a considerar cualquier envío de personal a Iraq mientras Washington no acepte esos criterios y ceda el control militar.

Sin embargo, Aguilar opinó que la propuesta estadounidense podría abrir puertas para concertar una resolución más ambiciosa.

En Chile, donde la cuestión iraquí casi ha desaparecido a nivel del gobierno y de los medios de comunicación, los diplomáticos se limitan a repetir la tesis de que toda actuación en Iraq debe estar subordinada a la ONU y al mandato expreso de su Consejo de Seguridad.

El gobierno de Lagos, tras roces con Washington por su rechazo a la guerra, cambió a su embajador en el foro mundial, Juan Gabriel Valdés, por Heraldo Muñoz, considerado un hombre cercano a la Casa Blanca.

”La presión que ejerció y ejerce Estados Unidos en la comunidad internacional por la guerra en Iraq y la posterior ocupación continúa generando divisiones, y América Latina no podía ser la excepción”, dijo a IPS el investigador Rafael Fernández de Castro, del Instituto Tecnológico Autónomo de México.

Cuando Washington y Londres promovían el inicio de la guerra en Iraq, la mayoría de los países de América Latina se opusieron y pagaron un precio por ello, que en el caso mexicano fue el enfriamiento de relaciones con su vecino y principal socio comercial.

Pero también hubo excepciones, en especial en América Central.

El presidente de Costa Rica, Abel Pacheco, expresó por ejemplo su apoyo político y moral a la intervención extranjera en Iraq, y llegó a decir: ”Prefiero que mueran niños iraquíes a que mueran niños latinoamericanos y costarricenses”.

El secretario de comunicación de la presidencia de Nicaragua, Joel Gutiérrez, aseguró a IPS que el gobierno del presidente Enrique Bolaños decidió enviar 115 soldados a Iraq exclusivamente para colaborar en la reconstrucción de ese país.

Nicaragua ha ”recibido ayuda de todo el mundo cuando la hemos necesitado. Así sucedió con el terremoto de 1972, con la guerra en 1979 y con los desastres naturales que hemos sufrido, y éste es uno de los motivos que impulsaron al gobierno a enviar soldados en misión humanitaria a Iraq”, alegó.

La oposición política a Bolaños y grupos humanitarios nicaragüenses repudiaron la decisión de enviar a los soldados.

”Iraq está ocupada por una coalición ilegítima que incluso irrespetó los mandatos de la ONU, por lo que la presencia de soldados nicaragüenses en tierras iraquíes violenta” la ley internacional, argumentó Gonzalo Carrión, portavoz del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos. ”La presencia de soldados nicaragüenses es desde luego insignificante, pero sí contribuye, con el resto de países que envíen sus contingentes, a darle un respiro político a los Estados Unidos”, manifestó a IPS.

El batallón Plus Ultra está integrado además por 366 soldados hondureños, 361 salvadoreños y 302 dominicanos.

”La nuestra es una misión de paz y de reconstrucción, y responde al deseo de la ONU de favorecer la recuperación de Iraq”, dijo a IPS una fuente de las Fuerzas Armadas de Honduras.

Aguilar afirmó que los países de América Central ”tienen sus razones” para enviar soldados a Iraq, y que las diferencias entre gobiernos latinoamericanos sobre la cuestión iraquí no impiden que exista un diálogo fluido entre la representación de México en la ONU y los diplomáticos de toda el área.

De hecho, cada semana México entrega un informe detallado sobre su actuación en el Consejo de Seguridad a la mayoría de los países de la región, a través de mecanismos como el Grupo de Río, señaló.

Analistas sostienen que el desempeño de México en el Consejo impactó de forma negativa en la relación con Estados Unidos, y recomiendan al gobierno de Fox actuar con más cautela.

Pero Aguilar rechazó esa posición y arguyó que la diplomacia mexicana trabaja con decisión por establecer una relación madura ”y no prostituida” con Estados Unidos, ”en la que se pueda expresar con claridad las diferencias, sin que eso asuste o perjudique a nadie”.

* Con aportes de Gustavo González (Chile) y José Eduardo Mora (Costa Rica) (

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