AFRICA: Biografía del Presidente Negro

El Nuevo Museo de Manhattan expone una serie de obras que conforman una verdadera biografía audiovisual del desaparecido músico y activista nigeriano Fela Kuti, y a la vez una apasionante exploración en la historia de Africa.

La exposición se titula ”Presidente Negro” (como era llamado Kuti por sus seguidores) e incluye el trabajo de unos 35 artistas que incursionaron en la carrera y en la lucha política del famoso músico, productor y arreglista, fallecido hace seis años.

La muestra, que se mantendrá hasta el 28 de septiembre, es el resultado de casi cinco años de esfuerzos del director del museo neoyorquino, Trevor Schoonmaker, para compilar obras que quieren reflejar la ”compleja personalidad de ese espiritualista, símbolo sexual, disidente político, visionario utópico y músico pionero”.

Kuti, nacido en Lagos en 1935, saltó a la fama cuando inició una búsqueda musical en los años 60, incursionando en el jazz, la música ghanesa y el soul, hasta que construyó un verdadero estilo panafricano que llevaría el nombre de ”afrobeat”.

Radicado en Londres, organizó un grupo llamado Koola Lobitos, con el que empezó a propagar su pensamiento político en distintos países. Volvió a Lagos para crear el grupo Nigeria 70 y comenzó a cantar contra la corrupción instalada en los regímenes militares de su país, y llamando a una insurrección en todo el continente africano.

Fundó el periódico Shrine (templo) y una organización política llamada Young African Pioneers (jóvenes pioneros africanos), con la que atacó al racismo y la corrupción. En 1977 debió huir de su país cuando Olosegun Obasanjo (el actual presidente nigeriano) dio un golpe de Estado.

Se radicó en Ghana, pero fue deportado por el general Ignatius Aceampong por sus críticas al régimen. En los años 80 su banda se convirtió en Egypt 80, con la que quiso reivindicar la ”africanidad” de ese país.

De regreso en Nigeria, fue detenido por orden del general Muhammadu Buhari en 1984, que lo acusó de ”tráfico de divisas” y lo mantuvo en prisión hasta 1986.

Futi tuvo nada menos que 28 matrimonios, y murió en 1997 víctima del sida (síndrome de inmunodefiencia adquirida).

Las diferentes identidades del músico son interpretadas, exaltadas, criticadas y hasta deificadas por los artistas, que recurren a la pintura, el dibujo, la fotografía, la escultura, documentales y efectos de sonido.

En los pasillos del museo se escuchan los más grandes éxitos del músico, y se presentan textos sobre el momento político y cultural en el que Kuti desarrolló el ”afrobeat”.

La exposición contiene numerosos ejemplos de formas de arte modernas mezcladas con las más tradicionales de Nigeria.

Por ejemplo, el nigeriano Olu Oguibe utiliza materiales naturales, como esteras de fibra, para crear hermosos murales con el rostro de Kuti, que a su vez constituyen una poderosa crítica a los distintos regímenes militares.

”En el mundo del arte, el hecho de que haya una exposición sobre una personalidad africana es muy significativo, pues puede ayudar a cambiar la forma en que Africa es representada”, afirmó Schoonmaker.

Igual de singular es la mezcla de culturas en la exposición. El poderoso ritmo de las obras de Kuti procede de un sistema de sonido instalado por el artista estadounidense Fred Wilson en diversas piezas de alfarería tradicional nigeriana.

El artista nigeriano Victor Ekput hizo una obra sobre ”la carga del patriotismo sobre los nigerianos comunes”. Ekput hace una perturbadora descripción de Africa con símbolos de opresión, injusticia, corrupción, canibalismo, hambre y violencia.

El artista estadounidense Barkley Hendricks, que pasó muchos años viajando con Kuti, contribuyó con un cándido retrato de su amigo.

Barlkey inmortalizó a Kuti con micrófono en una posición con reminiscencias a Elvis Presley y con un halo en la cabeza. En su pecho arde una imagen del continente africano al revés, rodeado de una corona de espinas. Debajo del cuadro, el artista instaló un altar.

Por su parte, la artista estadounidense Adia Milett incluyó una obra con pinturas de graffiti en la que elabora una crítica al racismo y a la esclavitud en toda la historia del continente africano.

Ningún aspecto de la vida de Kuti quedó afuera: su lucha contra el sida, la persecución política, su encarcelamiento, sus mujeres, su devoción por la religión yoruba y su pensamiento político.

En el museo fue instalado un ”centro para oír música” en el que se irradian más de 100 canciones de Kuti, incluyendo sus primeras grabaciones en los años 50.

El centro es, en cierta medida, el ”corazón simbólico del espectáculo”, señaló Schoonmaker.

Quizás ”Presidente Negro” no sea la última palabra sobre el controvertido legado de Kuti, pero sin duda ofrece una única oportunidad para que aquellos que no viven en Africa conozcan mejor su vida y su obra.

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