ZIMBABWE: Bush y Mbeki acuerdan el qué pero no el cómo

Los presidentes George W. Bush, de Estados Unidos, y Thabo Mbeki, de Sudáfrica, coincidieron este miércoles en la necesidad de buscar una solución a la crisis política de Zimbabwe, pero la falta de anuncios concretos demostró que discrepan en la forma de hacerlo.

"Tenemos la misma forma de pensar sobre la urgente necesidad de afrontar los desafíos de Zimbabwe", afirmó Bush este miércoles en Pretoria, donde cumple el segundo día de su primera gira por Africa, aunque no aclaró si discutió con Mbeki alguna medida concreta.

La visita de Bush a Mbeki era considerada por analistas una oportunidad ideal para la búsqueda de una salida a la crisis en Zimbabwe, donde el opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) exige la renuncia del presidente Robert Mugabe, de la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF).

El MDC acusa a Mugabe de haber fraguado el año pasado las elecciones en las que resultó elegido.

Además, Estados Unidos y Gran Bretaña quieren la renuncia de Mugabe, de 79 años, desde que se incautó de las tierras de 4.500 agricultores blancos, de origen británico, para entregarlas a campesinos de la mayoría negra. La medida llevó a la destrucción de la economía, según técnicos y opositores.

La Unión Europea, la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth) y Estados Unidos impusieron sanciones a Zimbabwe por el supuesto fraude en las elecciones del año pasado.

Washington y Londres quieren que Mbeki utilice su influencia para provocar la renuncia de Mugabe. La economía de Zimbabwe sobrevive casi sólo gracias al apoyo económico de Sudáfrica.

Pero Mbeki advirtió a Bush que no quiere dar la impresión al mundo de que cumple sus órdenes. El presidente sudafricano sostuvo que la mejor forma de solucionar la crisis zimbabwense es "dejar que los líderes de ese país decidan qué hacer".

"La visita de Bush era una oportunidad única para encontrar u camino para una salida negociada" a la crisis en Zimbabwe, dijo el analista John Prendergast, de la organización independiente Grupo Internacional de Crisis (ICG, por sus siglas en inglés), que estudia conflictos políticos en todo el mundo.

En definitiva, Estados Unidos y Gran Bretaña quieren que Sudáfrica presione a Mugabe para que negocie con el MDC la creación de un gobierno de transición. Pero Mbeki ha preferido, al igual que otros países africanos, una "diplomacia tranquila" y descarta adoptar sanciones o amenazar con acciones drásticas.

Antes de que Bush iniciara el martes su gira por Senegal, Sudáfrica, Botswana, Uganda y Nigeria, el secretario de Estado (canciller) Colin Powell escribió en el periódico The New York Times que Mugabe lleva adelante un "desgobierno violento".

El año pasado, una prolongada sequía combinada con la política agraria de Mugabe arrastró a Zimbabwe, otrora uno de los países más ricos de Africa subsahariana, al borde del colapso económico.

Se calcula que cerca de dos millones de zimbabwenses se han trasladado a Sudáfrica en busca de trabajo en los últimos años.

La situación también se vio agravada por la campaña de protestas del MDC. La última terminó el mes pasado con una dura represión.

"Zimbabwe viola sus obligaciones ante la ley internacional con detenciones arbitrarias sistemáticas y otros abusos contra los disidentes. El gobierno de Mugabe debe poner fin a la cultura de la impunidad antes de que la situación de los derechos humanos empeore", advirtió la organización Human Rights Watch.

Los últimos hechos de violencia en Zimbabwe hicieron que grupos africanos en el exterior, como Africa Action y TransAfrica Forum, con sede en Washington, pidieran a Mugabe que dialogue con el MDC para formar un gobierno de transición.

"Creemos que es posible una solución pacífica a la crisis si usted busca un camino con otros sectores dentro y fuera de su gobierno para iniciar un proceso de transición hacia un gobierno con más apoyo y respetando los derechos democráticos de todos", señalaron estos dos grupos en una carta a Mugabe.

Por su parte, el ICG instó a Bush y a Mbeki que discutan acciones concretas para solucionar la crisis en Zimbabwe.

"Hacer que el ZANU-PF y el MDC se sienten en una mesa de conversaciones sin condiciones debe ser la prioridad al tope de la agenda", afirmó Prendergast.

En un informe titulado "Zimbabwe: todos quieren cambio", el ICG criticó en forma indirecta a Estados Unidos y a Gran Bretaña por tener una actitud demasiado agresiva con Mugabe, algo que lo convierte para muchos en Africa en una "víctima del imperialismo occidental".

"Hay una salida para Zimbabwe si la comunidad internacional, y sobre todo Estados Unidos, trabaja con Sudáfrica. Actuar de forma separada hace que la crisis continúe indefinidamente, con graves repercusiones en el país y en toda la región", dijo Prendergast.

La ICG instó a Washington, a la Unión Europea, a la Comisión para el Desarrollo de Africa Meridional, a la Unión Africana y a la Commonwealth a colaborar para iniciar un proceso de negociaciones entre el gobierno de Mugabe y el MDC.

Las negociaciones, de acuerdo con el ICG, deben incluir además a otros grupos de la sociedad zimbabwense, comenzar cuanto antes y tener una agenda enfocada en el reestablecimiento del orden legal, la creación de un gobierno de transición y la fecha de nuevas elecciones.

El objetivo debe ser la creación de "un gobierno legítimo con apoyo interno y externo en Harare, determinado por la voluntad del pueblo zimbabwense en elecciones libres y justas".

El ICG dijo temer que Mugabe adopte como estrategia provocar al MDC a que realice nuevas protestas, para de esta manera afectar la imagen de la oposición. No obstante, cree que es posible que el presidente esté dispuesto a renunciar si se le otorgan garantías de seguridad.

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+ Grupo Internacional de Crisis, en inglés (http://www.crisisweb.org)

+ Africa Action, en inglés (http://www.africaaction.org)

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