HISTORIA: Tras los huesos de Colón

Científicos de cuatro países avanzan en el proceso de develar el auténtico paradero de los restos del navegante Cristóbal Colón (1451?-1506) y consideran que las conclusiones a las que lleguen en seis meses serán irrebatibles.

Cuando el investigador español José Antonio Lorente posó sus manos en los restos óseos del descubridor de América sintió una "sensación de emoción y responsabilidad, algo difícil de explicar", confió a Tierramérica.

Identificar los restos de Colón, que se disputan República Dominicana y la meridional ciudad española de Sevilla, es "un gran reto para la ciencia", dijo.

Lorente lidera el equipo de especialistas de España, Italia, Alemania y Estados Unidos que inició hace un mes el análisis del ácido desoxirribonucleico (ADN) de muestras extraídas de los presuntos restos del almirante resguardados en la catedral de Sevilla.

"Nuestro veredicto será científicamente irrebatible. Luego, las interpretaciones que hagan los historiadores serán otra cosa", sostuvo Lorente.

Colón nació presuntamente en 1451 en el puerto italiano de Génova y murió en 1506 en la ciudad española de Valladolid. Sus restos y los de su hijo Hernando fueron trasladados en 1544 a Santo Domingo, capital de República Dominicana, en cumplimiento de la voluntad de Colón, asentada en su testamento.

Cuando los españoles abandonaron ese país en 1795 se llevaron los restos a Cuba, de donde fueron repatriados a España en 1898.

Pero, de acuerdo a los dominicanos, una parte de sus huesos nunca abandonó su país.

Pruebas antropológicas y dentales e incluso resonancias magnéticas son parte del exhaustivo estudio liderado por Lorente que, además de establecer nuevos parámetros de precisión para los datos históricos, busca determinar si lo que queda del navegante está o no en España.

Los estudiosos analizarán el ADN extraído de muestras óseas y podrán corroborar si Colón era genovés y sus padres fueron Doménico Colombo y Susana Fontanarossa o si, de acuerdo a la tesis de algunos historiadores, fue el hijo ilegítimo del príncipe castellano Carlos de Viana.

En el ADN se encuentra el gen mitocondrial, idéntico al de la madre, y el autosómico, contenido en los 22 pares de cromosomas heredados de padre y madre.

Ambos serán comparados con los de los familiares más cercanos de Colón, su hermano Diego y su hijo Hernando, explicó Lorente, quien llevó a cabo estudios semejantes en víctimas de la guerra civil española (1936-1939), así como en cadáveres de desaparecidos por fuerzas de seguridad en Chile, El Salvador, Perú y Colombia.

En el caso de Colón, los expertos han afrontado dificultades.

Uno de los mayores obstáculos es la poca cantidad de piezas a estudiar, así como el estado fragmentario de las muestras de los restos de Sevilla, según Miguel Botella, director del Laboratorio de Antropología de la Universidad de Granada, y miembro del grupo comandado por Lorente.

Con la muestra existente será difícil establecer la estatura, pero sí podrá determinarse si los restos de Sevilla corresponden a Colón, así como su complexión, edad probable al momento de morir, las enfermedades que padeció y las posibles manipulaciones que sufrió el cuerpo, explicó Botella a Tierramérica.

Sin embargo, consideró que es indispensable analizar los huesos custodiados en el mausoleo de Colón en República Dominicana.

Por ser muy escaso el material óseo de Sevilla, "es probable que existan huesos de Colón en ambos lugares", dijo.

Tras un peregrinaje por varias cortes europeas, Colón consiguió que los reyes del recién unificado reino de España financiaran su primera travesía a las "Indias orientales", continente que se llamaría después América.

Desde 1492, año de su primer viaje, efectuó otros tres, en 1493, 1498 y 1502.

Cuando le llegó la muerte -en 1506 en España- había sufrido prisión y perdido sus prerrogativas de almirante y virrey de las nuevas tierras.

Si todo concluyera en que Sevilla alberga los huesos de Colón, habrá tiempo para discutir si lo que quede del navegante regresará tras 208 años a América, donde quiso ser enterrado.

* Publicado originalmente el 5 de julio por la red latinoamericana de Tierramérica.

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