El hundimiento del buque petrolero Prestige frente a las costas septentrionales de España será el desastre marino más costoso de la historia, según estimaciones independientes.
Ocho meses después del naufragio siguen apareciendo aves afectadas por la marea negra y la pesca se recupera, pero el dilema es cómo extraer el resto del combustible del casco hundido, que podría seguir fluyendo a la costa durante 20 años.
Diez mil millones de euros costará abatir los daños ambientales y económicos causados por el derrame de fuel del Prestige hundido en noviembre, según un informe del Colegio de Economistas de Pontevedra divulgado el 22 de este mes.
Es la catástrofe más costosa de la historia de los accidentes marinos, porque el buque, que guardaba 70.000 toneladas de combustible, se hundió en la zona que más depende económicamente de la costa y los recursos pesqueros en Europa, añadió el Colegio.
El monto incluye limpieza y regeneración ambiental, inversiones públicas y privadas para amortiguar el impacto de la marea negra en la economía regional y adopción de leyes y normas de seguridad marítima para proteger las costas de un nuevo accidente.
En cambio, para el gobierno el costo será de 600 millones de euros, aunque fuentes oficiales admiten que podría ascender a 1.000 millones.
La pesca y el acceso a las playas se autorizaron en las últimas semanas, pero con la advertencia de que podrían hallarse restos de fuel en la arena.
En Galicia hay 711 playas limpias y doce afectadas en rocas y capas profundas, informó a fines de julio el Ministerio de Medio Ambiente.
De acuerdo a estimaciones de la Sociedad Española de Ornitología (SEO), entre 100.000 y 200.000 aves sufrieron los efectos de la marea negra en España, Francia y Portugal. Desde noviembre se recogieron en las costas de los tres países más de 23.000 ejemplares, vivos y muertos.
Aunque en menor medida, la recolección de aves dañadas continúa, indicó la SEO.
En cambio, las especies marinas parecen en etapa de recuperación. De acuerdo con la investigación de cuatro centros oceanográficos, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) no halló anomalías hidrográficas, físicas ni biológicas en las zonas cercanas al hundimiento.
En la primavera (boreal) las variables físicas y biológicas presentan valores normales, sin encontrarse anormalidades para la pesca de anchoa y caballa, la actividad más importante de la región, sostuvo el IEO el 22 de julio.
En los ocho meses transcurridos se extrajeron 75 mil toneladas de residuos, entre combustible, arena y algas contaminadas y animales muertos, y el impacto ecológico se ha ido atenuando, dijo a Tierramérica el secretario de Estado de Aguas y Costas del Ministerio de Medio Ambiente, Pascual Fernández.
El buque averiado el 13 de noviembre cerca de la costa de Galicia fue remolcado mar adentro y se hundió el 19 frente al cabo de Finisterre, el extremo noroccidental de la península ibérica. De inmediato se esparcieron por el mar 20.000 toneladas de combustible.
Sobre las plataformas submarinas de Galicia y el Cantábrico yacen 347 toneladas de fuel, según el IEO.
Y el casco quebrado seguirá lanzando al mar una tonelada diaria durante los próximos veinte años, advirtió el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Si no se adopta una solución definitiva, todo el contenido podría ser liberado por las particulares condiciones de oxígeno, presión y temperatura del naufragio, ocasionando un goteo constante de vertidos o nuevas mareas negras, advirtió el biólogo Jaime Roset en diálogo con Tierramérica, citando estudios del estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Según Fernández, el gobierno afina una estrategia para extraer el resto del combustible y ya concedió a la compañía petrolera española Repsol-YPF el contrato para la tarea.
La empresa probará en agosto y septiembre un mecanismo de bolsas-lanzadera, que permitiría extraer el combustible sin necesidad de bombeo.
El fuel podría ser recuperado, cargado en barcos y llevado a tierra entre abril y junio de 2004, afirmó el vicepresidente ejecutivo de Repsol-YPF, Miguel Angel Remón.
Pero una solución a aplicarse en plena época de temporales no es confiable, manifestó a Tierramérica el activista Perico Alonso, responsable en Galicia de la organización no gubernamental Ecologistas en Acción.
Con todo, Roset estimó que la situación sanitaria se encuentra controlada por una rigurosa inspección de las entidades actuantes y por la impresionante labor de voluntarios y ecologistas.
* Publicado originalmente el 27 de julio por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (