La reunión en Jordania del Foro Económico Mundial (FEM) busca que los musulmanes dejen de lado sus principios y hagan negocios con Israel pese a la violenta ocupación israelí de territorios palestinos, según activistas árabes.
El FEM, integrado por cientos de empresarios, políticos y expertos en finanzas, se reúne en forma extraordinaria desde este sábado en el complejo turístico de Shuneh, sobre la costa del mar Muerto y a unos 30 kilómetros de Amman, y terminará este lunes. Su agenda destaca posibles negocios en Iraq y el eventual papel de la economía en la pacificación de Medio Oriente.
La organización, también llamada Foro de Davos por sus reuniones anuales ordinarias en esa sudoriental ciudad suiza, auspició en enero la presentación ante la elite empresarial mundial de la entonces oposición iraquí apoyada por Washington. Ahora Iraq es controlado por Estados Unidos, y sus aliados se preparan para ocupar lugares clave.
En unas 70 sesiones abiertas y en importantes reuniones reservadas, los temas dominantes serán los contratos para reconstrucción de Iraq, las perspectivas de negocios entre árabes e israelíes, y las recomendaciones de Occidente para lograr estabilidad en la región.
El director administrativo del FEM, Frederic Sicre, enfatizó el miércoles en una reunión regional de empresarios que las cuestiones económicas deben dominar la agenda, sin que la política interfiera.
El verdadero objetivo de FEM es aceitar las políticas de Estados Unidos e Israel para la región, dijo a IPS el jordano Mowfaq Mahadeed, presidente del Foro del Pensamiento Socialista y participante en un taller de tres días sobre alternativas a la globalización capitalista, paralelo a la reunión del grupo de Davos.
Quieren que olvidemos, que comencemos de nuevo y que actuemos como si no hubiera problemas. Pero ¿cómo se puede legimitimar la ocupación?, preguntó, en alusión a la reconciliación entre árabes e israelíes que propugna el FEM.
Aportamos una plataforma para el diálogo. Los negocios pueden y deben catalizar la curación, fomentar la comprensión, construir puentes y mejorar las vidas de las personas, dijo a periodistas este sábado el presidente del Foro de Davos, Klaus Schwab.
Pero Mahadeed y algunas docenas de activistas más se niegan a aceptar esa retórica, mientras las angostas calles de Amman están llenas de soldados armados para la guerra y vehículos blindados.
Traer Davos a Jordania, para una reunión extraordinaria contra la cual no hay posibilidad alguna de protestar, muestra la dimensión política de este encuentro, comentó el investigador jordano Ibrahim Alloush, quien expondrá en el taller socialista.
Esa dimensión se relaciona con el conflicto árabe israelí y el futuro de la región árabe. Los activistas occidentales contra la globalización capitalista pasan eso por alto muy a menudo, pero nosotros no podemos hacer lo mismo, alegó.
En la reunión de FEM funcionarios e intelectuales de países que siguen técnicamente en guerra con Israel se reúnen con sus pares israelíes, sin que se cumpla el requisito de que cesen la represión contra los palestinos y la ocupación de territorios árabes, incluyendo sitios sagrados musulmanes, criticaron los activistas.
Líbano y Siria alegan que Israel aún ocupa parte de sus territorios, y se negaron a enviar delegaciones al encuentro para no reunirse con funcionarios israelíes.
Pero el jeque Salman bin Hamad Al-Khalifa, príncipe heredero de Bahrein, se sentara a la misma mesa que el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Silvan Shalom, para discutir cómo liberar el potencial de la región, junto con el director ejecutivo de la firma estadounidense Hewlett Packard, Carly Fiorina.
El presidente de la firma israelí Delta Galil, Dov Lautman, debatirá sobre comercio entre países de Medio Oriente con el viceministro de asuntos exteriores y cooperación de Marruecos, Jaeib Fassi El Fihri.
Otra queja de los activistas es que muchas personas y compañías participantes en el FEM han ganado premios por apoyar a Israel.
Robert van der Merwe, presidente de la sección para Europa, Medio Oriente y Africa de la firma Kimberley-Clark, gigante de la producción de pañuelos de papel, recibió en 1998 el Premio Jubileo israelí, por los esfuerzos de su empresa para fortalecer a la economía de Israel, destacaron.
La compañía Coca Cola fue galardonada en Israel el año pasado por 30 años de apoyo a ese país, y por su rechazo al boicot económico contra Israel impulsado por la Liga Arabe, añadieron los participantes en el taller socialista.
Las elites empresariales de la región expresaron sumo interés en el encuentro, al que consideran una gran oportunidad para hacer negocios con firmas transnacionales.
Los gobiernos regionales, en su mayoría no democráticos, han instado a las compañías de sus países a aprovechar esta oportunidad, en especial para lograr contratos en Iraq y establecer vínculos internacionales.
En Egipto, los diarios no ahorraron elogios a los organizaciores de la reunión, y el presidente Hosni Mubarak, uno de los principales aliados de Washington en la región, reunió a representantes de la comunidad empresarial con los principales asesores económicos del gobierno, para preparar la participación del país en el foro.
En Jordania, el rey Abdullah II exhortó a los empresarios de a llamar la atención sobre la apertura de la economía de ese país, y la principal emisora de televisión dedicó una serie de programas al FEM, que maneja un presupuesto anual de 50 millones de dólares, aportado por firmas transnacionales.
Uno de los grupos económicos que ya han expresado su interés en contratos para la reconstrucción iraquí es el egipcio Orascom Telecom, de comunicaciones, cuyos ejecutivos se han mofado de los intentos de boicotear productos estadounidenses e israelíes para protestar contra la ocupación de Iraq y Palestina.
La gran esperanza para la mayoría de los gobiernos y empresarios de la región es avanzar hacia un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, y hay gran expectativa sobre la exposición acerca de ese asunto que realizará este lunes el representante comercial de Washingon, Robert Zoellick.
Zoellick ya señaló que el gobierno estadounidense busca oportunidades para lograr que ese acuerdo esté listo en 2013, con la convicción de que liberalizar el comercio y aumentar la integración regional no sólo será beneficioso para la economía, sino también para la seguridad.
El economista Ahmed Galal, del empresarial Centro Egipcio de Estudios Económicos, sostuvo que un acuerdo de ese tipo con Washington ayudará a la región del mismo modo en que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte ayudó a México, al asociarlo con Estados Unidos y Canadá.
Entre 1.200 asistentes a la reunión, procedentes de 65 países, están el secretario de Estado (canciller) estadounidense Colin Powell, el supervisor de la ocupación de Iraq nombrado por Washington, Paul Bremer, y el administrador de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional, Andrew Natsios.
También el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, el secretario general de la Liga Arabe, Amr Mussa, el presidente afgano Hamid Karzai y cinco ministros de Relaciones Exteriores: el alemán Joschka Fischer, el turco Abdullah Gul, la española Ana Palacio, el griego George Papandreu y Shalom.